miércoles, 26 de diciembre de 2018

Más de 10 millones de MWh por año, misión imposible

6 DE DICIEMBRE DE 2018


Mienten para encubrir a los dueños de Itaipú

Itaipú proveyó a la ANDE entre los años 2005 y 2017, 116.354.000 MWh de energía. La electricidad entregada a la estatal paraguaya por la binacional hidroeléctrica en todos estos 13 años hace un promedio anual de unos 8.950.307 MWh. Solo en el 2015, 10.939.000 MWh; en 2016, 11.227.000 MWh; y en 2017, 13.459.000 MWh el  suministro de Itaipú a la ANDE superó la barrera de los 10.000.000 MWh. Desconozco el dato del año 2018.
De toda esta inmensa producción anual de Itaipú, Paraguay aprovecha el 7%. Sin embargo, nuestro socio, el Brasil, aprovecha el 93%.
Estos datos, de difusión y conocimiento público, demuestran la enorme asimetría de lo que debiera ser un aprovechamiento en conjunto. Es más, el 86% de la energía que corresponde a la ANDE, derivada al Brasil, actualmente pagada por los consumidores brasileños a menos de US$ 10 el MWh, es aprovechada gratuitamente por la Eletrobrás. No en balde el exdirector brasileño Jorge Samek afirmaba que solo los paraguayos tontos creen “que Itaipú es también de Paraguay”.
“El aumento del 5% de la potencia contratada de la ANDE de Itaipú para el 2019 es suficiente, porque se ajusta a las previsiones de la demanda del mercado”, afirmó recientemente el gerente de Planificación del ente, Ubaldo Fernández (ABC, 22/12/2018).
Itaipú y la ANDE deben dejar de mentir, también aquellos que abrigan la esperanza de utilizar la energía paraguaya de Itaipú para el desarrollo del país. ¿Cuál energía?
Habida cuenta que Brasil se apropió de Itaipú, con la complicidad de nuestras autoridades; es imposible que la usina de la central hidroeléctrica provea al Paraguay de más electricidad de lo que históricamente hasta ahora proveyó. No está en los planes brasileños devolver la electricidad paraguaya porque no disponen de otra fuente más barata o ¿acaso apagarán las luces de San Pablo y Río de Janeiro para iluminar Paraguay?
Consultado Fernández de qué depende que aumente o no el suministro eléctrico, como respuesta piloteó lo siguiente: “Que depende básicamente de la previsión de la demanda que la empresa maneja”. Alertó que si se “levanta demasiado” el contrato, y por ahí la demanda no se da, “se puede encarecer innecesariamente la contratación”.
Según el mismo, “de acuerdo con el suministro histórico, en los últimos años la contratación promedio es del 5%, más o menos. Lo que pasa es que la demanda también depende de la proyección del desempeño económico del país. El otro tema que incide está relacionado con la reducción de pérdidas técnicas del ente, lo cual achica la necesidad de aumentar la contratación, porque se está recuperando potencia que antes era pérdida”, seguía hablando sin dar cifras concretas y sin poder aterrizar.

martes, 27 de noviembre de 2018

Batallando en contra del sistema

27 DE NOVIEMBRE DE 2018

| TAMBIÉN HUBO COINCIDENCIAS EN POTENCIAR CONSUMO INTERNO

Piden por “patriotas” para renegociar Tratado de Itaipú

El Gral. (SR) Juan Antonio Pozzo pidió crear ya ahora una “comisión de patriotas”, que no tenga intereses en los grupos de poder, con miras a la renegociación del Tratado de Itaipú. Propone asimismo la eliminación de la figura de la cesión.
Las declaraciones del Gral. Juan Antonio Pozzo fueron hechas en el marco de un panel debate sobre desarrollo de políticas públicas energéticas, que tuvo otros cuatro participantes, como Miguel López Perito, Ing. Walter Bogarín y el Ing. Juan José Encina.
Al referirse al 2023, año en que fenecerán las disposiciones del Anexo C del tratado, Pozzo instó a las autoridades y a la sociedad a no perder más tiempo, como pasó con Yacyretá, cuyas nuevas notas reversales no son favorables para nuestro país. Reclamó el entreguismo de los sucesivos gobiernos paraguayos, que nunca sentaron postura, aceptando los hechos consumados.
Por su parte, el exsenador nacional Miguel Ángel López Perito coincidió en que en Yacyretá se perdió la oportunidad y hay que evitar que ocurra lo mismo en Itaipú. Dijo que los gastos sociales deben dejar de funcionar como una “caja chica” con fines políticos y pasar al control del Congreso.
Propuso, además, conformar una “Comisión de Notables” (no solo de técnicos), que pueda evaluar lo que necesita el Paraguay. “En el Gobierno de Lugo conseguimos mejoras sustanciales en Itaipú, pero hemos visto que todos los gobiernos fueron entreguistas”, aseveró.
Por su lado, el Ing Walter Bogarín, industrial metalmecánico, criticó los continuos cortes de energía de la ANDE, que perjudican a todas las industrias y que la solución a esta problemática debe ser una prioridad.
Añadió que luego del 2023, Paraguay debería poder consumir su energía con “tarifas adecuadas” para la industria, y no como ahora. “Itaipú es la obra de Ingeniería más grande del siglo XX, y debe negociarse lo que favorezca a nuestro país, y no caer en la improvisación de Yacyretá”, enfatizó.
A su turno el Ing. Juan Encina explicó que la prioridad hoy es fortalecer el sistema de distribución de la ANDE y mejorar su gestión interna y apunte al consumo interno.
En cuanto al año 2023, dijo que se debe construir la segunda LT 500 kV, que salga de Itaipú hacia territorio paraguayo; conformar una comisión multidisciplinaria; establecer los puntos a negociar y difundirlos ante la sociedad nacional e internacional, antes de sentarse a la mesa de negociaciones.
Propone negociar en forma transparente, con apoyo de la ciudadanía y observadores internacionales, ya que la participación de una ciudadanía informada y crítica dará mayor fortaleza a la posición paraguaya.

domingo, 7 de octubre de 2018

Nuevo libro a ser publicado el 9 de octubre de 2018

07 DE OCTUBRE DE 2018

| “BREVES APUNTES SOBRE LOS DERECHOS PARAGUAYOS EN ITAIPÚ”

Fuimos relegados a consumir el 7%

Los derechos del Paraguay fueron tergiversados en el Tratado de Itaipú, esta es la tesis sobre la cual el general Juan Antonio Pozzo levanta el libro que presentará este martes, a las 20:00, en el local de El Lector. Resalta que nuestro país, de “socio igualitario” fue relegado a la incómoda posición de consumidor del 7% de la producción de la gran usina, para colmo de males a cambio de una propina.
–El título de su nuevo libro sugiere que en esta ocasión centró sus investigaciones en el andamiaje jurídico del proyecto Itaipú, específicamente sobre los derechos paraguayos conculcados en esa singular relación con la República Federativa del Brasil. ¿De eso se trata general? 
–En efecto, los derechos de Paraguay fueron tergiversados en el Tratado de Itaipú. El acuerdo, a lo largo de su contexto, va modificando su fin y objeto de tal suerte que de socio igualitario para el aprovechamiento conjunto Paraguay solo aprovecha el 7% de la producción. El 93% del producto, atiende la demanda de electricidad del mercado brasileño. De hecho, manteniendo usos que caracterizan a la diplomacia y en connivencia con los Gobiernos paraguayos, Brasil se apropió de Itaipú.
–Además de los técnicos paraguayos que trabajan en Itaipú, conocidos como ingenieros de 60 Hz., aún hoy, especialmente ciertos exfuncionarios de los gobiernos de turno de nuestro país, especialmente los del tirano Stroessner, sostienen que Itaipú fue la solución ideal para el Paraguay, la que no solo aportó “progreso”, sino también se constituyó en una prenda de paz entre los dos pueblos. Obviamente, esa visión es extremadamente parcial y responde a los intereses de estas personas y de sus grupos.
–Itaipú es la solución para un minúsculo grupo que vive de él. El “progreso”, del discurso oficial, se circunscribe a la clientela política del momento, promovida por los Gobiernos brasileños a quienes les sale sin costo alguno la explotación unilateral de la usina hidroeléctrica. Tal prenda de paz, solo existe en la mente de quienes asumen Itaipú como solución estratégica a los problemas de límites. Itaipú fue hecho por Brasil como una respuesta a su creciente demanda energética y la apropiación compulsiva del Salto del Guairá fue parte de ese objetivo. Nunca figuró en los planes brasileños el aprovechamiento conjunto del emprendimiento binacional.
–Ud. acuño la frase “lucro indebido” en Itaipú en sus diferentes trabajos. ¿Cómo podría entenderse esa tesis, visto que el Tratado no permite ningún tipo de lucro? 
–El “lucro indebido” es una de las expresiones de la política del hecho consumado practicada exitosamente por Itamaraty. Habida cuenta de que el costo del servicio de electricidad debe ser pagado con la producción de la usina la tarifa de venta a las empresas compradoras debe estar en condiciones de solventar el costo del servicio. Cuando Itaipú vende su producto por encima de la tarifa, como ocurre habitualmente, la empresa obtiene un beneficio prohibido por el Tratado. El dinero así obtenido, no controlado por los Estados parte, es blanqueado como gastos sociales. 
–Obviamente, los “gastos o inversiones sociales” no tendrían una fuente tan generosa y poco exigente de financiación si ese “lucro indebido” no hubiera inventado.
–Los consumidores, al pagar una energía que está sobre el costo del servicio de electricidad solventan el lucro indebido, no controlado por los Estados parte. Contribuyen al “blindaje jurídico” (de nuestra propia cosecha) y al ilegal cambio de misión de Itaipú (también de nuestra propia cosecha), el comportamiento errático de la binacional hidroeléctrica que actúa como un tercer Estado duplicando acciones gubernamentales.
–Muchos técnicos sostienen que nuestro país, incluso después del 2023, no podrá recuperar su energía, porque Brasil no solo querrá, sino que no podrá prescindir de la misma. Si esto es verdad, ¿qué debe reclamar nuestro país en esa esperada negociación? 
–a) Que la ANDE pueda vender gradualmente, asumiendo su derecho de adquisición, el excedente de la energía paraguaya al mercado brasileño. En el mercado brasileño, según la Cámara Comercializadora de Energía Eléctrica de Brasil, que establece la tarifa en base a los valores del PLD (Precio de Liquidación de las Diferencias), en agosto de 2018 el MWh de energía valía 505 R$, unos US$ 121,30 al cambio actual. Esta gestión, conforme a derecho, permitirá a Paraguay restaurar su dignidad nacional y su soberanía energética.
b) El cumplimiento de las Declaraciones del 25 de julio de 2009, que en su punto 6 contempla la posibilidad de Paraguay de “comercializar energía de Itaipú en terceros mercados a partir de 2023”. Se infiere que si Brasil iguala la mejor oferta, mantendría su prioridad.
c) Demostrar, una vez más, la ilegalidad de la deuda de Itaipú, indagada en mayo de 1997 por la Comisión Bicameral de Investigación del Congreso Nacional (CBI), y declarada como ilegítima por la Contraloría General de la República (CGR) en diciembre de 2010. Estas violaciones fueron corroboradas en el Informe del Vale Columbia Center (VCC) de Jeffrey Sachs, que señalaba “… nos parece que Paraguay debería ser liberado de cualquier cargo de la deuda después 2013”.
d) Determinar el nuevo Costo Anual del Servicio de Electricidad. Honrado el compromiso de la deuda, cabe establecer una nueva tarifa que permita atender los compromisos de Itaipú. Todo ello, respetando el Anexo C del Tratado de Itaipú, que prohíbe el lucro en beneficio de los Gobiernos de turno, a costa del consumidor.
e) Acordar con el socio condómino que el 50% de los fondos de Itaipú sean depositados en bancos paraguayos y que el 50% de la energía adicional a la garantizada sea aprovechada por la ANDE.
f) Urgir la libre navegación del río Paraná construyendo, de acuerdo con el Tratado de Itaipú, la postergada esclusa de navegación.
g) Ejercer la autonomía de la ANDE en la subestación de la margen derecha ubicada en predios de Itaipú en igual plenitud que la subestación de la margen izquierda en Furnas Centrais Elétricas SA, Foz de Yguazú.
–¿Cuál debe ser la estrategia paraguaya en 2023? 
–En toda negociación importan los derechos de las partes, no obstante hay que demostrarlos como lo hiciera, en 1895, el repúblico Blas Garay con los títulos de posesión del Chaco Boreal obtenidos en los Archivos de la India, en Sevilla.
–¿Qué debemos hacer los paraguayos para que no se repitan los magros resultados que obtuvimos en Yacyretá? 
–Luchar por la causa nacional que constriña a la clase política a la defensa de los altos intereses nacionales.
–¿Atenderá Brasil los reclamos paraguayos en el 2023 o, finalmente, deberá recurrir a la Corte Internacional de Justicia de La Haya? 
–De hecho Brasil no está en condiciones de devolvernos nuestra energía cedida casi gratuitamente. No apagarán sus luces para prender las nuestras. Solo resta exigir un precio justo o en su defecto, recurrir a las instancias internacionales reclamando nuestros derechos.
Entrevista de Ramón Casco Carreras

domingo, 9 de septiembre de 2018

El lucro prohíbido

09 DE SETIEMBRE DE 2018

| EL LUCRO INDEBIDO DEBE DERIVARSE A LAS HACIENDAS PÚBLICAS

Los gastos sociales en Itaipú

Desde que la binacional hidroeléctrica vende energía en vez de potencia, coloquialmente jugo de naranjas y no naranjas, el lucro indebido es la impronta característica de la empresa.
No obstante, oficialmente Itaipú comercializa 145.620.000 kilovatios de potencia a US$ 22,60 la unidad, con el propósito de obtener US$ 3.291.012.000. La multimillonaria cifra representa, en teoría, el costo anual del servicio de electricidad, un dinero necesario para cumplir con los compromisos contraídos conforme al Tratado de Itaipú, incluido el eficiente funcionamiento de la central hidroeléctrica. 
En ese afán Itaipú comercializó con las empresas compradoras ANDE y Eletrobrás en el 2016, récord histórico de producción, unos 140.252.400 kilovatios de potencia. Como puede notarse, al igual que en todos los años anteriores (desde 2009 está congelada la tarifa de US$ 22,60 el kW), la demanda fue menor que la oferta y la binacional hidroeléctrica no pudo obtener el monto necesario para atender el costo del servicio de electricidad. 
Para equilibrar los gastos con los ingresos, la empresa, en contra de lo que dicta el Tratado, vende anualmente unos 75.340.368 megavatios hora de energía garantizada, a una tarifa de US$ 43,68 el MWh. Con el dinero así obtenido, igual al presupuestado por la venta de potencia, salva con creces el costo del servicio de electricidad y queda en condiciones de afrontar con suficiencia sus gastos. 
Sin embargo, en 2016, con la energía sobrante o energía adicional a la garantizada, unos 26.994.617 MWh comercializada a las empresas compradoras a US$ 5,63 el MWh, Itaipú logró un dinero que superaba en US$ 152.032.000 el costo del servicio de electricidad. 
Esta ganancia, que se repite todos los años en menor o mayor cuantía, producto del sobrecosto de la electricidad, crea el lucro indebido pagado por los consumidores. Todo ello, evadiendo la hacienda pública y a las contralorías de los Estados parte para beneficiar a los presidentes de turno y sus incondicionales directores de la binacional hidroeléctrica. 
Para encubrir estos gastos, Itaipú que tiene la misión de generar electricidad a bajo costo como estipula el Tratado, la empresa hidroeléctrica asume funciones sociales que son propias de los Estados. Para corregir esta anomalía de hecho, que encarece la electricidad a costa de los consumidores, la inclusión del lucro indebido debe ser parte de los presupuestos nacionales. 
Por todo ello, es desafortunado que el principal responsable paraguayo de la binacional declare que “la prioridad de los gastos sociales se centrará en salud, educación, agricultura familiar campesina”. También agregaba, “un acuerdo de cooperación con la ANDE para mejorar la red de distribución de energía que produce Itaipú”. 
¿Cuáles gastos sociales? 
Eso no corresponde a la misión de Itaipú. Lo que cabe, entre otros, es derivar el lucro indebido a las haciendas públicas y concomitantemente disminuir con urgencia la tarifa sobrevaluada pagada por los sacrificados consumidores para beneficio de los gobernantes de turno.

domingo, 8 de julio de 2018

La mala fe, la diferencia de magnitudes y la política del hecho consumados caracteriza la diplomacia de Brasil

La Triple Alianza de países vecinos para inmolar al Paraguay puso de relieve el estoicismo de la valerosa nación paraguaya.
Un siglo después de la hecatombe, el poder fáctico brasileño modificando el nuevo trazado limítrofe de 1872, asumió la soberanía sobre el Salto del Guairá. Completando el tuerzo, con la construcción de Itaipú interceptó la libre navegación del río Paraná.
En torno a la indebida mudanza territorial del Salto del Guairá y el leonino Tratado de Itaipú, transcurren las relaciones de Paraguay con Brasil ahora acentuadas con políticas de hechos consumados. Todo ello, usando como herramienta la diferencia de magnitudes y la presunción de fronteras flexibles en reemplazo de la ocupación militar.
“… Nuestras fronteras oficiales con el Brasil están delimitadas por los ríos Paraguay, Apa y Paraná y por las cordilleras de Amambay y Mbaracayú, pero ganaderos y otros empresarios rurales y simples agricultores brasileños están ya instalados en al menos la mitad de la Región Oriental y bien adentro del departamento chaqueño de Alto Paraguay. Esa es la ‘frontera’ verdadera que existe; fronteras ‘flexibles’, como diría Itamaraty” (ABC Color, 22 de noviembre de 2006).
Sobre la política del hecho consumado, el periodista y escritor venezolano Rafael María Baralt (1810-1860) apuntaba “…hechos, malos o ilegales en su origen, que se han ido perpetuando, ya por amaño, ya por fuerza, hasta echar hondas raíces en el Estado, y no ser posibles extirparlos sin conmociones peligrosas y violentas”; “… teoría o sistema excelente para los usurpadores, y que parece haber sido inventado de propósito para perpetuar los abusos más indignos y los crímenes más repugnantes”.
Aunque catastrófico el hecho consumado del espacio vital para la Alemania de la anterior guerra global, resultó auspicioso para la expansión portuguesa en la América Meridional, actual libreto seguido por Itamaraty.
“… La frontera paraguaya con Brasil retrocedió 100 kilómetros en las últimas décadas. En esa faja viven 400.000 brasileños expulsados de Río Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná que se convirtieron en instrumentos de los planes expansionistas de los militares brasileños” (Raúl Zibechi. Brasil, el difícil camino hacia el multilateralismo. Dial, 15 de marzo de 2006).
Una variable extrema de estos hechos fácticos, que ensayan con éxito los gobernantes posdictadura de Paraguay, se exterioriza en la resignación de la soberanía energética de Itaipú y de Yacyretá. Al respecto, puntualizaba el astuto ex director general brasileño de Itaipú Jorge Samek: “Solo los paraguayos tontos creen que Itaipú es también de Paraguay” (Relato al autor de Mateo Balmelli, ex director general paraguayo de Itaipú).
El exabrupto de Samek y el ingreso de la multinacional Eletrobrás en la Bolsa de Nueva York demuestran el cinismo de nuestros socios condóminos.
El Financial Times de Londres del 31 de octubre de 2008, en aviso publicitario de 20 por 40 centímetros, anunciaba el ingreso de la Eletrobrás en la Bolsa de Valores de Nueva York sin mencionar a Paraguay como socio y copropietario de la hidroeléctrica.
“Energía brasileña ahora en Nueva York” rezaba el anuncio, con una llamativa fotografía de Itaipú en la página 9 de la edición impresa del conocido periódico.
El editorial de un matutino asunceno describió magistralmente la entrega de la soberanía energética de Paraguay: 
“A diferencia del Tratado Loizaga-Cotegipe que nos impusiera el Imperio del Brasil el 9 de enero de 1872 para la liquidación diplomática de la guerra de exterminio que nos trajera la infame Triple Alianza, por el que nos arrebató definitivamente el extenso territorio situado entre los ríos Apa y Blanco, el de Itaipú no fue uno impuesto por el vencedor al vencido, sino la antipatriótica y voluntaria entrega por parte del dictador Alfredo Stroessner de un filón de soberanía nacional a nuestros verdugos de antaño: la mitad del caudal del portentoso río Paraná, equivalente a la que nos arrebatara por medio de la fuerza en el pasado” (ABC Color del 25 de abril de 2018).
Itaipú tiene su origen en la guerra contra el Paraguay promovida en 1857 por la Confederación Argentina y el Imperio de Brasil del que también participó la Banda Oriental.
Como consecuencia de la guerra, en el Tratado final de límites de 1872, el Imperio de Brasil impuso nuevos límites a la República del Paraguay respetando la posesión paraguaya sobre el Salto del Guairá.
El enorme potencial hidroeléctrico del Salto hizo que Brasil en 1930, a través del Protocolo Moreno-Mangabeira, intente modificar el trazado fronterizo ya demarcado para incluir el Salto del Guairá en su territorio. La explotación del Salto del Guairá daba solución a su creciente demanda energética.
No obstante, los demarcadores de la Comisión Mixta de Límites de Brasil y Paraguay no arribaron a ningún acuerdo trabando las pretensiones de Itamaraty. Persistiendo en el propósito, fuerzas militares de Brasil ocuparon Salto del Guairá, en junio de 1965.
Las gestiones del canciller norteamericano Dean Rusk y la firme posición paraguaya, hicieron posible el Acta Final de Foz de Yguazú del 22 de junio de 1966 y la evacuación del país de las tropas brasileñas de ocupación.
El Acta Final instauró el proyecto brasileño de explotación hidroeléctrica y el condominio sobre el Salto del Guairá. El documento prometía el aprovechamiento conjunto del río Paraná.
El Acta Final de Foz de Yguazú de 1966 fue sustituido en 1973 por el Tratado de Itaipú. El Tratado para el “aprovechamiento hidroeléctrico de los recursos hidráulicos del río Paraná, pertenecientes en condominio a los dos países” sumergió en el fondo de las aguas represadas del río Paraná el Salto del Guairá y el bosque atlántico con su rica fauna.
El antropólogo y lingüista español Bartomeu Melià (1932) resalta en sus estudios el grave delito ambiental ocasionado por la represa de Itaipú, agravado con la expulsión de su hábitat de treinta y seis pueblos de la nación guaraní.
Actualmente Itaipú es víctima del aterramiento. Su capacidad útil para embalsar las aguas del río Paraná sufre un proceso colmatación. A la par de su deterioro, es enorme la frustración del pueblo paraguayo al verse discriminado en el aprovechamiento hidroeléctrico.
En el pacta sunt servanda lo pactado obliga, Brasil se desentendió de la buena fe que exige que se cumpla lo convenido con la máxima equidad (Convención de Viena de 1969 sobre el Derecho de los Tratados).
Stephen Hawking, el brillante físico recientemente fallecido, que hizo más comprensible para los no científicos la naturaleza cambiante del tiempo y del universo, plantea a la humanidad, mientras ella siga subsistiendo, el bien común. Un bien universal estrechamente vinculado con la integración de las naciones, el amor a la patria, la identidad nacional, el progreso social y la libertad.
Olvido
En el pacta sunt servanda Brasil se desentendió de la buena fe que exige que se cumpla lo convenido con la máxima equidad (Convención de Viena).
juanantoniopozzo@gmail.com