domingo, 25 de noviembre de 2012

Mágica ingeniería financiera

Por Juan Antonio Pozzo Moreno (*), ABC Color. Domingo, 25 de noviembre de 2012.

El costo de Itaipú en el año 1973 estaba presupuestado en US$ 2.000 millones. Al finalizar la obra, con el aumento de 14 a 20 máquinas de 700 MW cada una, la inversión se estimó en unos US$ 14.000 millones, una media de US$ 1.000 por cada kW.

/ ABC Color
Para iniciar la construcción de la usina, la Eletrobrás, en 1975, concedió a la binacional un crédito de US$ 3.566 millones.
La insuficiencia de ingresos, las refinanciaciones, el atraso del cronograma, el aumento del precio de los insumos, la morosidad de las empresas brasileñas, la venta por debajo del costo del servicio de electricidad que generó la ilegal deuda espuria, la doble indexación, etc., condujo a una reestructuración de la deuda con la Eletrobrás. Con el consentimiento del gobierno paraguayo, en 1996, se acordó una nueva cifra: US$ 16.225 millones.
Dividida esta cantidad en tres partes, fue abonada la totalidad de la primera parte, US$ 4.193,5 millones, en el 2001. Sin embargo, la Comisión Bicameral del Congreso Nacional, en 1997 y la Contraloría General de la República, en 2010, la declaró ilegal por considerarla espuria.
Al dejar de pagarse las otras dos partes para privilegiar la primera, la deuda con la Eletrobrás en el año 2006, diez años después, aumentó como bola de nieve a US$ 18.130 millones.
Según los contratos (ECF 1480/97; ECF 1627/97; ECF 1628/97) entre los años 1997-2023, por los US$ 16.225 millones, la Itaipú debe abonar a la Eletrobrás un total de US$ 45.631,5 millones.
Hasta el año 2011 ya se pagaron unos US$ 22.187,7 millones superando largamente el pasivo pactado en el año 1996. Es la muestra de que la deuda ya ha sido honrada suficientemente.
La Eletrobrás, que debiera hacer aportes y no préstamos usurarios, según el Art. IX del Tratado de Itaipú, mediante una mágica ingeniería financiera -avalada por autoridades paraguayas- logrará convertir para el 2023 US$ 3.566 millones en US$ 45.631,5 millones.
¡Qué categoría!
Entre 1975 - 2023, durante 48 años, Itaipú está depositando en la cuenta de la Eletrobrás una media anual de US$ 950, 6 millones que el Director Financiero Ejecutivo, siempre brasileño, se encarga de cumplirla prioritariamente.
La Eletrobrás, al considerarse la legítima propietaria de Itaipú, el 31 de octubre de 2008, para anunciar su ingreso en la bolsa de Nueva York e inducir a inversionistas a adquirir sus acciones, publicó un impactante anuncio en el Financial Times de Londres, con una amplia fotografía de Itaipú, sin la más mínima mención de Paraguay como socio y copropietario de la hidroeléctrica.
Persiste la tesis abonada por el propio gobierno, Ministerio de Hacienda, que Paraguay como país no debe por la Central Hidroeléctrica absolutamente nada. Histórico discurso del oficialismo sostenido por los negociadores entreguistas del siglo pasado.
No obstante, según la Contraloría, “el Estado es propietario genuino de ambas represas y percibe de ellas también rentas genuinas”. La CGR insiste en que “el Ministerio de Hacienda no diseñó un procedimiento contable para que las entidades binacionales Yacyretá e Itaipú rindan cuenta en el informe financiero consolidado del Estado paraguayo reconociendo la copropiedad de dichos entes binacionales, conforme a una auditoría correspondiente al ejercicio fiscal 2009”.
Otra tesis, sustentada por los negociadores del Tratado, argumenta que Paraguay no cede ni vende energía sino su “derecho de adquisición”, por lo que no es razonable hablar de “precio justo” o “cesión obligatoria”.
No es de extrañar, es el discurso de los que entregaron nuestra soberanía energética en Itaipú y contribuyeron a diseñar un acuerdo que en su contexto modificó el objeto del Tratado, que reparte en partes iguales la energía, para patrocinar la entrega de casi la totalidad de la producción energética al Brasil.
Como los “expertises” financieros que elevaron superlativamente la deuda con la Eletrobrás, sus homólogos jurídicos no le fueron en la zaga en la tarea de entregar al socio condómino el mayor patrimonio industrial del Paraguay.
PAGOS
Hasta el año 2011 ya se pagaron unos US$ 22.187,7 millones, superando largamente el pasivo pactado en el año 1996
MAGIA
Eletrobrás logrará convertir para el año 2023 US$ 3.566 millones en US$ 45.631,5 millones. ¡Qué categoría!
(*) Autor de los libros “Itaipú, la apropiación indebida” e Itaipú una victoria bien brasileña.
juanantoniopozzo@gmail.com

domingo, 18 de noviembre de 2012

La energía en Itaipú

Por Juan Antonio Pozzo Moreno (*), ABC Color. Domingo, 18 de noviembre de 2012.
/ ABC Color.

a. Itaipú vende potencia

La potencia disponible para la contratación es igual al total de la potencia instalada en las 20 unidades generadoras de 700 megavatios de potencia cada una, menos: la potencia instalada de dos unidades que están destinadas al mantenimiento, 1.400 MW (700 x 2); la potencia retenida para uso de la central, 34 MW; la potencia de reserva operativa para regular eventuales suministros energéticos, 431 MW.

Como potencia disponible para la contratación queda 12.135 MW mes, en doce meses hacen un  total de 145.620 MW año. Esta potencia disponible es igual a 145.620.000 KW año, puestas a disposición de las empresas compradoras para su adquisición de acuerdo a sus necesidades. La Eletrobrás, en el año 2011, contrató 11.405 MW (el 93%) y la ANDE 730 MW (el 6 % restante).
b. El costo del kilovatio mes
El Consejo de Administración, en la RCA-002/97, resolvió que el costo unitario del servicio de electricidad es el resultado de la división entre el costo en dólares que se presupuesta anualmente para el servicio de electricidad y la potencia contratada por las empresas compradoras.
El costo anual de servicio de electricidad se fija con anticipación en función a las obligaciones financieras de la entidad binacional. El órgano encargado del presupuesto en la actualidad es el Comité de Estudios de Evaluación del Costo Unitario del Servicio de Electricidad de Itaipú (CECUSE).
Durante los años 2009, 2010, 2011 la tarifa, resultado de la división entre US$ 3.291.000.000/145.620.000 KW, se mantuvo en US$ 22,60 el KW mes.
El CECUSE estimó para el 2012 el costo anual del servicio de electricidad en US$ 3.538.600.000. El costo propuesto, dividido entre 145.620.000 KW, igual a US$ 24,30 kW mes, fue aprobado por Directorio Ejecutivo pero no ratificado, hasta ahora, por el Consejo de Administración de la entidad binacional por negativas del Gobierno brasileño. Recientes informaciones confirman que no será alterada la tarifa unitaria.
c. Itaipú vende energía
El punto I.4 del Anexo C señala “Que cada entidad tiene el derecho de utilizar la potencia por ella contratada hasta el límite que será establecido, para cada lapso de operación, por Itaipú”. Sin embargo, desde el 2002, por Resolución del Directorio Ejecutivo, RDE 145/02, y del Consejo de Administración, RCA 020/02, se asocia a la potencia disponible para la contratación una energía llamada garantizada y una energía adicional a la garantizada.
Desde entonces, la energía quedó clasificada en garantizada y no garantizada y en situaciones excepcionales de generación, en energía excedente. Con toda razón los especialistas critican que desde ese momento Itaipú, incumpliendo el Tratado, dejó de vender potencia para vender energía.
d. La energía garantizada está fijada en 75.135.000 megavatios hora (MWh). Según estudios hidrológicos se tiene la certeza de un 95% de disponibilidad y es entregada en proporción a la potencia contratada. El costo de la energía garantizada debe ser igual al costo anual del servicio de electricidad. En el 2011 el costo del servicio de electricidad se presupuestó en US$ 3.291.000.000 / 75.135.000 KW. El resultado de la división, US$ 43,80 MWh, es la tarifa por megavatio hora de la energía garantizada.
e. La energía adicional a la garantizada, con una certidumbre de provisión estimada en un 5%, una energía muy barata, está destinada al pago de los royalties y los resarcimientos por la administración y supervisión de la entidad binacional a cargo de la ANDE y la Eletrobrás. El costo de la tarifa unitaria de la energía adicional a la garantizada se obtiene de la aplicación de fórmulas extraídas del Anexo C del Tratado:
4,0 (k) x US$ 0,650 el MWh x 2,03128 (FA) = US$ 5,28 el MWh
4,0 (k) x US$ 0,050 el MWh x 2,03128 (FA) = US$ 0,41 el MWh
US$ 5,28 + US$ 041 = 5,69 el MWh
(K= Factor Multiplicador; FA= Factor de Ajuste, fluctuaciones del dólar)
f. En el 2011, la energía adicional a la garantizada quedó establecida en 17.871.000 MWh; la Eletrobrás adquirió 12.871.000 MWh y la ANDE 4.518.000 MWh. Si se respetara el Tratado que determina que “…la energía será dividida en partes iguales entre los dos países… (Artículo XIII)”, debiera corresponder a la ANDE la mitad de la energía adicional a la garantizada: unos 6.435.550 MWh a US$ 5,69 el MWh. Para completar su adquisición la ANDE requería solamente 2.600.500 MWh de energía garantizada, una energía cara, a US$ 43,48 el MWh. Con este procedimiento la ANDE podría haber ahorrado en la compra de energía más de US$ 70 millones.
g. La cesión de energía
La central hidroeléctrica en el 2011 generó 92.523.000 MWh de energía. Si la margen derecha (MD) adquirió 9.036.000 MWh y la margen izquierda (MI) 83.487.000 MWh:
- MD: (50%) 46.261.500 MWh – 9.036.000 MWh = 37.225.500 MWh.
- MI: (50%) 46.261.500 MWh + 37.225.500 MWh = 83.487.000 MWh
La cesión a la MI fue 37.225.500 MWh. La compensación sería igual a:
US$ 300 GWh x 15,30 x 37.225,5 GWh x 2,03128 = US$ 347.074.748. Una media de US$ 9,32 el MWh.
(Factor Multiplicador = 15,30; Factor de Ajuste = 2,03128)
Sin embargo, recién desde la segunda quincena de mayo de 2011 entró oficialmente en vigencia el aumento de 5,1 a 15,3 del factor multiplicador.
Entonces es evidente que el monto calculado para la compensación en el 2011 debió ser mucho menor. ABC Color, el 25 de enero del año 2012, publicó que en la Ley para el Presupuesto de la Unión del 2012 la compensación por la cesión de energía está presupuestada en US$ 229.268.292.
h. Breve histórico de las compensaciones
Documentos de la Entidad Binacional, publicados en ABC Color, consigna que el Gobierno paraguayo entre los años 1989 y 2007 recibió por cesión de energía US$ 1.195.222.700, una media anual de US$ 66,4 millones.
Recién en el año 2007, Gobierno de Nicanor Duarte Frutos, la cifra por la compensación ascendió a unos US$ 100.302.700 por la cesión a la margen izquierda de 36.210.361 MWh a US$ 2,77 la unidad.
La historia de los pagos se inició en octubre de 1989 – luego de la caída del régimen del general Stroessner y cinco años después de operar la primera turbina- con una modesta remesa a nuestro país de US$ 13.415.500.
En 1993, alcanzó la suma de US$ 78.269.800; en 2002, US$ 62.044.200.
Por primera vez el año 2007 se superó la barrera de los cien millones de dólares americanos mediante el aumento del factor multiplicador de 4 a 5,1. La cifra de ese año fue mayor a los US$ 87.367.400 correspondientes al año 2006.
Durante los gobiernos de Lugo y Lula da Silva, el 11 de mayo de 2011, se modificó el factor multiplicador de 5,1 a 15,3.
i. Conclusión
Nuestros negociadores, en el contexto Tratado de Itaipú, decidieron ceder nuestro derecho de adquisición de la energía no utilizada a favor de Brasil. desviando así el objeto del acuerdo que dividía la energía en partes iguales.
El costo de la energía cedida en el 2011, a precio de la energía garantizada de hoy, alcanzaría una cifra superior a los (37.225.500 x 43,80) US$ 1.630 millones, ampliamente mayor que todas las compensaciones hechas al Paraguay desde 1989 hasta el año 2007.

martes, 13 de noviembre de 2012

Juez Barbosa, una bocanada de aire fresco

El ministro Joaquím Barbosa del Supremo Tribunal Federal del Brasil, relator del proceso conocido como mensalao, escándalo de corrupción que sacudió al Ejecutivo brasileño en el año 2005,  asumirá la presidencia del STF el 22 de noviembre de 2012. Las penas propuestas por el  juez instructor Joaquím Barbosa aceptadas por la mayoría del tribunal son ejemplares y un claro mensaje a la clase política que la corrupción debe ser castigada.

El nombramiento del juez Barboza tiene un refrescante impacto global que nutre de esperanzas a los países prisioneros de los sistemas judiciales manejados por  políticos corruptos.

En Paraguay abrigamos la esperanza que desde la presidencia del Supremo Tribunal Federal del Brasil se consiga un gobierno más  paritario en Itaipú, se devuelva su soberanía energética al Paraguay y se cancele la abusiva deuda a la ELETROBRÁS honrada desde hace mucho tiempo atrás. Todo ello,  para que los pueblos de Brasil y Paraguay  puedan aprovechar armoniosamente la rica producción de la usina hidroeléctrica Itaipú.

Joaquim Barbosa. Foto de Google Image.

Señor Juez Barboza, usted representa un vivo ejemplo que la justicia puede ser justa.
Congratulaciones Excelencia, extensiva al laborioso  pueblo brasileño.


General (R) Juan Antonio Pozzo Moreno
Asunción, 13 de noviembre de 2012


Itaipú: Una victoria bien brasileña

Brasil coaligado con Argentina y Uruguay destruyó la República del Paraguay en 1870. Los agresores, muchos años antes de la guerra de 1865-1870, desde 1857, en el "Protocolo de entendimiento para la guerra contra el Paraguay. Argentina Brasil" ya tenían diseñado el reparto del territorio nacional. Lo concretaron en en los tratados de límites de 1872 Brasil)  y 1876 (Argentina) apoderándose de más de 150 mil kilómetros cuadrados.

No obstante, Brasil no incluyó entre sus dominios las cataratas del Salto del Guairá fuente por excelencia, según sus técnicos, de un insospechado potencial energético. Para enmendar el error, en el año 1965, invadió nuevamente el Paraguay. Mediante la intervención de los Estados Unidos se acordó el Acta de Foz de Yguazú de 1966. En él se concluyó que el Salto del Guairá era un condominio, se retiró la tropa de ocupación y se acordó compartir equitativamente la producción energética de  la futura gran usina hidroeléctrica a ser construida.

En el Tratado de Itaipú de 1973, con la complicidad de negociadores paraguayos, se desvió el objeto del tratado y el 95% de la producción hidroeléctrica quedó para provecho brasileño. Una vez más, primaron las condiciones políticas en perjuicio del marco jurídico y la República Federativa de Brasil se apropió de Itaipú. ITAIPÚ UNA VICTORIA BIEN BRASILEÑA es la frase que acuñó el periodista Murilo Melo Filho en la edición1009 de la revista Manchete, pocos días después de la firma de Tratrado de Itaipú, el 12 de mayo de 1973. El ensayo pretende difundir cómo el aspirante a liderar la región y candidato a la titularidad del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sigue aplicando su política de expansión a costa de sus vecinos menos favorecidos.
Presentación del libro. Foto de ABC Color.

Este libro, publicado en el 2011, se comparte al público en su formato digital desde este blog, convencidos de que la reivindicación de los legítimos derechos paraguayos en Itaipú, es una causa nacional que todo ciudadano honesto debe hacer suya.


General (R) Juan Antonio Pozzo Moreno
Asunción, 13 de noviembre de 2012

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domingo, 11 de noviembre de 2012

La tendenciosa interpretación del tratado de Itaipú

Por Juan Antonio Pozzo Moreno (*). Domingo, 11 de noviembre de 2012.

En el Tratado de Itaipú del año 1973, se formalizó la cesión de derechos del Paraguay a favor del Brasil. No obstante, de acuerdo a las normas de la Convención de Viena de 1966, existen suficientes razones para reclamar al Brasil más de US$ 20.000 millones, cifra estimada publicada en ABC Color, que debió corresponder al Paraguay por los años transcurridos desde la puesta en ejecución de la usina de Itaipú.

En efecto, conforme al Tratado,  la energía producida por el aprovechamiento de los recursos hídricos del río Paraná, en condominio, “será dividida en partes iguales entre los dos países”. 

Es reconocido a cada uno de ellos el derecho de adquisición de la energía no utilizada por el otro país para su propio consumo y el “monto necesario” para compensar al que cede la energía. 

Enzo Debernardi, primer director general paraguayo de Itaipú. Foto extraída de google image.
Al modificarse en el Tratado de Itaipú  “el derecho de preferencia para la adquisición de esta misma energía a justo precio”, acordada en 1966 en el Acta Final de Foz de Yguazú, se derivó exclusivamente al Brasil la electricidad no utilizada correspondiente al Paraguay. Con estos arreglos desconocidos por la opinión pública, consensuados  por los negociadores paraguayos  Raúl Sapena, Enzo Debernardi, Carlos Saldívar, Alberto Nogués y Ezequiel González Alsina se entregó nuestra soberanía energética al Brasil.

Por el derecho de adquisición, la ELETROBRÁS consigue de  Itaipú  la totalidad del excedente energético para revenderla  al mercado brasileño. Significa que con la tendenciosa interpretación del Tratado de Itaipú, se abroga el derecho de adquirir la energía paraguaya para luego comercializarla en su propia margen. 

No obstante, la ANDE, con igual derecho, tiene prohibido adquirir  ¡su propia energía! Mucho menos revenderla, ni siquiera a la margen brasileña.

Según los especialistas, el precio del mercado regulado brasileño está por encima de los  US$ 80 el megavatio hora (MWh). 

Suponiendo que el costo de la energía de Itaipú puesto en el punto de entrega está por los US$ 50 el MWh y se la revende a US$ 80 al mercado brasileño, la diferencia, 30 MWh,  multiplicado por la cesión obligatoria de  37.225.000 MWh (año 2011) es igual  US$ 1.116, 7 millones. Si se descuenta a esta cifra los US$ 360 millones calculados como compensación, la ANDE deja de percibir anualmente unos US$ 757 millones por la cesión de su energía  al tener prohibida su comercialización.

En el punto 6 de  la declaración, entre ambos Gobiernos, del 25 de julio de 2009 se  reconoce por primera vez “la conveniencia de que la ANDE pueda gradualmente, a la brevedad posible, comercializar, en el mercado brasileño, energía de Itaipú correspondiente a los derechos de adquisición del Paraguay…”. Más adelante, en el mismo punto se señala “en la búsqueda de una integración energética regional que contemple inclusive la posibilidad de que Paraguay y Brasil puedan comercializar energía de Itaipú en terceros mercados a partir de 2023…”. 

Sin embargo, son meras intenciones. Hasta ahora no podemos disponer del excedente energético que  desde hace mucho tiempo, por medio del convertidor Garabí sobre el río Uruguay,  fluye libremente  hacía la Argentina. 

Mediante la forzada interpretación del Tratado de Itaipú,  que  en su contexto desvía de su objeto el acuerdo que divide la producción en partes iguales,  la margen izquierda aprovecha al  máximo la energía producida en Itaipú. Todo ello,  con la irrestricta colaboración de funcionarios y  autoridades nacionales de turno que por años  se omitieron  en completar la infraestructura básica para extraer y distribuir la energía en territorio nacional. 

Las esperanzas no son muchas cuando los responsables paraguayos de la Caja de Jubilación y de la Fundación Tesai sigan siendo parte de la Entidad Binacional Itaipú.


(*) Autor de los libros "Itaipú, la apropiación indebida" e "Itaipú, una victoria bien brasileña".


jueves, 8 de noviembre de 2012

La propuesta de una hegemonía suave


Por Juan Antonio Pozzo Moreno (*). Jueves, 8 de noviembre de 2012.

El Brasil es el quinto país de mayor superficie territorial en el mundo. Solamente Rusia, Canadá, China y Estados Unidos lo superan. Inicialmente con menos de 2.000.000 km2, con su política expansionista logró una superficie  de 8.511.965 km2, ocupando en la actualidad   el 47,3% de la superficie de América del Sur.

- En una publicación del  Centro de Estudios Internacionales, “El Brasil y la recomposición de la geopolítica latinoamericana en los primeros años del Siglo XXI”,  el doctor Carlos Federico Domínguez Ávila,  dice que el Brasil encara un proyecto sudamericano  que implica una afirmación de la idea de América del Sur como región específica y prioritaria en la formulación e implementación de su política hemisférica y global. No obstante,  Domínguez Ávila  resalta  que  “… la emergencia hemisférica y global del Brasil no deberá lograrse a costa o en contra de los intereses y las necesidades de otros países latinoamericanos  y caribeños”. El proyecto sudamericano brasileño, señala,  implica una reconfiguración geopolítica latinoamericana aunque existen otros proyectos como la Alternativa Bolivariana para las Américas, la Asociación de los Estados del Gran Caribe, el Plan Puebla-Panamá, etc.

El plan brasileño, según el doctor Domínguez Ávila, es “…de una iniciativa audaz, osada creíble y de largo plazo” que se destaca por su pragmatismo que puede privilegiar proyectos conjuntos de infraestructura económica, sin ser amenazador ni violento.

“Consecuentemente se trataría de una propuesta  de hegemonía suave, aunque normalmente no es presentada como tal por las autoridades brasileñas. Falta, entre tanto, terminar de convencer a la mayoría hasta ahora poco interesados vecinos sobre sus bondades. Brasil necesitaría ser mucho más generoso y luchar contra no pocas suspicacias y desafíos. Todo ello sin olvidar que la emergencia del Brasil como gran potencia mundial del siglo XXI no podrá ser alcanzada a costas o en desmedro de sus vecinos más inmediatos o más distantes”.

Es evidente –indica-  que  en su proyecto estratégico Brasil da por sentado su magnitud geográfica y su liderazgo en Sudamérica y  “…es cada vez más frecuente observar el entusiasmo de la elite diplomática brasileña por su dimensión geográfica y las consecuencias de ello derivadas en lo concerniente a su inserción internacional y geopolítica. Tal vez la más reciente iniciativa en esta línea haya sido la creación en septiembre de 2004, de la Comunidad Sudamericana de Naciones (CASA), después de intensas actividades de diplomáticos brasileños y de otros países”. Es importante señalar, que la Comunidad Sudamericana de naciones fue renombrada en el año 2007 como Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).

“Acontece –señala-  que en el subsistema específicamente  sudamericano Brasil sería la potencia dominante. Este sería el escenario donde resaltarían más visiblemente las perspectivas y capacidades económicas político-militares, y en menor medida simbólico-culturales brasileñas”.

Con respecto a la presunción de liderazgo, Domínguez Ávila, comenta que aparte de los problemas domésticos en el ámbito regional persiste la impresión de que se trata de una región que debe mantenerse libre de hegemonías. La mayoría de los países de América del Sur no son reconocidos únicamente por su circunstancia geográfica. Méjico, los centroamericanos y los antillanos objetan el carácter desagregador del proyecto sudamericano brasileño pudiendo ser Méjico un competidor extra regional del proyecto brasileño.

- Durante el Gobierno militar (1964-1985)
  1) La marcha hacia el Este
Con el golpe del 1 de abril de 1964 y la institucionalización del régimen castrense, los proyectos expansionistas de la Escuela Superior de Guerra, especialmente la tesis de Golbery do Couto e Silva, se transformaron en la estrategia oficial de Itamaratí.

La consolidación de la frontera del este y el establecimiento de la frontera atlántica se constituyeron en una constante en los pronunciamientos diplomáticos y militares brasileños. Gibson Barboza, ministro de Relaciones Exteriores del general Emilio Garrastazú Médici, afirmaba que después de las fronteras ideológicas, ya aplicadas plenamente  en la vecindad, ahora correspondía “vivificar las fronteras del este, nuestras relaciones con los vecinos de oriente, de los cuales estamos separados por los fáciles caminos naturales del océano Atlántico…”

En el año 1952, el general Golbery do Couto e Silva, siendo docente en la Escuela Superior de Guerra, proponía la tesis del “destino manifiesto” del Brasil sobre el Atlántico Sur “…porque este no choca en el Caribe con el de nuestros hermanos mayores del Norte…”

Con el propósito de descartar a la Argentina en el control del Atlántico Sur enfatizaba “…mientras entre nuestros vecinos hispano americanos recrudece no disfrazada una oposición a los Estados Unidos, que se enmascara en la ‘Tercera posición’… Brasil está en condiciones superiores, por su economía no competitiva, por su larga y comprobada tradición de amistad con los Estados Unidos…”

En apoyo a su tesis el geopolítico brasileño proponía una alianza entre Brasil y Estados Unidos “…que reconozca la estatura de Brasil en esta parte del Océano Atlántico, poniendo fin a la política bifrontal y acomodaticia en relación a nuestro país y la Argentina…”

La gran preocupación de Couto e Silva se centraba en la posibilidad  que el enemigo, el imperialismo  comunista, pudiese instalarse en el litoral africano frente a Brasil. La fórmula encontrada, a partir del año 1971, fue la construcción de la Comunidad Afro-Luso-Brasileña con lo que Brasil integraría a Portugal a su economía y por su intermedio, ingresar al Mercado Común Europeo. De paso, heredaría las colonias lusitanas en África: Guinea- Bissau, Angola y Mozambique. Con este giro, cambiaba drásticamente la política brasileña,  que desde 1964,  se manifestaba anticolonialista  y antirracista.

Con la Revolución de los Claveles del 25 de abril de 1974 y el radicalismo de los militares lusitanos en el poder, se descartaba prácticamente la puesta en ejecución de los proyectos brasileños, en especial el de la Comunidad Luso-Afro-Brasileña.

Las esperanzas del régimen militar brasileño resultaron vanas frente a los protagonistas principales del proceso de independencia de Portugal: los revolucionarios africanos y quedó patente que el proyecto de comunidad era una utopía promovido por el régimen que gobernaba Brasil.

 2) La marcha hacia el oeste
Raúl Zibechi nos narra, en “El difícil camino hacia el multilateralismo”, que la marcha hacia el oeste del Brasil comenzó apenas pusieron pie en tierra los primeros portugueses que rápidamente desbordaron los 600 kilómetros, desde la costa Atlántica hacía el oeste, que fijaba  el Tratado de Tordesillas (1494) entre España y Portugal. La impresionante expansión, que alcanzó las faldas de la cordillera andina y la cuenca del río de la Plata, fue encabezada por los colonos de San Pablo organizados en bandeiras en busca de esclavos indios, oro y piedra preciosa. De la mano de los bandeirantes, fueron cobrando forma las fronteras que a partir de 1822 perteneció al Brasil independiente.

Sigue diciendo Zibechi, que a  la Amazonia -un inmenso desierto verde lejano y de difícil acceso- lo definía Couto e Silva como el Brasil marginal, aun a mediados del siglo XX,  que habría que incorporar a la nación.

Entre 1850 y 1950 la superficie del Amazonas se duplicó a costa de sus vecinos: Bolivia, Perú, Colombia y Venezuela. Cita como ejemplo, que solo en la guerra de la Triple Alianza (Argentina, Brasil, Uruguay en contra de Paraguay) en 1865, Brasil se quedó con 90.000 kilómetros cuadrados de Paraguay.

Zibechi observa que “la expansión siguió creciendo, en lo fundamental, un proceso poroso e irregular para el cual fue necesaria más que la fuerza militar el poblamiento de regiones solitarias y la desobediencia sistemática de la legislación  internacional”

Otro ejemplo, es la incorporación al Brasil del territorio del Acre boliviano en 1904. También indica, que fue durante la dictadura militar nacida del golpe de Estado de 1964 cuando la ocupación de la Amazonia, combinada con la revitalización de las fronteras se convierte en una política de Estado de la mano Couto e Silva. Desde Getulio Vargas, en 1930, la política de la expansión y el desarrollismo se concretó con la fundación de Brasilia en 1960. En 1966, se declara a Manaos como zona franca y en 1970, se concibe la construcción de dos grandes carreteras junto a un vasto plan de colonización.

 3) Las fronteras vivas
Raúl Zibechi describe, que para Couto e Silva el concepto de fronteras vivas se resumía en que  si de un lado existe un país con alta densidad demográfica y desarrollo económico y al otro lado un país de escaza población y pobre, la frontera no existe.

Uno de los geopolíticos brasileños,  el capitán Mario Travassos,     también sostenía, en su libro “Proyección continental del Brasil (1935)”, que el triángulo formado por las ciudades bolivianas de Santa Cruz, Cochabamba y Sucre sería decisivo para el control del continente y quien dominase ese triángulo dominaría América del Sur.

Golbery do Couto e Silva, foto extraída de google image.

En sintonía con el general Golbery do Couto e Silva, el embajador Álvaro Teixeira Soares, ex jefe de la División Fronteras del Ministerio de Relaciones Exteriores,  en su libro “Historia de la formación de las fronteras de Brasil”, comenta que la frontera es un concepto dinámico que avanza y retrocede según las circunstancias, siendo algo vivo que ejerce presión natural sobre la frontera económica y demográficamente más débil.

En resumen, comenta Zibechi,  “si de un lado existe un país con alta densidad demográfica y desarrollo económico y al otro lado un país de escaza población y pobre, simplemente la frontera no existe. Ella va siendo empujada”

“Según estos autores –dice Zibechi-  la frontera paraguaya con Brasil retrocedió 100 kilómetros en la últimas décadas. En esa faja viven 400 mil brasileños expulsados de Río Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná que se convirtieron en instrumentos de los planes expansionistas de los militares  brasileños”

4) El autor de “Brasil. El difícil camino hacía el multilateralismo”, señaló también que  “Un siglo atrás el barón de Rio Branco, el canciller que diseñó la política exterior de su país para el siglo XX, dijo que ‘Brasil no debe quedarse en la obra hecha, sino que debe llegar hegemónicamente al Pacífico’. Cincuenta años después, el principal estratega del país, el general Golbery do Couto e Silva, apuntaba en la misma dirección: ‘Para Brasil en la hora actual hay un solo camino: agrandarse o perecer’. A comienzos del siglo XXI la nación más poderosa de Sudamérica va camino de realizar su sueño geoestratégico, no a través de la conquista militar sino mediante grandes obras de integración regional y la expansión de sus principales empresas; a la par, su participación al frente de una importante misión de paz le permitiría acceder al deseado reconocimiento como potencia mundial, que puede traducirse en un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU”

- La disuasión y la actual política de defensa brasileña
En la publicación de la revista de audiencias públicas del Senado Federal de marzo de 2012,  “En Discusión”,  se puede visualizar el nuevo enfoque de la defensa nacional del Brasil que intenta maquillar  su ambición hegemónica.

 1) En efecto:
     El descubrimiento de grandes reservas de petróleo en  el pre-sal, formación geológica submarina en aguas muy profundas del océano Atlántico por debajo de una capa de sal, que  permitirá que el país pueda  incrementar su reserva de 14.000 millones a 80.000 millones de barriles y posicionarlo  del decimo sexto lugar al octavo en la lista de naciones con mayores reservas petrolíferas del mundo;
     La magnitud de su territorio;
     La riqueza de la Amazonia con un quinto del agua dulce planetaria y el 15% de todas las especies animales y vegetales conocidas conforman un respetable potencial económico que pueden peligrar por acciones internacionales en pro de la defensa de los pueblos originarios que habitan en la región poniendo en discusión  la soberanía brasileña.

En ese contexto, la Comisión de Relaciones Exteriores y de Defensa del Senado, los especialistas civiles y militares concluyeron que la estrategia de la disuasión solo será eficaz con una estructura de defensa “fuerte moderna e integrada, capaz de desestimular y, en una segunda etapa, repeler eventuales ataques externos”. En otras palabras es necesario fortalecer las Fuerzas Armadas. El mensaje de la política de disuasión  que el Brasil está decidido a implementar es: “Si quieres la paz prepárate para la guerra”

 2) Paraguay y Bolivia, potenciales riesgos
Dentro de esta política diseñada para defender su riqueza, la frontera con Paraguay y Bolivia, dos países mediterráneos que tienen intereses compartidos con el coloso vecino,  son considerados áreas de tensión y potenciales riesgos, particularmente por el gas boliviano y la energía de Itaipú, “una vulnerabilidad de la seguridad nacional brasileña sujeta a las mudanzas políticas de Bolivia y Paraguay”.



(*) Autor de los libros "Itaipú, la apropiación indebida" e "Itaipú, una victoria bien brasileña".