sábado, 22 de noviembre de 2014

Blindando Itaipú

23 de Noviembre de 2014

 

Un Paraguay indefenso

El doctor Blas Garay fue uno de los tantos defensores de la patria. En 1896, con solo 23 años, fue subsecretario de Hacienda del gobierno del general Juan Bautista Egusquiza. El general, a pesar de que Garay militaba en una corriente interna disidente, lo designó en la función confiado en su talento. Más adelante, con mucho acierto, lo envió a España con la delicada misión de obtener datos y documentos en el Archivo General de Indias (Sevilla) que justificaba la posesión paraguaya sobre el Chaco Boreal.
Todo lo relacionado a títulos, cédulas, provisiones y mapas que daban crédito a nuestra antigua e inveterada posesión pacífica sería de suma utilidad. Se estaba gestando el conflicto de límites con Bolivia, que después detonaría en la Guerra del Chaco (1932-1935).
Blas Garay cumplió con capacidad y laboriosidad la tarea que fue fundamental en años posteriores para la defensa del Chaco.
Infelizmente, para desgracia del país, Blas Garay falleció en plena juventud, a los 26 años de edad, sin poder contemplar su gran contribución a la nación.
Hubo otros muchos patriotas como Blas Garay que no titubearon en aportar sus conocimientos para reivindicar los derechos del Paraguay hasta los límites arcifinios del Chaco Boreal.
No obstante, transcurrido el tiempo, se fue diluyendo del acervo nacional el cúmulo de actitudes patrióticas como el de Blas Garay.
Como vívido ejemplo resalta Itaipú, emprendimiento binacional totalmente perjudicial a los intereses nacionales. De hecho, de manos de nuestros negociadores, se construyó un tercer Estado subordinado al Brasil para minimizar la participación nacional.
La propaganda oficial, con increíble ligereza, para encubrir el entreguismo y morigerar los abundantes cuestionamientos anunciaba que el Paraguay solo aportaba el agua. La abdicación escondida al escrutinio público, con funcionarios sin voluntad de objeción mandados por el general Stroessner, privó al Paraguay de su riqueza industrial más importante: Itaipú.
Un breve recuento recogido por la historia, de la que no se salva la etapa de la transición democrática corrompida por los incondicionales del régimen anterior, nos señala como se fue consolidando la entrega de nuestra soberanía energética al vecino país en Itaipú, por razones de “seguridad”, según alegaban los sumisos negociadores.
Obviando, el Acta de Foz de Yguazú de 1966, se formalizó la entrega gratuita de la energía excedente al Brasil en el Tratado de Itaipú de 1973. Itaipú se hizo cargo de la compensación por la cesión de energía. Recién desde 1986, la exigua compensación es abonada por el Estado brasileño. Así quedó atado el excedente paraguayo a la margen opuesta para ser comercializada por la Eletrobrás con pingües beneficios.
Como si fuera poco, por Nota Reversal Nº 7 del 26 de abril de 1973, se asignó a funcionarios brasileños en las principales direcciones del Directorio Ejecutivo. Desde entonces, haciendo tabla rasa de la cogestión paritaria, Itaipú quedó a cargo del Brasil.
Ya en 1993 –gobierno del ingeniero Juan Carlos Wasmosy– la Corte frenó la injerencia en la binacional de la Comisión de Ilícitos del Congreso (Ley 137/93), por contradecir, según José Antonio Moreno Rufinelli, el orden de prelación de las leyes. Decía el abogado, “... En consecuencia, cualquier interpretación extensiva de la Ley 137/93, que quiera imponer un control unilateral directo por medio de la Comisión de Ilícitos, atentaría contra el orden de prelación establecido en el Art. 129 (sic) de la Constitución Nacional” (Debernardi, p. 585, p. 586).
Durante el mismo gobierno, el 26 de diciembre de 1997, los ministros de la Corte Suprema de Justicia también hicieron lugar a una medida de urgencia solicitada por los abogados de Yacyretá, Itaipú y ANDE. Los ministros suspendieron, esta vez, los efectos de la Ley 1161/97 que obligaba a los funcionarios de las binacionales a informar y enviar documentación al Congreso y la Contraloría a través de la ANDE. Itaipú fue representada por el abogado Anastacio Acosta Amarilla; Yacyretá por Aníbal Scappini y la ANDE por Marcos Amarilla Lesme. La acción fue patrocinada por los doctores Juan Carlos Mendonca y José Antonio Moreno Ruffinelli.
Más tarde, en el año 2002, una vez clasificada ilegalmente la energía en categorías –gobierno del abogado Luis Ángel González Macchi– se completó la obra apropiándose indebidamente la Eletrobras de la mayor parte de la energía adicional a la garantizada, muy barata, quedando para la ANDE la migaja sobrante.
En el año 2011 –gobierno de Fernando Lugo– fue confirmada la inconstitucionalidad de la Ley 1161/97 por la Sala Constitucional de la CSJ.
La Sala Constitucional de la Corte con los votos de Antonio Fretes, Alicia Pucheta de Correa y Miguel Óscar Bajac, declararon inaplicable la Ley Nº 1161/97 “Que reglamenta las obligaciones de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE)”.
El 24 de junio de 2011, ABC Color respondía con un furibundo editorial:
“Con los trastocados fundamentos normativos de su sentencia, lo que ha venido a establecer la Sala Constitucional es algo así como el reconocimiento de la existencia de dos nuevos estados independientes, las entidades binacionales Itaipú y Yacyretá, en las que las cuentas nacionales de las mismas no deberán ser informadas al Poder Legislativo ni a la Contraloría General de la República. Estas binacionales, que mueven inmensas sumas de dinero, no estarán sujetas en nuestro país a más control que el que quiera efectuar la ANDE. Los funcionarios paraguayos que se desempeñan como directores y consejeros de las binacionales tampoco estarán sujetos a más control que el que quiera hacer la ANDE. El Congreso no puede ejercer ninguna acción en la materia. El contralor general se encuentra con que la Sala Constitucional de hecho ha derogado el art. 283 inc. 4 de la Constitución, que le otorgaba la fiscalización de las cuentas nacionales de las entidades Itaipú y Yacyretá”.
Pero hay más, últimamente el fiscal general del Estado, Javier Díaz Verón, remitió dos dictámenes a la Corte Suprema de Justicia donde recomienda rechazar las acciones de inconstitucionalidad presentadas por la Entidad Binacional Yacyretá y la Itaipú Binacional contra la Ley N° 5189 de fecha 20 de mayo de 2014 que “establece la obligatoriedad de la provisión de informaciones en el uso de los recursos públicos sobre remuneraciones y otras retribuciones asignadas al servidor público de la República del Paraguay”.
En el dictamen donde, por fin con un sesgo patriota, se plantea el rechazo a la acción presentada por Itaipú Binacional, el fiscal general refiere textualmente en una parte: “La normativa hoy atacada de inconstitucional, apunta a constituirse como una herramienta para transparentar la gestión del Estado y combatir la corrupción, siendo este, uno de los males más graves que afecta a los sistemas democráticos”.
De esta manera, entre 1973 y 2014, las autoridades gubernamentales se encargaron de construir Estados binacionales, cerrando al Congreso Nacional o a la Contraloría General de la República toda posibilidad de controlarlos. Amparados en el blindaje jurídico, hoy día, una simple lista de niveles salariales solicitados por el Congreso Nacional son negados por funcionarios dependientes del Estado paraguayo. Si no fuera por la decisión del Ejecutivo, que al igual que el Fiscal apostaron –como debe ser- por la transparencia, se estaría aún expectante de la indecisión de la Corte sobre el pedido de inconstitucionalidad. Realmente, es de lamentar.
Itaipú
De hecho, de manos de nuestros negociadores, se construyó un tercer Estado subordinado al Brasil para minimizar la participación nacional.
Riqueza
La abdicación... con funcionarios... mandados por Stroessner, privó al Paraguay de su riqueza industrial más importante: Itaipú.
(*) Autor de los libros Itaipú, la apropiación indebida. Itaipú, una victoria bien brasileña. Itaipú, historia de un fraude y crónica de una entrega

domingo, 16 de noviembre de 2014

Ingeniería financiera a la medida

16 de Noviembre de 2014

 El escándalo no debe seguir

¿Deuda de Itaipú?

En 1973, Itaipú estaba presupuestada en torno a los US$ 2.033 millones. Estaba prevista la instalación de 14 máquinas de 700 MW, un promedio aproximado de US$ 200 por KW instalado. El valor referencial de esa época era que el límite de inversión para centrales de este tipo era de US$ 250 por KW instalado. Sin embargo, en ese año se produce la primera “crisis del petróleo”, con lo cual todos los insumos aumentaron de precio, principalmente el acero, el aluminio y el cobre, componentes fundamentales para este tipo de emprendimiento.
Según el ingeniero Guillermo López Flores, exfuncionario de Yacyretá, el 7 de noviembre de 1973 el proyecto avanzado elevó el presupuesto a US$ 3.444.240.000 y en enero de 1976 el presupuesto final de la obra era de unos US$ 5.851.650.000.
Como se puede observar, el costo del proyecto preliminar en el momento de la firma del tratado difirió bastante del costo del proyecto ejecutivo final.
En 1978 se aumentaron las máquinas a 18 y posteriormente a 20
Al finalizar la obra, la inversión total contabilizada fue de aproximadamente US$ 14.000 millones con 14.000 MW de potencia instalada, por tanto el costo unitario es de US$ 1.000 por KW. Actualmente el valor referencial para centrales de este tipo está en torno a US$ 2.500 por KW instalado.
Para iniciar la obra, aparte de US$ 100 millones como aporte de capital de la ANDE y Eletrobrás, en 1975 la Eletrobrás concedió un crédito de US$ 3.566 millones, en moneda brasileña, a la Itaipú compatible con el cronograma original de obras, ocho años de gracia (hasta 1983), 10% de interés, corrección monetaria y otras tasas.
La Itaipú registró deudas vencidas desde 1979 hasta 1996; también antes y hasta 1983, todas ellas causadas principalmente por los préstamos complementarios de corto y mediano plazo.
La deuda vencida después de 1983 se debió a la falta o insuficiencia de ingresos en los años en que vencían cuotas importantes del servicio de la deuda, la que tuvo que ser refinanciada.
Los principales factores que originaron la deuda vencida fueron:
El atraso en el cronograma de entrada en operación de las unidades generadoras con relación a lo previsto al contratarse los préstamos; la concentración de vencimiento en los primeros años de la explotación, mayormente derivados de los préstamos internacionales; déficit tarifario de 1986 a 1990 a causa de la tarifa por debajo del valor del costo del servicio violando el tratado; la morosidad de las empresas brasileñas que en el año 1992 alcanzó unos US$ 5.378 millones.
A fines de 1996 se iniciaron las conversaciones para solucionar el problema de la deuda, porque esta crecía en forma exponencial y su proyección para 2023 sería unos US$ 60.000 millones, situación parecida a la de Yacyretá actualmente. El objetivo era cancelar totalmente las deudas en el año 2023.
- Evolución de la deuda de Itaipú
1) Deuda, en millones, renegociada 1990 (Gobierno general Rodríguez)
- Eletrobrás US$ 9.336
- Otros US$ 7.552
- Total US$ 16.888
2) Deuda, en millones, renegociada al 31 de diciembre de 1996 (Gobierno ingeniero Wasmosy)
- Eletrobrás: US$ 16.225
- Finame: US$ 91,5
- Otros Brasil: US$ 1.068,4
- Deuda Externa: US$ 1.559,2
- Fondos de pensiones: US$ 91,2
- Total: US$ 19.035,3
- Observación: La deuda en la administración Wasmosy aumentó en US$ 2.147 millones.
La sumatoria Finame, Brasil, deuda externa, fondos y pensiones totaliza US$ 2.810,3 millones.
La deuda a la Eletrobrás de US$ 16.225 millones se desglosa en: US$ 12.031,1 millones + US$ 4.193,5 millones añadido como deuda vencida.
- La inclusión de US$ 4.193,5 millones se atribuye a la venta del servicio de electricidad por debajo del costo a las empresas compradoras, un 98% brasileñas. Del pasivo, calificado como ilegal por la Contraloría General de la República, se hizo cargo Itaipú.
Según cálculos conservadores, “la tarifa social”, entre marzo de 1985 y febrero de 1990, cincuenta y nueve meses, arrojó una pérdida de US$ 525,5 millones. Representa un 12,5% de la deuda vencida; el resto, 87,5%, serviría para cubrir otros déficits derivados del Plan Real.
- La Eletrobrás se había transformado en una empresa de capital mixto, cotizaba en los mercados internacionales, se presentaba como única propietaria de Itaipú y evitaba exhibirse con una deuda de crecimiento exponencial.
Por el acuerdo de 1997 con la Eletrobrás, la deuda de US$ 16.225 millones en moneda local, a una tasa de interés del 10% y saldo deudor corregido a la inflación brasileña, sería convertida en moneda americana y dividida en tres partes. Todas ellas indexadas a la tasa de inflación de los EE.UU. denominada Factor de Ajuste (FA).
Línea A: US$ 4.193,5 millones, a ser pagada a partir de enero/97 hasta septiembre/2001, conocida como “deuda espuria”; interés 4,1%.
Línea B: US$ 10.250,480 millones, a ser amortizada a partir de abril/2001 hasta el año 2023; interés 7,5%.
Línea C: US$ 1.781 millones, a ser amortizada a partir de enero/2007 hasta el año 2023; interés 4,1%.
Durante cuatro años, desde 1997, no se amortizaron ni capital ni intereses de la Línea B y la capitalización al 2001 elevó la deuda de US$ 10.250.480.774 a US$ 15.024.903.624.
La capitalización de la Línea C, al final del periodo de gracia de 10 años, en el 2006 ascendió de US$ 1.781 millones a US$ 3.105.085.730.
- En resumen, debido a dicho cronograma de pagos al final del 2006, a 10 años de la renegociación, el monto aumentó en US$ 6.098,4 millones por intereses capitalizados y ajustes monetarios.
3) Deuda Itaipú al 31 de diciembre de 2007 (Gobierno Duarte Frutos)
Insólito. El mundo del revés diseñado por la ingeniería financiera brasileña, con la complacencia de sus homólogos paraguayos. Después de abonarse a la Eletrobrás las cuotas correspondientes a 1997, 1998, 1999, 2000, 2001, 2002, 2003, 2004, 2005, 2006 y 2007, un total de US$ 14.819,5 millones (ABC, 2 octubre 2011), el saldo deudor con la multinacional brasileña al 31 de diciembre del año 2007 seguía aumentando.
-Eletrobrás US$ 17.037,5 millones (ABC, 2 octubre 2011)
- Otros US$ 2.445,2 millones
- Total US$ 19.482,7 millones (ABC, 31 diciembre 2007)
El pasivo con la Eletrobrás recién comenzó a declinar en el año 2010. En ese año la deuda de US$ 16.225 millones, arreglada en 1996, disminuyó a US$ 15.715,6 millones gracias a que Lula, a pedido de Duarte Frutos, consiguió erradicar el factor de ajuste. Por fin se frenó la bola de nieve de la que se nutría la Eletrobrás.
También existen dos últimos préstamos con la multinacional brasileña de “conclusión de obras” de US$ 181.577.200 e instalación de las “unidades 9A y 18A”, por US$ 190.099.600, un total de US$ 371.676.800. Este monto no forma parte del arreglo de marzo de 1997.
No obstante de abonarse 11 cuotas, una por año, la deuda total de Itaipú aumentó en US$ 447,4 millones. De igual modo, el pasivo de Itaipú con la Eletrobrás también aumentó en US$ 812,5 millones.
Para la Comisión de Entes Binacionales Hidroeléctricos, hoy increíblemente desactivada, dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores, la deuda ya fue honrada suficientemente. Jeffrey Sachs, asesor económico de Ban Ki-moon, en su minucioso estudio corrobora el aserto de nuestros compatriotas.
En el año 2009, por los préstamos de la Eletrobrás y el Tesoro brasileño, Itaipú abonó US$ 2.066 millones. Un buen dinero que compartido hubiese sido sumamente beneficioso a los pueblos de los socios condóminos y no a los accionistas de la multinacional brasileña que cotiza en la Bolsa de Nueva York.
Doce veces más
En el año 2023, la Itaipú devolverá a la Eletrobrás un total de US$ 45.631,5 millones, unos doce veces más del valor del préstamo original. Los aportes, en vez de préstamos usurarios, no cuentan mediante la acomodada interpretación del Tratado de 1973.
¿Por qué el Estado paraguayo, en su condición de copropietario de la binacional, sigue permitiendo este escandaloso abuso? ¿No les llama la atención a los probonistas de la actual administración esta desaguisada situación?
US$ 200
En 1973, Itaipú estaba presupuestada en torno a los US$ 2.033 millones. Preveían la instalación de 14 máquinas de 700 MW, US$ 200 por KW.
Abuso
¿Por qué el Estado paraguayo, en su condición de copropietario de la binacional, sigue permitiendo este escandaloso abuso?
(*) Autor de los libros Itaipú, la apropiación indebida. Itaipú, una victoria bien brasileña. Itaipú, historia de un fraude y Crónica de una entrega.
juanantoniopozzo@gmail.com

martes, 11 de noviembre de 2014

Bonos y "blindaje" jurídico, iniciativas paraguayas

11 de Noviembre de 2014

| dictamen de contraloría e informe de jeffrey sachs coinciden en su origen espurio

Afirman que emisión de bonos tiene por objeto blanquear deuda de Itaipú

Una posible emisión de bonos implicará aceptar tácitamente la deuda espuria de Itaipú Binacional y permitirá a la Eletrobras “blanquearla” en los mercados internacionales, afirma el Gral. (R) Juan A. Pozzo. Agrega que la Contraloría dictaminó en su momento sobre el origen ilegal de la misma.
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Una emisión de bonos en las actuales condiciones solo busca blanquear la deuda de Itaipú Binacional, ya que la Eletrobrás tiene serios inconvenientes en la Bolsa de Nueva York para justificar el origen de la misma. Así lo entiende el Gral. (R) Juan A. Pozzo, investigador y autor de varios libros referentes a la binacional, para quien además, las recomendaciones sobre la deuda, que están totalmente canceladas según Jeffrey Sachs, deben ser tenidas en cuenta en toda propuesta de emisión de bonos.
“Esa deuda, según nuestra Contraloría, es ilegal, sobre todo aquella de US$ 4.193 millones que es totalmente espuria. Por eso es que este punto, relacionado con la revisión de la deuda, fue incluido en el acuerdo del 25 de julio de 2009, firmado por los presidentes Fernando Lugo y Lula Da Silva, pero lamentablemente no se avanzó en esto”, señaló Pozzo.
En cuanto a la posición de la empresa estatal brasileña Eletrobrás, que aparece como la acreedora de la deuda, el investigador asegura que están en problemas con ese pasivo, porque ellos, para emitir acciones en Nueva York, deben cumplir con los requerimientos y las condiciones que son muy importantes. “Los bonos o las acciones que se trabajan en la Bolsa de Nueva York deben ser deudas limpias, deudas que no estén condicionadas. Y la Eletrobrás hace pasar la deuda de Itaipú como si fuera una deuda blanca, limpia, y no es así”, insistió.
Poco conveniente
Añadió que si el tema de la deuda no se arregla, es poco conveniente que se concrete la operación para nuestro país. “Cómo van a emitir bonos sobre una deuda que todavía no se aclaró. Aparte de eso, en 2023 se tiene programado pagarla totalmente y este es un riesgo muy importante, pues nadie asegura que se obtendrán los intereses que dicen. Este es un negocio de alto riesgo y es objetable por donde se lo mire”, declaró Pozzo.
En la última reunión del Consejo de Administración de Itaipú se aprobó la propuesta del directorio para llevar adelante tratativas para lograr la emisión de bonos contra la deuda de la entidad. Así lo indicó el titular paraguayo de Itaipú, James Spalding, quien explicó que la idea era, en parte, mejorar las condiciones financieras del saldo del pasivo que tiene la binacional, con el fin de utilizar esos ahorros para la actualización tecnológica.
La cifra estimada para la operación oscila entre US$ 450 y 500 millones. Asimismo, indicó que depende de la respuesta del Ministerio de Hacienda de Brasil, que deberá aceptar la operación y canjear deudas que están al 7,5%, por un pasivo de aproximadamente 4%, y con el ahorro de la tasa de interés se puede lograr un flujo para la actualización, sin impactar en la tarifa.
“Es viable en el futuro”
El nuevo director jurídico de Itaipú, Luis Breuer, afirmó que en la margen derecha ven la posible emisión de bonos como “una alternativa viable para darse en el futuro. Creemos que con el grado de inversión que recibió, Itaipú está calificada para entrar en mercados internacionales y es una alternativa que está ahí, que debe ser obviamente analizada atendiendo ciertos factores internacionales y aspectos financieros, pero es muy interesante”, afirmó. Agregó que Itaipú Binacional, como generadora de energía limpia y renovable, tiene también la posibilidad de emitir los llamados bonos verdes; que son fondos destinados al desarrollo de energías limpias.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Atrapado sin salida

10 de Noviembre de 2014

 

En las garras del crimen organizado

 
El 18 de octubre de 1970, con la captura de unos 43,5 kilos de heroína en el aeropuerto de Miami, se inauguraba oficialmente la “narcopolítica” en Paraguay. En efecto, los contrabandistas responsables del ilícito eran altos funcionarios paraguayos estatales protegidos por el Gobierno. Exigido por los Estados Unidos, que amenazaba cortar la ayuda económica y militar al Paraguay, en 1971 fue extraditado a los Estados Unidos Auguste Ricord, conocido narcotraficante internacional.
En junio de 1973, la revista “Selecciones” publicó una nota de investigación realizada por el reconocido periodista Natahm Adams titulada “Tráfico de heroína en Iberoamérica”, en la que relataba el caso Ricord. En la publicación se mencionaban los negocios turbios de Rodríguez, Colmán, Montanaro y Pastor Coronel. Por presión del mismo Rodríguez, los números no pudieron ingresar al país clandestinamente. El rumor de la censura corrió enseguida por todos lados y muchas personas viajaron a Clorinda a comprar un ejemplar, ya que en Argentina la edición había sido distribuida.
Coincidentemente, por aquellos tiempos, el Oscar fue entregado a la película “La conexión francesa”, con la actuación de Gene Hackman y Fernando Rey. Este último interpretaba al narcotraficante Alan Charnier, personaje inspirado en Ricord. La cinta trataba las peripecias del detective “Popeye” Doyle (Hackman) cuando detectaba un importante cargamento de heroína que llegaba a Estados Unidos proveniente de Marsella.
Después de los sucesos de 1989, uno de los principales responsables del ilícito mencionado por Adams, blanqueado por la comunidad internacional, logró ejercer la primera magistratura del Paraguay.
Las posteriores administraciones políticas que le sucedieron, todas ellas inficionadas por la producción, la comercialización y el tráfico de drogas y afines, siguieron sin solución de continuidad. No obstante, con el asesinato del valiente periodista Pablo Medina y su joven acompañante, eclosionó la magnitud del narcotráfico en el Paraguay.
El 4 de noviembre de 2014, el enviado del presidente Obama, Alex Lee, subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, de visita en nuestro país, alarmado por el suceso lamentó el asesinato del periodista Pablo Medina y dijo en una entrevista con ABC Color que el Gobierno debe estar en condiciones de llevar ante la justicia a los culpables. Comprometidos hasta el tope permisible, políticos, magistrados, fiscales, fuerza pública, entre otros, inmersos en el crimen organizado, manipulan al Estado paraguayo. Faltos de pudor ostentan su mal habidas fortunas, que también sirven para la compra de votos, para pervertir la política haciendo tabla rasa de la democracia para arrodillar la República a sus nefastos intereses.
El 3 de noviembre pasado, el editorial de ABC Color señalaba a sus lectores que “La ‘narcopolítica’, de la que hasta ahora se hablaba bastante pero no se sabía mucho, comienza a dejar ver sus primeros tentáculos. La olla que se está destapando nos está mostrando cuán profundamente los grandes criminales lograron penetrar en las estructuras del Estado y de la sociedad, en lo que toca, específicamente, a las organizaciones políticas. La ciudadanía, una vez más, tiene en sus manos la posibilidad de enderezar este rumbo por el que nos condujo la narcopolítica. Deberá vigilar atentamente desde ahora a quienes se postulan como candidatos para las próximas elecciones municipales, y denunciar a los sospechosos de ser delincuentes, traficantes, corruptos, ladrones de dinero público. La limpieza moral de esta democracia debe comenzar por la base. Nunca más votar por un candidato bandido”.
Tal vez con la muerte de Medina y de la joven Antonia Almada, con absoluto repudio de la ciudadanía, se pueda iniciar el proceso que recupere al país de las garras del crimen organizado, lo que indudablemente significará una segunda independencia para el Paraguay.
juanatoniopozzo@gmail.com

domingo, 9 de noviembre de 2014

Un acuerdo entreguista

09 de Noviembre de 2014

| Itaipú

Un tratado hecho a la medida del socio

 
 
En 1872, el Tratado Loizaga-Cotegipe “… consagró la vieja aspiración brasileña de lograr los territorios situados entre los ríos Blanco y Apa y la zona del Amambay” (Benítez, Luis G. Manual de Historia Paraguaya).
 
En 1876, se firmó en Buenos Aires el Tratado Machaín-Irigoyen, por el que la Argentina se apropió de las regiones al sur del río Paraná y las comprendidas entre los ríos Bermejo y Pilcomayo.
En ambos documentos se le obligó a ceder al Paraguay, ocupada militarmente, unos 150.000 kilómetros cuadrados de territorio nacional. No obstante, quedó pendiente la pretensión argentina sobre la región situada entre los ríos Pilcomayo y Verde, que el fallo arbitral de noviembre de 1878 de Mr. Rutherford B. Hayes, presidente de los Estados Unidos de América, adjudicó al Paraguay.
Antes de cumplirse un año del laudo Hayes, el 15 de octubre de 1879, bajo la presidencia de Cándido Bareiro, el ministro de Relaciones Exteriores de Paraguay y el ministro plenipotenciario de Bolivia suscribieron en la ciudad de Asunción el Tratado Decoud-Quijarro, que concedía a Bolivia desde “… el paralelo que parte de la desembocadura del río Apa hasta encontrar el río Pilcomayo.
En consecuencia, el Paraguay renuncia a favor de Bolivia el derecho al territorio comprendido entre el mencionado paralelo y la Bahía Negra y Bolivia reconoce como perteneciente al Paraguay la parte sud hasta el brazo principal del Pilcomayo”. Sin embargo, esta insólita entrega de la mitad del Chaco Boreal fue impedida mediante el patriotismo de los miembros del Congreso Nacional que se negaron a ratificar el ignominioso tratado.
Casi un siglo después, se repite la historia con uno de los convenios bilaterales más perniciosos en la vida independiente del Paraguay: el Tratado de Itaipú del 26 de abril de 1973.
En esta ocasión, para desgracia del país, el acuerdo fue ratificado el 17 de julio del mismo año por la mayoría oficialista del Poder Legislativo que así formalizó la cesión gratuita al Brasil de la energía no utilizada por el Paraguay a ser generada en Itaipú. El precio justo por la energía cedida, acordado en el Acta de Foz de Yguazú de 1966, quedó en abonar Itaipú mediante una irrisoria compensación. Insólito, como la otra Alta Parte Contratante, Paraguay debía compensarse a sí mismo.
Los que negociaron el Tratado de 1973, de acuerdo con lo dispuesto por el general Stroessner, según publicación de ABC Color del 7 de febrero de 2011, Enzo Debernardi, Carlos Augusto Saldívar, Raúl Sapena Pastor, Alberto Nogués, Ezequiel González Alsina, comprometieron, entre otros:
- la cesión gratuita a la margen izquierda de la electricidad paraguaya;
- la resignación a la cogestión paritaria;
- la renuncia a la vigilancia de la margen derecha por elementos propios de seguridad.
Estas abdicaciones a favor del socio condómino, increíblemente ratificadas por la mayoría oficialista del Congreso Nacional, eran necesarias -según sus argumentadores- para preservar la seguridad nacional. Aparentemente no estudiaron el acuerdo inconstitucional, que luego convirtieron en ley. Solo así puede explicar la inclusión en el documento de la palabra “compulsorio” (Art. XII del Tratado, párrafo a, párrafo c), que no registra el diccionario de la Real Academia Española.
Mateo Balmelli, en ocasión de asumir como director general paraguayo, anunciaba en ABC Color del 19 de agosto de 2008 una nueva estrategia a seguir: “Seguiremos exigiendo los derechos del pueblo paraguayo, la igualdad en la cogestión administrativa, el justo precio y todo lo que corresponda” (ABC Color 19 de agosto de 2008). Años después, en un notable giro, argumentaba que por la carencia de fuerza no se puede “pretender forzar la situación para que un Estado reconozca que explotó y sustrajo riquezas de otro (porque) constituye un desaguisado al cual se apela cuando se está en condiciones de poder llevar el uso de la fuerza a la práctica” (Balmelli, Mateo. 2011. Itaipú una reflexión ético-política sobre el poder. p.192).
Según esta teoría, seguirá sin respuestas el Estatuto paritario de 1995 y los seis puntos reclamados en la mesa negociadora de septiembre de 2008. Por nuestra debilidad, también nos estaría vedado el reclamo del holocausto del pueblo paraguayo en la Triple Alianza, y la memoria histórica del Paraguay, secuestrado en Piribebuy, seguirá en Río de Janeiro. De igual modo, el holocausto del pueblo armenio seguiría impune. Tampoco Palestina podría haber obtenido, ni reafirmado su nueva condición otorgada por la Asamblea General de la ONU, el reconocimiento a la Autoridad Nacional Palestina como Estado observador de la organización.
Por otro lado, el abogado Eduardo De Gásperi plantea como alternativa válida para la política internacional del Paraguay la anulación del Tratado de Itaipú por entender como “…una desviación de la buena fe del objeto y fin del Tratado…” a la luz de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados que establece en su Artículo 31, como regla general de interpretación, que “Un Tratado deberá interpretarse de buena fe conforme al sentido corriente que haya de atribuirse a los términos del Tratado, en el contexto de estos y teniendo en cuenta su objeto y su fin”.
No obstante, mediante algunos maquillajes desde el 1 de noviembre de 1973 (N.R. 18/73) los servicios de seguridad quedaban sometidos a las respectivas soberanías nacionales y desde 1986 (N.R. 4/86) el Estado brasileño, en vez de Itaipú, se encargaba de la compensación por la cesión de energía. En el mismo año (N.R. 1/86), Debernardi ascendió a director general paraguayo, sin embargo, las direcciones Técnica y Financiera del directorio ejecutivo seguían controladas por funcionarios brasileños.
El impacto de esta asimetría en el Tratado de Itaipú de 1973, que desarrolló al Brasil y postergó al Paraguay, continúa hoy día con sus perniciosos efectos. Ningún programa que contemple el uso de la hidroelectricidad podrá prosperar en Paraguay hasta tanto no se recupere la soberanía energética tan vilmente entregada en 1973. El Brasil, hasta hoy día, no está dispuesto a devolvernos nuestra electricidad hasta tanto pueda sustituirla por otra fuente más barata.
Lo que queda en claro es que la sustracción por el Brasil de la riqueza industrial más importante del Paraguay, con notable impacto a su población más carenciada, sigue vigente.
Solo resta insistir sobre la Declaración Lugo-Lula de 2009, para que la ANDE, en vez de la Eletrobrás, pueda ejercer de una buena vez por todas el derecho de adquisición sobre su energía. En justicia, también la energía adicional a la garantizada debe ser repartida mitad y mitad y no de acuerdo a la potencia contratada.
Es más, las recomendaciones sobre la deuda, que están totalmente canceladas según Jeffrey Sachs, deben ser tenidas en cuenta en toda propuesta de emisión de bonos. Estas emisiones, según James Spalding, servirán para adelantar el pago de la deuda y destinar eventuales ahorros al plan de mejoramiento de las turbinas de la central hidroeléctrica. Con las traumáticas experiencias adquiridas en Itaipú, no suena bien.
Itaipú es un hecho, solo comparable con la rapiña sufrida como corolario de la Guerra Guazú (1864-1870); amerita un enfoque más realista, no entreguista, por no decir genuflexo, de nuestras relaciones bilaterales con el vecino país.
Deuda
Las recomendaciones sobre la deuda, que están canceladas según Jeffrey Sachs, deben ser tenidas en cuenta en toda propuesta de emisión de bonos.
(*) juanantoniopozzo@gmail.com
Autor de los libros Itaipú, la apropiación indebida. Itaipú, una victoria bien brasileña. Itaipú, historia de un fraude e Itaipú, crónica de una entrega.