domingo, 22 de diciembre de 2013

La dignidad en subasta

22 de Diciembre de 2013  

Un inexplicable retroceso

La diplomacia y la capacidad disuasiva militar son dos condiciones inherentes a la defensa nacional.
La inconstitucional evasión del servicio militar obligatorio, la ausencia de un programa que pueda restituir el material obsoleto de las fuerzas singulares y la acelerada desaparición de las Reservas colocan en una situación crítica al principal elemento disuasivo de la defensa nacional: las Fuerzas Armadas de la Nación.
Ninguno de los gobiernos nacionales, desde la Guerra del Chaco, se preocupó en resolver esta cuestión íntimamente relacionada con la existencia misma del Estado paraguayo. Infelizmente, durante todo este tiempo, los recursos económicos disponibles fueron dilapidados en el sostenimiento de una politiquería corrupta y prebendaria con prominentes clientes, todos ellos indiferentes a la suerte de la patria.
En la actual coyuntura -impedidos de recuperar nuestra soberanía energética en las hidroeléctricas binacionales y violentada nuestra permanencia en el Mercosur- su débil presencia persuasiva es más que irrelevante en la defensa nacional. Solo resta, en el ámbito de la seguridad nacional, seguir apostando por el respeto a las normas internacionales y una fuerte alianza con los países centrales a fin de sostener una posición diplomática que, paradójicamente, es cada vez menos apegada a la memoria histórica.
La seguridad jurídica, reclamada insistentemente -básica para las inversiones provenientes tanto del interior, pero especialmente del exterior del país- es una cuestión esencial que está indisolublemente ligada con el desarrollo nacional.
Los últimos acontecimientos, que forzaron al Gobierno nacional a reclamar la ilegal inclusión de Venezuela en el Mercosur -en protesta por la prevalencia de la coyuntural política regional sobre el derecho internacional público- es una muestra más del irrespeto, de nuestros ocasionales socios, a los acuerdos pactados.
En esta emergencia solo cabe –no hay otra- seguir insistiendo por el cumplimiento de los pactos internacionales como una señal inequívoca del rumbo correcto. Cualquier decisión que privilegie lo contrario significaría un monumental retroceso que condenará al Estado paraguayo a la pérdida de su credibilidad y respeto.
El presidente Mandela, cuando el Gobierno del apartheid le ofreció, después de veinte años de prisión, sacarlo en libertad, prefirió seguir prisionero cinco años más para no quebrantar sus principios. El mariscal López escogió su muerte antes que rendirse. Sirvan estos ejemplos a los responsables de la conducción de un pueblo altivo que en Curupayty dio suficientes muestras como para ganarse la consideración de sus iguales.
Rumbo
En esta emergencia solo cabe que debemos insistir por el cumplimiento de los pactos internacionales como señal inequívoca del rumbo correcto.
juanantoniopozzo@gmail.com.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Apostar por el Derecho Internacional Público

La diplomacia y la capacidad disuasiva son dos condiciones indispensables en el ámbito de la defensa nacional. La inconstitucional desactivación del servicio militar obligatorio, la carencia de un programa para para restituir el material obsoleto a las fuerzas singulares  y la acelerada desaparición de las Reservas colocan en una situación crítica al principal elemento disuasivo de la defensa nacional: las Fuerzas Armadas de la Nación. Ninguno de los gobiernos nacionales, desde la Guerra del Chaco, se preocuparon de resolver esta cuestión  íntimamente relacionada con la existencia misma del Estado paraguayo. Ta es, que en la actual coyuntura su presencia es irrelevante.
Solo queda, el respeto a las normas internacionales por medio de la diplomacia, el otro elemento que sirve de sustento a la defensa nacional. Con su estricto y escrupuloso cumplimiento el Estado paraguayo da muestras de seriedad y credibilidad en sus vínculos con el exterior. La seguridad jurídica, reclamada insistentemente -básica para las inversiones provenientes tanto del interior pero especialmente del exterior del país- es una cuestión esencial indisolublemente ligada con el desarrollo nacional.
Los últimos acontecimientos, que obligaron al Gobierno nacional a reclamar la ilegal inclusión de Venezuela en el Mercosur - en protesta por la prevalencia de la  coyuntura política sobre  las normas jurídicas- son las muestras del irrespeto,  a los acuerdos internacionales consensuados, de nuestros ocasionales socios
En esta emergencia solo cabe seguir insistiendo por el cumplimiento de los pactos internacionales como una señal inequívoca del rumbo correcto. Cualquier decisión, que privilegie lo político sobre lo jurídico, significaría una monumental marcha hacía atrás que  condenará al Estado paraguayo a la pérdida de credibilidad y al ostracismo. La fortaleza del Estado paraguayo se sustenta en el irrestricto cumplimiento del Derecho Internacional Público y no en los coyunturales arreglos políticos.
El presidente Mandela,  cuando el Gobierno del apartheid le ofreció, después de veinte años de prisión, sacarlo en libertad  prefirió seguir prisionero cinco años más para no quebrantar sus principios. El mariscal López prefirió su muerte antes que rendirse. Sirvan estos ejemplos a los responsables de conducir a un pueblo altivo, irreductible que tiene bien ganado el respeto de sus iguales.

sábado, 30 de noviembre de 2013

El Tratado de Itaipú: Una victoria bien brasileña

01 de Diciembre de 2013 | ITAIPÚ

Un Tratado hecho a la medida de los intereses brasileños

Transcribimos en este número la conferencia que dictó el general (R) Juan Antonio Pozzo Moreno (juanantoniopozzo@gmail.com) el día 12 de noviembre del presente año en la subsede San Ignacio de la Universidad Católica.
Itaipú es una empresa de Brasil y Paraguay que produce energía eléctrica a partir de las aguas de río Paraná.
Aunque caracterizada como una central hidroeléctrica binacional, solo lo es nominalmente ya que la entidad –aparentemente binacional– la controla y la aprovecha casi en su totalidad el Brasil.
También el río Alto Paraná, dominio o posesión de los dos países, es el límite que separa por el Este a Brasil de Paraguay.
Los prolegómenos de Itaipú
Itaipú se origina en la creciente demanda energética brasileña. Urgía a sus gobernantes la construcción en el cauce del Paraná limítrofe una usina hidroeléctrica al no disponer en su territorio de otro curso de agua con similar potencial.
El Brasil siempre se negó a compartir el proyecto con Paraguay. Para evadir el consorcio, sus ingenieros calcularon el desvío del cauce del caudaloso río Paraná por territorio brasileño. Como última ratio el Gobierno militar, que destituyó a João Goulart en marzo de 1964, apeló en junio de 1965 a la invasión militar en Puerto Renato de modo a asegurar el control de la fuente energética por excelencia: las cataratas del Salto del Guairá asentadas en territorio paraguayo. Excepto el presidente João Goulart, no se conoce otro mandatario brasileño que haya aceptado de buen grado compartir equitativamente el futuro emprendimiento binacional con Paraguay.
Luego de la invasión, indiferente a las protestas diplomáticas paraguayas, solo la oportuna intervención del presidente Lyndon Johnson y su canciller Dean Rusk pudo conseguir el retiro voluntario de la tropa brasileña y la concreción de un acuerdo justo: el Acta Final de Foz de Yguazú del 22 de junio de 1966. En el documento quedaba establecida la división en partes iguales entre los dos países de la energía a ser generada por la futura hidroeléctrica. La energía no utilizada por Paraguay sería cedida al socio condómino por un precio justo.
Una abyecta defección
Años después, en el Tratado que creaba el 26 de abril de 1973 la Itaipú Binacional para el aprovechamiento conjunto del río Paraná, el derecho de preferencia para adquirir la energía excedente por un precio justo, acordado en el Acta Final, fue modificado por el derecho de adquisición a cambio de una irrisoria compensación que debía ser abonada por Itaipú (¡!).
El Tratado, además, insólitamente autorizaba a la seguridad brasileña a intervenir en la margen derecha. Por si fuera poco, una Nota Reversal –adicional el Tratado– repartía los principales cargos de la Dirección Ejecutiva entre los funcionarios brasileños. De esta manera Itaipú se entregó al Brasil.
Los negociadores paraguayos (¿?) se encargaron de aceptar los términos del leonino acuerdo y de su defensa en el parlamento como una victoria diplomática de Paraguay.
Ni corto ni perezoso, la sumisa mayoría oficialista del Congreso Nacional no tuvo reparos en aceptar el perjudicial documento que entregaba gratuitamente a la Eletrobrás la energía paraguaya, en julio de 1973. No se conoce en la historia patria una defección más abyecta.
A la medida de los intereses brasileños
El notable jurista Gustavo de Gásperi sostiene la tesis de que el Tratado de Itaipú es nulo por desviar en su contexto el objeto y fin del acuerdo –la división en partes iguales de la generación eléctrica– establecido claramente en el preámbulo y en los primeros artículos del Tratado de Itaipú de 1973.
Para otros estudiosos, el Tratado de Itaipú es inconstitucional al violar varios de los artículos de la Constitución Nacional. Además, señalan, que es violatorio del Derecho Internacional al desconocer varias Resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
La verdad es que el Tratado de Itaipú de 1973, como el Tratado Loizaga-Cotegipe de 1872, fue redactado a la medida de los intereses brasileños.
Mediante el Tratado de Itaipú de 1973, secretamente redactado, el Brasil despojó al Paraguay de su soberanía energética. En el de Loizaga-Cotegipe, del 9 de enero de 1872, el mismo vecino, sustrajo al Paraguay de más de 60.000 kilómetros cuadrados de su territorio.
La diferencia entre ambos documentos es que el de 1973 fue un contubernio consentido por Poder Ejecutivo y la mayoría oficialista del Poder Legislativo de Paraguay. No así el de 1872, una imposición de la diplomacia brasileña a un país devastado y ocupado militarmente.
Solo para incautos
El Tratado de Itaipú, de acuerdo a su mañosa interpretación, no solo impide al Paraguay comercializar su energía excedente a un precio justo. También sirve de pantalla para apañar una deuda fraudulenta que según el economista doctor Jeffrey Sachs ya fue varias veces honrada por Itaipú.
Solo los incautos creen que el socio condómino parará sus fábricas de San Pablo o apagará las luces de su industria turística de Río de Janeiro para que Itaipú pueda devolver su energía a Paraguay. De hecho, la construcción de la línea de 500 kV y la triplicación de la compensación, son paliativos para acallar las demandas de la ANDE hasta tanto la margen izquierda pueda acceder a otras fuentes sustitutivas.
Lo que resta
Cabe a la ANDE exigir la comercialización, en reemplazo de la Eletrobrás, en el mercado brasileño de la energía paraguaya no utilizada. También la diplomacia paraguaya debe sostenerse en las científicas conclusiones sobre la deuda de Jeffrey Sachs –que solo beneficia a los accionistas de la multinacional Eletrobrás y no a los socios condóminos– para instalar una mesa de diálogo que permita acordar oficialmente sobre su extinción.
Estas son, objetivamente, las alternativas disponibles. Un escenario ideal, transparentado por Sachs, como nunca se presentó al Paraguay en Itaipú. Desde ya, la diplomacia paraguaya dispone de los elementos suficientes para instalar un sólido reclamo largamente postergado.
Aparente
Aunque caracterizada como una central binacional, solo lo es nominalmente ya que la entidad la controla y la aprovecha casi en su totalidad el Brasil.
Despojo
Mediante el Tratado de Itaipú, firmado el 26 de abril de 1973, secretamente redactado, Brasil despojó al Paraguay de su soberanía energética.
ANDE
Cabe a la ANDE exigir la comercialización, en reemplazo de la Eletrobrás, en el mercado brasileño de la energía paraguaya no utilizada.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Dejemos de privilegiar a la Eletrobrás

17 de Noviembre de 2013  

Trabajar por la restitución de nuestra soberanía

Mucho es lo que ya se dijo sobre Itaipú, entre ellos, las profusas reivindicaciones paraguayas que acaban rebotando en los sordos oídos de nuestros socios condóminos y caer en saco roto.
Cuando el emprendimiento binacional es atribuido a la iniciativa gubernamental de la época, se percibe como un logro político excepcional. Sin embargo, nada más lejos de la realidad.
Brasil, sin otras alternativas más favorables para atender su creciente demanda energética, se vio obligado a asociarse con Paraguay, como convidado de piedra, para poder acceder al aprovechamiento hidroeléctrico del río Paraná, declarado en condominio en el Artículo I del Tratado de Itaipú.
Después de vanos intentos –el propósito de desviar el caudaloso río hacía territorio brasileño, la ocupación de facto de las cataratas del Salto del Guairá en territorio paraguayo– quedaba en claro que sin la participación paraguaya era inviable la construcción del emprendimiento energético.
Es menester recordar, que en los estudios del vecino país jamás primó la posibilidad de un aprovechamiento conjunto del potencial energético del caudaloso río. Todo ello hasta los sucesos que confluyeron en el acuerdo de Foz de Yguazú.
En esa ocasión, la activa participación del Gobierno de los Estados Unidos, a través de su canciller Dean Rusk, consiguió que los dos países divididos por el río Paraná –ciñéndose a los parámetros del Derecho Internacional– acordaran el 22 de junio de 1966 el Acta Final de Foz de Yguazú.
En el Acta, la energía eléctrica eventualmente producida quedaba dividida “en partes iguales entre los dos países”. También era reconocido a cada uno de ellos el derecho de preferencia para “la adquisición de esta misma energía a precio justo”.
Años más tarde, en el Tratado de Itaipú del 26 de abril de 1973 –que formalizaba el Acta de Foz de Yguazú– el derecho de preferencia para la adquisición de la energía no utilizada fue modificado por el derecho de adquisición y el justo precio por una irrisoria compensación pagada por Itaipú.
Para completar el leonino convenio, la Nota Reversal complementaria dejaba bajo control brasileño las principales direcciones de la entidad binacional. Como si no fuera suficiente, la margen izquierda estaba autorizada a intervenir en la margen opuesta en las tareas de seguridad.
Para el abogado Marcos Estigarribia, el documento ratificado por la mayoría oficialista del Congreso Nacional en julio de 1973 no solo viola claras prescripciones de la Constitución Nacional, sino también disposiciones del Derecho Internacional contenidos en varias resoluciones de la Asamblea General de las NN.UU.
Otro notable jurista, el abogado Gustavo de Gásperi, fundado en la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, sostiene la nulidad del Tratado de Itaipú al desviarse en el contexto el fin y el objeto del acuerdo.
Cabe destacar que el Gobierno brasileño, lo que no pudo conseguir con la invasión militar, con el contubernio de los negociadores paraguayos logró que Itamaraty se apropie por la vía diplomática de Itaipú.
Cuarenta años después, otro notable norteamericano de indiscutida autoridad, Jeffrey Sachs, corrobora lo que la Contraloría General de la República y la Comisión de Entes Binacionales Hidroeléctricos repetía a quien quisiera escuchar: la deuda de Itaipú ya fue suficientemente honrada. Los pagos anuales calendarizados hasta el año 2023, como mínimo, son ilegítimos.
Itaipú ya no debe continuar siendo la fuente infinita de recursos de la Eletrobrás al no corresponder, a la principal acreedora multinacional, percibir cuota alguna de pago por sus usurarios y artificialmente inflados préstamos. Por todo ello, el dinero malversado debe reponerse a los pueblos de Brasil y Paraguay. El puente de plata extendido por Sachs para que los socios condóminos, de común acuerdo, puedan arreglar la deuda no debe caer, una vez más, en saco roto.
No se puede seguir privilegiando a una multinacional a expensas de los Estados brasileño y paraguayo.
La postergada línea de 500 kV, de discutida calidad en el proceso de su construcción, considerada como una concesión graciosa del Gobierno brasileño, no debe impedir la reivindicación sobre la libre disponibilidad de la energía, la cogestión paritaria y la revisión de la deuda.
No es un desaguisado, como lo supone un exdirector general paraguayo, reclamar –aunque sea notoria la diferencia en las magnitudes– un tratado más justo en Itaipú. La República de China en Taiwán, con esta pusilánime actitud, estaría sometida a los arbitrios de la República Popular China y el Estado de Israel ya no existiría.
En su momento, en similares circunstancias, Panamá y Bolivia lograron corregir injustos acuerdos que le fueron impuestos. También, la pastera instalada en Uruguay es un vivo ejemplo que la justicia es factible cuando se argumenta con la verdad.
Nuestro actual gobierno sabe que la verdad nos ampara y es su obligación trabajar sin claudicar, apoyado en ella, en la restitución de nuestra soberanía energética secuestrada en Itaipú.
 Jamás
Debe recordarse que en los estudios del vecino país jamás primó la posibilidad de un aprovechamiento conjunto del potencial del caudaloso Paraná.
(*) Autor de los libros Itaipú, la apropiación indebida. Itaipú, una victoria bien brasileña e Itaipú, historia de un fraude.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Itaipú, gran estafa

13 de Noviembre de 2013  

Itaipú es la estafa más grande, afirman

SAN IGNACIO, Misiones (Rafael Marcial Montiel, corresponsal ABC Color). El general (SR) Juan Antonio Pozzo Moreno calificó como “la estafa más grande” que se ha perpetrado contra el Paraguay el Tratado de Itaipú. Fue durante su participación como panelista en una reunión efectuada en la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, campus en San Ignacio, Misiones.
El general (en situación de retiro) Antonio Pozzo Moreno disertó sobre el Tratado de Itaipú, anoche.
El general (en situación de retiro) Antonio Pozzo Moreno disertó sobre el Tratado de Itaipú, anoche. / ABC Color
En el panel debate, que fue organizado por la Universidad Católica (UC) y por la Diócesis de Misiones y Ñeembucú, participaron estudiantes de las distintas carreras, docentes y directivos de dicha institución terciaria.
En la apertura habló la directora de la citada filial de la UC, Lic. Esperanza Del Puerto, mientras que la presentación del expositor Pozzo Moreno estuvo a cargo del obispo diocesano monseñor Mario Melanio Medina.
En la oportunidad, el militar retirado señaló que si Paraguay hubiese conseguido una parte de la ganancia de Itaipú como socio condómino, no hubiera necesitado ni de un peso -adicional de otras fuentes- para el desarrollo económico y social.
Según el panelista, se tuvo que recurrir a la promulgación de la ley de Alianza Público-Privada (APP) para buscar recursos necesarios en el sector privado para que el país pueda tener dinero para obras de infraestructuras y promover el desarrollo.
Subrayó que mediante el tratado leonino del 26 de abril de 1973, el Paraguay abdicó su soberanía energética a favor del Brasil.
“La verdad que el Tratado de Itaipú de 1973, al igual que el Tratado Loizaga-Cotegipe de 1872 (acuerdo de paz con Brasil), se redactó a la medida de los intereses brasileños para imponerse al Paraguay”, apuntó Pozzo Moreno.
Añadió que el Tratado de Itaipú no solo impide al Paraguay comercializar en el mercado brasileño su energía excedente a un precio justo, sino que para ningún otro interesado.
Deuda fraudulenta
El militar refirió que también se usa a la hidroeléctrica como pantalla para apañar una deuda fraudulenta de la época de su construcción, que según los especialistas ya fue varias veces honrada, indicó.
Subrayó que la construcción de la red eléctrica de 500 kV y la triplicación de la compensación de Brasil a Paraguay por la cesión de energía son paliativas para acallar las demandas de la ANDE, hasta tanto la margen izquierda pueda acceder a otras fuentes sustitutivas.
Lo que resta a la ANDE es comercializar la energía paraguaya no utilizada a otros clientes que reemplacen a la Eletrobrás, agregó el panelista.
Además, se debe sacar provecho de las conclusiones del especialista estadounidense Jeffrey Sachs para instalar una mesa de diálogo que permita acordar la extinción de la deuda.
Al término de la exposición de Pozzo Moreno se abrió el debate sobre el Tratado de Itaipú.
Seguidamente, monseñor Medina calificó igualmente al Tratado de Itaipú suscrito con el Brasil como el robo más grande al Paraguay y la pérdida de su soberanía energética.

domingo, 27 de octubre de 2013

"El Tratado de Itaipú, el gran despojo a la soberanía paraguaya"

27 de Octubre de 2013  

Nuevo libro sobre Itaipú

“El Tratado de la Itaipú Binacional, el gran despojo a la soberanía paraguaya” es el título del ensayo elaborado por Marcos Aurelio Estigarribia Irala, presentado en el Cabildo el 8 de octubre del año en curso a la consideración pública.
Tapa del libro El Tratado de la Itaipú... el gran despojo.
Tapa del libro El Tratado de la Itaipú... el gran despojo. / ABC Color
El joven profesional del derecho señala en su libro que al quebrantarse el artículo XIII del Tratado de Itaipú del 26 de abril de 1973, que divide “en partes iguales entre los dos países” la energía producida por el aprovechamiento hidroeléctrico, se desobedecen normas establecidas en la Constitución Nacional. Para la explotación de los recursos naturales de dominio del Estado el artículo 101 de la Constitución de 1967 precisaba que no “se concederán privilegios que priven al Estado de una participación justa en los beneficios de la explotación de aquellos recursos”.
No obstante señalamos, al desentenderse el socio condómino de un precio justo por la energía no utilizada por el otro, queda para la margen derecha apenas el 5% como provecho y es cuando se configura la pérdida de lo que se posee o “el gran despojo de la soberanía paraguaya”.
Otras transgresiones, afirma el autor, se observan entre otros, cuando se incumplen varias disposiciones del Derecho Internacional General contenidas en las Resoluciones 1803/62 y 3281/74 de las Naciones Unidas.
Se puede ver, dice, que en la Resolución 1803 del año 1962 se insiste sobre el derecho de los pueblos y de las naciones a la “soberanía permanente sobre (sus) los recursos naturales”. Señala también con asombro que entre los otros puntos declarados por la Asamblea General “ninguna tiene relación armónica, ni tampoco se complementan con los términos del Tratado”. Esta Resolución dice: “puede ser la punta de lanza para abrir la brecha y una herida mortal a las pretensiones hegemónicas y abusivas del Estado brasileño”.
El autor considera también que, según los principios fundamentales de las relaciones económicas internacionales, declaradas en la Resolución 3281 de la Asamblea General del 12 de diciembre de 1974, las relaciones económicas, políticas y de otras índoles entre los Estados se regirán entre otros por el “c) Beneficio mutuo y equitativo”. Sin embargo, para Estigarribia, “el Tratado impide al Paraguay usar o disponer de la energía que quiera”. También, “la utilización de la energía (le) está limitado por un cronograma de uso…”. El abogado trae a colación el Anexo “C” del Tratado de 1973, que establece que la potencia instalada se contratará con Itaipú “por periodos de veinte años” (actualmente diez años).
El escritor también advierte que el Tratado de Itaipú es nulo por estar viciado de las causales de nulidad contempladas en la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados del año 1969.
Ya el jurista Gustavo De Gásperi al respecto indicaba que “la violación de una disposición esencial para la consecución del objeto o fin del tratado” puede dar lugar a su invocación como “causa para dar por terminado el tratado o para suspender su aplicación total o parcialmente” (Artículo 60 de la Convención).
Por todo ello, el novel escritor sobre el despojo de la soberanía recomienda que el Paraguay sin más trámites inicie el reclamo pertinente.
En el mismo sentido, el profesional del derecho pide al primer magistrado, como responsable de las relaciones exteriores del país, replantear el primer punto de la Declaración del 25 de julio de 2009 entre los presidentes Lugo y Lula Da Silva. El pedido tiene relación con libre disponibilidad de la energía paraguaya aprovechada por la Eletrobrás por una irrisoria compensación pagada por el Tesoro brasileño. Es urgente, recomienda, que la ANDE la pueda comercializar en el mercado brasileño a un precio justo y en trato directo con las empresas brasileñas consumidoras de electricidad.
Vale la pena destacar que el excedente paraguayo adquirido a precio de costo, unos 44 US$/MWh, nunca benefició realmente al pueblo brasileño y menos aun el pueblo paraguayo. La que se beneficia es la empresa compradora Eletrobrás -empresa mixta con 48% de capital privado- en complicidad con sus distribuidoras de energía al vender energía eléctrica al desprevenido pueblo brasileño hasta a unos 235 US$/MWh, quintuplicando el precio de costo de la compra de Itaipú.
Con este perverso diseño, que debiera cortar el Gobierno brasileño, la Eletrobrás no solo ha conspirado contra el progreso del pueblo paraguayo, sino también del brasileño, cumpliendo a la perfección su papel de aprovechador desvergonzado de la riqueza de todo un pueblo con la finalidad de llenar las faltriqueras de unos pocos multimillonarios accionistas.
El trabajo de investigación del joven abogado Marcos Estigarribia sobre la entrega de nuestra soberanía energética al servicio del desarrollo de Brasil no hace más que corroborar las denuncias que sobre el leonino Tratado, desde 1973, viene publicando ABC Color, la Contraloría, la Comisión de Entes Binacionales Hidroeléctricos y algunos profesionales preocupados por la suerte de nuestro país. Todo ello, con mucha resistencia de parte de compatriotas adherentes al discurso de Itamaraty para quienes Itaipú es una concesión graciosa brasileña al Paraguay. Un párrafo de la página 27 del ensayo describe a los negociadores paraguayos que participaron en la redacción del Tratado “… no sufrían de cretinismo ni eran débiles mentales, pero de igual manera aceptaron (los términos del Tratado) sin siquiera sugerir modificaciones; lo que nunca sabremos es el precio de la aceptación del Tratado de la Itaipú Binacional”.
El doctor Jeffrey Sachs también se pronunció sobre Itaipú, especialmente sobre la sobredimensionada y vergonzosa deuda que a su juicio ya fue totalmente honrada. Sin embargo, lamentablemente, pocas son las voces que desde el ámbito jurídico se pronuncian sobre Itaipú. La mayoría de ellas contratadas por los gobiernos de turno, pagadas por las entidades binacionales, solo se destacaron por aportar un blindaje jurídico a las hidroeléctricas para hacerlas inviables el escrutinio estatal.
La nueva publicación, en el fondo, es un valioso aporte desde la perspectiva jurídica en la lucha reivindicatoria del pueblo paraguayo sobre sus derechos pisoteados en Itaipú con la complicidad de los gobiernos paraguayos de turno.
Finalmente, es importante recordar que el Paraguay no es cualquier nación. Aunque igual a sus vecinos, su fuerte identidad nacional lo hace diferente a todos. Desde su independencia, hace dos siglos, no pudieron con él las guerras, las revoluciones, los saqueos, la dictadura, los inútiles, los corruptos, los oportunistas y los inmorales. A pesar de los cimbronazos a lo largo de su historia, su dignidad sigue intacta y el alma nacional se resiste a vivir de rodillas en un mundo donde todo se compra y todo se vende. Razones por demás para apoyar y valorar el trabajo del abogado Marcos Estigarribia en su afán de reivindicar mayor justicia en Itaipú.

lunes, 14 de octubre de 2013

Deuda en Itaipú según Jeffrey Sachs

ABC Color 24 de abril de 2013. Parte de la entrevista al doctor Jeffrey Sachs:

–Por lo poco que se ha publicado en Paraguay como adelanto de su trabajo no quedó del todo claro su argumento, ¿podría explicarlo un poco más?
–Básicamente, lo que he estado tomando en cuenta son los siguientes elementos: la cantidad de electricidad que Paraguay ha exportado a Brasil, el monto de la deuda asumida inicialmente para construir la obra, los pagos recibidos por Paraguay por sus exportaciones y los pagos de intereses de la deuda. Y lo que estoy diciendo, por ejemplo, es que, históricamente, por muchos años, por imposición de Brasil, Paraguay no recibió casi nada por sus exportaciones. Y también que las cargas de intereses por la deuda estuvieron totalmente fuera de proporción en comparación con la práctica internacional. Por lo tanto, si se analiza la situación con supuestos razonables, tasas de interés razonables y pagos razonables por las exportaciones paraguayas, se torna bastante evidente que Paraguay ya no debe mucho, y, en mi opinión, nada.

domingo, 13 de octubre de 2013

"Itaipú, Yacyretá ¡Juicio ya!

13 de Octubre de 2013 | UNA BREVE RESEÑA

Crearon un directorio funcional a los intereses brasileños en Itaipú

Entregamos hoy la transcripción de la segunda conferencia que se dictó en el marco del panel del día 3 del presente mes, en el Cabildo, organizado por un grupo de compatriotas radicados en Buenos Aires, bajo la consigna “Itaipú, Yacyretá ¡Juicio Ya!”. Esta exposición fue elaborada y desarrollada por el general Juan Antonio Pozzo Moreno, autor de los libros “Itaipú, la apropiación indebida”, “Itaipú, una victoria bien brasileña” e “Itaipú, historia de un fraude”.
1- Itaipú, empresa binacional creada en el Tratado de Itaipú el 26 de abril de 1973 por Brasil y Paraguay para aprovechar equitativamente la producción hidroeléctrica del río Paraná, es la riqueza industrial más importante del Paraguay. Es como el cobre para Chile o el petróleo para Venezuela. Sin embargo, desviado el propósito principal de dividir en partes iguales la producción energética, el acuerdo solo logró beneficiar a Brasil.
Por paradójico que parezca, los defensores del leonino Tratado, muchos de ellos compatriotas, justifican esta apropiación indebida con la falacia que Brasil financió la obra y Paraguay solo puso el agua del condómino río. Es como decir que Venezuela y Chile solo aportan el petróleo o el cobre ignorando por completo sus relevancias económicas y estratégicas.
Es importante destacar que la construcción de la central hidroeléctrica la financió la propia Itaipú. Brasil, como dueña de la iniciativa y principal beneficiaria, solamente se limitó a garantizar los usurarios préstamos en su mayor parte otorgados por la estatal Centrais Elétricas Brasileiras S.A., Eletrobrás, que según lo estipula el Tratado debieran ser aportes.
No obstante la contribución de Paraguay, además del agua indispensable para la producción de la hidroelectricidad, le costó al país la inundación de unos 580 kilómetros cuadrados de lo mejor de su bosque Atlántico, la destrucción de su rica fauna y el desarraigo de más de 36 poblaciones nativas hoy deambulando por las periferias urbanas como mendigos sin tierra.
Carente de una exclusa de navegación, violando su política exterior, el Paraguay después de Itaipú es un país más mediterráneo agravado por la concesión de su riqueza más importante: la hidroelectricidad.
En el Tratado de Itaipú del 26 de abril de 1973, ratificado por la mayoría parlamentaria del oficialismo, se logró desviar sutilmente en el transcurso de su contexto el fin y el objeto del acuerdo. El notable jurista Gustavo De Gásperi destaca que para la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados la violación de la norma imperativa de la buena fe, vigente en el derecho internacional, es suficiente motivo de nulidad.
La división en partes iguales de la producción energética, modificada en el transcurso del documento, finalmente entregó la totalidad de la electricidad a Brasil, excepto una insignificante porción destinada a Paraguay.
2- El Tratado fue diseñado para que el principal órgano administrativo, el Directorio Ejecutivo, sea funcional a los intereses de Brasil. Sus principales direcciones, la Técnica y la Financiera, son controladas por funcionarios brasileños encargados de la producción y de asegurar la prioridad del pago a la Eletrobrás de una deuda inflada artificialmente que según los expertos ya fue totalmente cancelada.
La venta de la electricidad por debajo de su costo hasta 1996 disparó el pasivo de la binacional hasta cifras insospechadas. En vez de hacerse cargo las empresas compradoras, se imputó a Itaipú esta abultada cuenta rotulada como “espuria” por la prensa.
No obstante, la deuda según la Contraloría General de la República y la Comisión de Entes Binacionales Hidroeléctricos, dependiente de la Cancillería nacional, corroborada por el doctor Jeffrey Sachs, asesor económico del secretario general de las Naciones Unidas, ya fue suficientemente honrada.
Este descubrimiento, no ajeno a los profesionales paraguayos, difundido en el globalizado mundo de hoy, al igual que el Tratado Secreto de la Triple Alianza, pone al descubierto la corrupción comprometiendo gravemente la credibilidad del socio condómino.
El pasivo, artificialmente acrecentado, es la herramienta al servicio de Brasil para subordinar Itaipú a sus intereses económicos hasta el 2023, una práctica común de los centros financieros mundiales que exigen a los gobiernos el pago prioritario por sus préstamos sin importar la vulnerabilidad de los países afectados.
También el mismo Tratado, hasta el año 1986, responsabilizaba a Itaipú del pago de la compensación de la energía no utilizada o energía excedente. Una contradicción que exigía auto compensarse a Paraguay en su calidad de la otra Alta Parte contratante. Este requisito actualmente lo cumple el Tesoro brasileño que hasta ahora se desentiende del justo precio estipulado el Acta Final de Foz de Yguazú de junio 1966.
Con este perverso mecanismo la energía paraguaya es derivada gratuitamente a la Eletrobrás por una irrisoria compensación abonada por el Tesoro brasileño.
Para asegurar el control total de la entidad binacional, el Tratado autorizaba a la seguridad de la margen izquierda intervenir en la margen derecha. Esta grosera transgresión constitucional, avalada por el régimen gobernante, recién pudo corregirse a fines del año 1973.
Estas son las muestras de “Una victoria bien brasileña”, título de la publicación del periodista brasileño Murilo Melo Filho en la revista Manchete unos días después de la firma del Tratado.
3- La perversidad se hace más aberrante, cuando la energía no utilizada por la ANDE es habitualmente adquirida de Itaipú por la Eletrobrás a precio de costo para luego revenderla hasta quintuplicado en el mercado brasileño. Esta operación le es negada a la estatal paraguaya de electricidad, que así no puede disponer de la totalidad de su energía para administrarla conforme a sus propios intereses. Mientras, en el convertidor Garabí sobre el río Uruguay, se intercambian energía de Itaipú y Yacyretá Brasil y Argentina en una operación no permitida por el Tratado.
Se calcula que por la reventa de la electricidad paraguaya, ahorro de petróleo y el cobro de las deudas ya honradas, la Eletrobrás recibe cerca U$ 10.000 millones por año. Hasta hace poco, antes de la triplicación de la compensación por la cesión de energía, Paraguay recibía una media de unos US$ 65 millones anuales.
4- Para completar el latrocinio, abogados paraguayos contratados por ANDE, Itaipú y Yacyretá, en connivencia con el Poder Ejecutivo, consiguieron impedir, mediante la Corte Suprema de Justicia, el escrutinio estatal de las binacionales.
Es así que ni el Parlamento ni la CGR pueden auditar estas empresas. Una vergonzosa iniciativa de juristas paraguayos contratados por las binacionales y hábilmente aprovechada por el socio condómino.
5- Sigue siendo lamentable la indiferencia de los medios de comunicación, de los profesionales, de las instituciones públicas y privadas, salvo algunas honrosas excepciones, sobre esta problemática que afecta profundamente a la nación. No obstante, hoy compatriotas radicados en Argentina, reunidos en la Coordinadora “Juicio ya en Itaipú y en Yacyretá”, toman la posta.
Llama la atención que el Colegio de Abogados del Paraguay siga sin pronunciarse sobre la cuestión y así por delante los demás, inmersos en su pequeño mundo, levantan la ventanilla ahumada de sus costosos automóviles para desentenderse de la realidad y evadir su participación en la recuperación de la soberanía energética.
Realmente es de lamentar.
Mudos
Llama la atención que el Colegio de Abogados del Paraguay siga sin pronunciarse sobre la cuestión, nuestra riqueza más importante.
Irreales
Prefieren esconderse detrás de las ventanillas ahumadas de sus costosos automóviles y desentenderse de la realidad.
Evasión
Optan por evadir su participación en la recuperación de la soberanía energética de nuestro país. Realmente es para lamentar.
(*) juanantoniopozzo@gmail.com

domingo, 29 de septiembre de 2013

Inesperado cambio de escenario

29 de Setiembre de 2013  

Una oportuna coincidencia

 
No pasa desapercibido que la deuda de Itaipú, sobredimensionada artificialmente, ya fue totalmente cancelada. No es posible que el pasivo arreglado con Eletrobrás en US$ 16.225 millones en 1997, después de abonarse puntualmente las cuotas anuales programadas para cancelarlo, en vez de disminuir aumentara con cada pago. Recién en el 2010, luego de amortizarse 13 cuotas, el pasivo resultante de unos US$ 15.715,6 millones logró ubicarse por debajo del nivel de la deuda arreglada en 1997 (Suplemento Económico ABC Color 2 de octubre de 2011).
Las cuotas para amortizar la deuda, que ya incluían el usurario interés, resultaban notoriamente insuficientes al adicionársele otro interés (doble interés o factor de ajuste). Con este mecanismo, el saldo deudor aumentaba a favor de la usurera prestamista con cada cuota abonada.
Para que el sistema actúe, el doble interés o doble indexación se aplica al saldo deudor y no a la cuota anual. Así funcionó hasta el 2005, año en que se desestimó el insensato cálculo.
Valores absurdos
El Ing. Germán Escauriza, consultor del Senado y exmiembro (ad hoc) de la Comisión de Energía del Viceministerio de Minas y Energía, luego coordinador de la subcomisión de deuda de la Comisión de Entes Binacionales Hidroeléctricos (CEBH), advertía sobre los graves errores conceptuales y matemáticos del acuerdo de 1997 sobre la deuda de Itaipú con Eletrobrás.
Señalaba que esos errores solo beneficiaban a Eletrobrás, a las distribuidoras Furnas y Eletrosul y perjudicaban al Paraguay. La responsabilidad del hecho, decía, era imputable a consejeros y directores paraguayos de Itaipú. Afirmaba que la metodología de cálculo en los contratos de préstamos firmados entre Eletrobrás e Itaipú para la determinación de la pérdida del valor del dólar conducía a valores absurdos al aplicarse el factor de ajuste al saldo deudor y no a la cuota objeto de pago. Todo con la finalidad de generar prontas e indebidas ganancias a Eletrobrás S.A.
Por ejemplo, explicaba, aplicando un factor arbitrario del 3% para hacer el cálculo del reajuste firmado, al pagarse la primera cuota correspondiente al año 1997 de US$ 974.700.000: En vez de pagarse US$ 29.241.000 de ajuste (3% de US$ 974.700.000) se pagó US$ 1.024.770.000 (3% del saldo total de la deuda de US$ 34.159.070.000). El saldo actual de la deuda de la binacional, según informes brindados por el anterior presidente de la ANDE, Ing. Carlos Heisele, ronda hoy los US$ 13.900 millones.
- Totalmente cancelado
Sin embargo, la Contraloría General de la República, la CEBH, dependiente de la Cancillería, y el economista Jeffrey Sachs entienden que la deuda de Itaipú ya fue suficientemente honrada. De ser así, los más de US$ 2.000 millones destinados al pago anual de la cuota deberían ingresar equitativamente a ambas márgenes y no a Eletrobrás.
- Comunión de intereses
Esta comunión de intereses debiera interesar a las autoridades de ambos países, que bien pudieran reducir el costo de servicio de electricidad, aumentar los royalties, el pago de las utilidades por el capital integrado o mejorar el resarcimiento por cargas de administración o supervisión.
Al Gobierno paraguayo le vendría muy bien disponer de poco más de US$ 1.000 millones anuales para atender los compromisos asumidos en la gestión del “nuevo rumbo”.
El Dr. Sachs y su equipo de la Universidad de Columbia, con su estudio, creó el escenario ideal para que el cabo de mucho tiempo el Paraguay al fin pueda sacar algún provecho de Itaipú.
El principal, la no dependencia de la multinacional Eletrobrás que, emulando a los centros financieros globales, dicta la política económica de Itaipú en función a sus intereses y donde la víctima propiciatoria es Paraguay. El otro, por primera vez, el control de la iniciativa sobre la deuda, que de avalar su cancelación las Naciones Unidas, hará imposible al socio condómino justificar tamaño desaguisado.
(*) Autor de los libros Itaipú, la apropiación indebida. Itaipú, una victoria bien brasileña e Itaipú, historia de un fraude.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Una irracional estafa para sustraerle lo que le fue dado

15 de Setiembre de 2013  

Una irracional estafa

Brasil y Paraguay decidieron construir una usina hidroeléctrica en el cauce del limítrofe río Paraná. La producción energética generada por la central hidroeléctrica debía dividirse en partes iguales entre los socios condóminos.
Como muestra de equidad, mediante el derecho de preferencia, cualquiera de las partes podía adquirir la energía no utilizada. No obstante, direccionada la normativa a la parte brasileña, esta quedaba condicionada a un precio justo como requisito necesario para proteger la soberanía de la parte paraguaya.
El compromiso fue formalizado en el Acta Final de Foz de Yguazú por los cancilleres Raúl Sapena Pastor, de Paraguay, y Juracy Magalhaes, de Brasil, el 22 de junio de 1966. Para llegar a este punto el Paraguay aceptó que las cataratas del Salto del Guairá, inserto en su territorio, sea declarado en condominio.
El 26 de abril de 1973, en Brasilia, ambos socios, basados en el preacuerdo de 1966 celebraron el Tratado de Itaipú.
Los asociados, para la construcción de la obra y su puesta en servicio, crearon en el documento la Itaipú Binacional: una empresa autorizada por las partes a gestionar los préstamos necesarios y comercializar la producción energética. Brasil se comprometió a garantizar los empréstitos.
Sin embargo, en los términos del Tratado de 1973, avalado por los negociadores paraguayos, no se hizo referencia al justo precio. También el derecho de preferencia, obrante en el Acta de Foz de Yguazú, fue modificado por el derecho de adquisición. De ese modo, se aseguraba para la margen izquierda toda la energía posible, excepto una mínima porción a ser destinada a la margen derecha.
Para salvar la desaparición del precio justo se recurrió a la figura de la compensación, con la novedosa variante que debía abonarla Itaipú, de manera que la Eletrobrás pudiera adquirir, a precio de costo, toda la energía no utilizada por la ANDE.
Curiosamente, la margen derecha quedó obligada a compensarse a sí misma, exonerando del compromiso a la margen brasileña. Recién a partir de 1986, el Tesoro brasileño se hizo cargo de la minúscula compensación.
A pesar de que los términos del Tratado, en sus inicios, mantuvo invariable el objeto y fin del acuerdo que repartía en partes iguales la electricidad generada por la usina hidroeléctrica, la redacción en el contexto del documento, mañosamente, consiguió asegurar para la margen izquierda casi toda la producción.
El notable jurista Gustavo de Gásperi, al criticar en una conferencia magistral el contexto fraudulento del Tratado señaló: “¿Qué más irracional, absurdo, oscuro, puede haber que 25 años después de operar a pleno una represa, construida por dos naciones condóminas de un río limítrofe, deba una de ellas recibir el 5% de la energía cuando el objeto del contrato es dividirla por partes iguales, o sea el 50% para cada parte?”
Con este desatinado esquema, a la ANDE se le permite contratar una mínima potencia para que la Eletrobrás pueda adquirir la mayor porción restante. Para satisfacer su demanda, la estatal paraguaya es socorrida con una limitada energía secundaria.
Esta “complacencia interesada”, en las observaciones del ingeniero doctor Carlos Cardozo Florentín, sirve para que la margen izquierda ahorre los onerosos gastos que implica la construcción de otra central eléctrica.
Para completar el combo, la Eletrobrás, principal acreedora de la deuda mediante usurarios préstamos prohibidos por el Tratado, comprometida con una ingeniería financiera corrupta diseñó un plan de pagos –aprobado por la margen derecha– que aumenta con cada cuota abonada por los empréstitos.
Estudios serios de la Contraloría General de la República del Paraguay, de la Comisión de Entes Binacionales Hidroeléctricos, dependiente de la Cancillería Nacional y del economista Jeffrey Sachs, asesor económico del Secretario General de las Naciones Unidas, demuestran que el pasivo de Itaipú ya fue cancelado.
No obstante, la principal beneficiaria, que cotiza en los mercados bursátiles, continuará aprovechando Itaipú como su primordial fuente de ingresos hasta el 2023. Todo ello, privilegiando a sus acomodados accionistas en detrimento de los pueblos de ambas márgenes a los que se les birla más de US$ 2.000 millones de dólares abonados como cuota anual para amortizar los préstamos.
2023
No obstante, la principal beneficiaria... continuará aprovechando Itaipú como su primordial fuente de ingresos hasta el 2023.
(*) Autor de los libros: Itaipú, la entrega indebida. Itaipú, una victoria bien brasileña e Itaipú, historia de un fraude.
juanantoniopozzo@gmail.com

domingo, 8 de septiembre de 2013

La utópica equidad en Itaipú

08 DE SETIEMBRE DE 2013

| LA EQUIDAD O LA GESTIÓN PARITARIA SIGUE SIENDO UNA UTOPÍA EN ITAIPÚ

¿Es de Itaipú la energía?

Las numerosas asimetrías pueden ser verificables cuando, por ejemplo, en la práctica, la Agencia Nacional de la Energía Eléctrica brasileña (Aneel), luego de asegurar el suministro para la margen izquierda, decide sobre la cantidad de energía que la ANDE puede contratar o, tal vez, en la inusitada demanda en el Nordeste brasileño, que para subsanarlo se recurrió, entre octubre de 2012 y abril de 2013, al descenso de unos ocho metros del nivel del agua embalsada en la represa.
/ ABC Color
Esta operación de pronto socorro, en los cálculos de los especialistas, proveyó al socio condómino de unos 2.500.000 MWh, que calculados a US$ 125 la unidad, representan más de US$ 300 millones, precisamente no repartidos equitativamente entre las partes.
Es preciso destacar que la ANDE contrata anualmente unos 800 MW, pero en la práctica retira 1900 MW. Pero cuando el salto es insuficiente o el socio considera que no hay energía excedente y como oficialmente solo se provee la energía contratada, la ANDE en desigual trato debe abonar unos US$ 80 el MWh para cubrir las horas de punta.
Otro tanto ocurre con la energía adicional a la garantizada, muy barata, a unos US$ 5 el MWh, que es adquirida en su mayor porción por la Eletrobrás y no precisamente dividida en partes iguales con la ANDE, en desacuerdo con lo establecido en el Artículo XIII del Tratado.
El reiterado discurso, que la energía es de Itaipú y no de las Altas Partes Contratantes, queda totalmente desvirtuado cuando la tarifa del costo de servicio de electricidad lo decide el Gobierno brasileño y no la entidad binacional. O cuando la energía es entregada a la margen izquierda lejos del sistema de barras de la central, fuera de lo estipulado en el II.6 del Anexo C del Tratado, cargándose a Itaipú el costo de su transporte.
También cabe a la entidad binacional absorber la artificialmente inflada deuda, que según estudios de la Comisión de Entes Binacionales Hidroeléctricos de la cancillería nacional y el doctor Jeffrey Sachs, asesor económico del secretario general de las Naciones Unidas ya fue honrada suficientemente. Esta escandalosa ingeniería financiera que hasta ahora solo beneficia a la multinacional brasileña Eletrobrás impide que cada una de las partes se beneficie con más US$ 1.000 millones anualmente.
Finalmente, si hay realmente equidad es menester repartir los beneficios o de lo contrario nadie en su sano juicio puede pensar que Itaipú es binacional.
(*) Autor de los libros Itaipú, la apropiación indebida. Itaipú, una victoria bien brasileña e Itaipú, historia de un fraude.
juanantoniopozzomoreno@gmail.com

domingo, 1 de septiembre de 2013

Una deuda indebidamente inflada

01 de Setiembre de 2013

 

La cancelación de la deuda de Itaipú es un imperativo

 
La cancelación de la deuda de Itaipú es un imperativo
Itaipú, con “esta tarifa, ya recaudó más de 30.000 millones de dólares para el pago de la deuda, que si se hubiera reestructurado con cierta racionalidad, ya estaría cancelada”.
Las precisiones son de un consejero, luego director administrativo de Itaipú, entre 2003 y 2008, publicadas en el Suplemento Económico de ABC Color el 18 de agosto de 2013.
En realidad, si hubiera racionalidad, no era pertinente incluir en el pasivo de Itaipú las resoluciones del Directorio Ejecutivo y del Consejo de Administración del 31 de marzo de 1997 que “…ocasionaron la deuda ilícita de más de US$ 4.000 millones, por violar reiteradamente preceptos establecidos en el Tratado de Itaipú” según lo afirmaba, el 19 de mayo del mismo año, la Comisión Bicameral de Investigaciones del Congreso Nacional.
También, en diciembre de 2010, la Contraloría General de la República calificaba como “ilegal” la fijación de una tarifa en Itaipú, entre 1986 y 1990, por debajo del costo del servicio de electricidad.
Y para que no quepan dudas, la misma CGR, en febrero de 2012, ratificaba que “desde su puesta en funcionamiento, Itaipú comenzó a operar a prueba y en forma gratuita para posteriormente hacerlo, casi siempre, a una tarifa por debajo del costo del servicio de electricidad, transgrediendo desde sus inicios el Art. IV.1 (Ingresos) y el numeral III (Costo del servicio) del Anexo C del Tratado y sus Anexos”.
Por otro lado, la medición indebida de la energía fuera de la barra de la central, absorbida por Itaipú y no por la margen izquierda, sigue contribuyendo a la reducción significativa de la recaudación, con singular impacto en la liquidez de la empresa binacional en la atención de sus compromisos.
El arreglo con la Eletrobrás en 1997, en base a los contratos ECF-1480/97; ECF-1627/97 y ECF-1628/97, acordó la deuda con la multinacional brasileña en US$ 16.225 millones.
En el 2013, según la tabla divulgada el 2 de octubre de 2011 en el Suplemento Económico de ABC Color, el saldo deudor –al abonarse puntualmente la decimosexta cuota de las veintisiete previstas– estaba en US$ 13.608,4 millones. ¿Cómo es posible que luego de abonarse por un valor de US$ 24.129,9 millones el pasivo solo haya disminuido en US$ 2.616,6 millones?
Por las moratorias que produjeron el pago meteórico de la deuda vencida de US$ 4.193 millones y el factor de ajuste o doble indexación, no contemplados en el Tratado y aplicados indebidamente e inusualmente a los saldos deudores, en el 2023, la binacional abonará un total de US$ 45.631,5 millones (ABC Color 2 de octubre de 2011).
En su condición de copropietario de Itaipú el Paraguay tiene responsabilidad sobre este colosal pasivo al igual que el Brasil. Sin embargo, la diferencia es que la margen derecha, particularmente la Eletrobrás, como prestamista usurera, violando el Tratado, sigue obteniendo pingües beneficios y no precisamente los consumidores brasileños.
La energía paraguaya derivada obligatoriamente al Brasil y que en el año 2010 utilizó 35.818 GWh, en estudios demostrados por el ingeniero Nelson Cristaldo, produjo para la economía brasileña más de US$ 143.000 millones.
Todo se relaciona con el Tratado
Con todos estos antecedentes y las conclusiones de Jeffrey Sachs queda en claro la fenomenal estafa que obstaculiza que las regalías, tales como royalties, utilidad de capital, supervisión y administración, que Itaipú aporta para ambos gobiernos, no puedan ser mejoradas.
La cancelación de la deuda, suficientemente honrada, es un imperativo. En el 2012, a Eletrobrás y a otras deudas de Itaipú, asignaron unos US$ 2.121 millones (ABC 3 de abril de 2012). Una impresionante cifra que pudiera haber sido repartida en partes iguales entre los socios condóminos. La verdad es que la ingeniería financiera diseñada por la margen izquierda y cohonestada por consejeros y directores de la margen derecha no lo permite.
Saldada
Con “esta tarifa, ya recaudó más de US$ 30.000 millones para pagar la deuda, que si se hubiera reestructurado con cierta racionalidad, ya estaría cancelada”.
Estafa
Con todos estos antecedentes y las conclusiones del especialista norteamericano Jeffrey Sachs queda en claro la fenomenal estafa.
(*) Autor de: Itaipú, la apropiación indebida. Itaipú, una victoria bien brasileño e Itaipú, historia de un fraude.

domingo, 18 de agosto de 2013

La entrega de la soberanía energética

18 de Agosto de 2013  

La abdicación a la soberanía energética


Vista panorámica del complejo hidroeléctrico de Itaipú. Desde la izquierda, el vertedero, la presa principal con la casa de máquinas, delante el gran embalse.
Vista panorámica del complejo hidroeléctrico de Itaipú. Desde la izquierda, el vertedero, la presa principal con la casa de máquinas, delante el gran embalse. / ABC Color
1. El Acta Final
Con motivo de reuniones sostenidas en Puerto Presidente Stroessner, Paraguay, y Foz de Yguazú, Brasil, por los ministros de Relaciones Exteriores de la República del Paraguay, doctor Raúl Sapena Pastor, y de los Estados Unidos del Brasil, general (R) Juracy Magalahes, el 21 y 22 de junio del año 1966, se produjo el acuerdo que se formalizó en el Acta Final del 22 de junio de 1966.
El documento, que definía el objeto y el fin de la sociedad, fue desviado posteriormente de su propósito original en el Tratado de Itaipú de 1973.
En el acta final, cuya primera consecuencia fue el abandono del territorio nacional de la tropa brasileña de ocupación, los cancilleres de Paraguay y Brasil acordaron:
- El estudio de las posibilidades económicas de los recursos hidráulicos del Salto del Guairá, declarado en condominio;
- La división en partes iguales entre los dos países de la energía eléctrica producida por el río Paraná desde el Salto del Guairá o Salto Grande de las Siete Caídas hasta la boca del río Yguazú;
- El justo precio por la energía sobrante y el reconocimiento a cada país del derecho de preferencia para la adquisición de la energía no utilizada y,
- La suspensión “sine die” de los trabajos de la Comisión Mixta de Límites y Caracterización de la Frontera Paraguay-Brasil.
Conclusiones del Acta de Foz, 1966
“I. SE MANIFESTARON acordes los dos cancilleres en reafirmar la tradicional amistad entre los dos pueblos hermanos, amistad fundada en el respeto mutuo y que constituye la base indestructible de las relaciones entre los dos países;
II. EXPRESARON el vivo deseo de superar, dentro de un mismo espíritu de buena voluntad y de concordia, cualesquiera dificultades o problemas, encontrándoles soluciones compatibles con los intereses de ambas naciones;
III. PROCLAMARON la disposición de sus respectivos Gobiernos de proceder, de común acuerdo, al estudio y evaluación de las posibilidades económicas, en particular de los recursos hidráulicos, pertenecientes en condominio a los dos países, del Salto del Guairá o Salto Grande de las Siete Caídas;
Justo precio
IV. CONCORDARON en establecer, desde ya, que la energía eléctrica eventualmente producida por los desniveles del río Paraná, desde e inclusive el Salto del Guairá o Salto Grande de las Siete Caídas hasta la boca del río Yguazú, será dividida en partes iguales entre los dos países, siendo reconocido a cada uno de ellos el derecho de preferencia para la adquisición de esta misma energía a justo precio, que será oportunamente fijado por especialistas de los dos países, de cualquier cantidad que no sea utilizada para satisfacción de las necesidades del consumo del otro país;
V. CONVINIERON asimismo los cancilleres en participar de la reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de los Estados ribereños de la Cuenca del Plata, a realizarse en Buenos Aires, a invitación del Gobierno argentino, a fin de estudiar los problemas comunes del área, con miras a promover el pleno aprovechamiento de los recursos naturales de la región y su desarrollo económico, en beneficio de la prosperidad y bienestar de las poblaciones; así como a rever y resolver los problemas jurídicos relativos a la navegación, balizamiento, dragado, pilotaje y practicaje de los ríos pertenecientes al sistema hidrográfico del Plata, la exploración del potencial energético de los mismos, y a la canalización, represamiento y captación de sus aguas, ya sea para fines de irrigación, o para la regularización de las respectivas descargas, de protección de las márgenes o facilitación del tráfico fluvial;
VI. CONCORDARON en que las Marinas respectivas de los dos países procederán, sin demora, a la destrucción o remoción de los cascos hundidos que ofrecieren actualmente riesgos a la navegación internacional de aguas del río Paraguay;
VII. EN LO RELATIVO a los trabajos de la “Comisión Mixta de Límites y Caracterización de la Frontera Paraguay-Brasil”, convinieron los dos cancilleres en que dichos trabajos serán proseguidos en la fecha que ambos Gobiernos lo estimen conveniente;
VIII. SE CONGRATULARON finalmente los dos cancilleres, por el espíritu constructivo que prevaleció durante las conversaciones y formularon votos por la siempre creciente y fraternal unión entre el Paraguay y el Brasil comprometiéndose además a no escatimar esfuerzos para estrechar cada vez más los lazos de amistad que unen a los dos países.
Desvío
El documento, que definía el objeto y el fin de la sociedad, fue desviado de su propósito original en el Tratado...
(*) General (R), autor de los libros: Itaipú, la apropiación indebida. Itaipú, una victoria bien brasileña e Itaipú, historia de un fraude.

domingo, 11 de agosto de 2013

¿Por qué seguir pagando?

11 de Agosto de 2013  

El nuevo gobierno tiene la palabra


A) Cuando se firmó el Tratado de Itaipú en 1973, la obra se presupuestó en torno a los US$ 2.033.000.000 para la instalación de 14 máquinas de 765 MW, un promedio aproximado de US$ 200 por kW instalado.
Según el ingeniero Guillermo López Flores, actual director interino de Yacyretá, en noviembre de 1973, el proyecto avanzado aumentó a US$ 3.444.240.000.
En 1975, la Eletrobrás (Centrales Eléctricas Brasileñas SA) prestó a Itaipú, para la construcción de la obra, US$ 3.566.000.000.
En enero de 1976, el presupuesto final de la obra sufrió un notorio aumento y fue estimado en US$ 5.851.650.000.
En su réplica al estudio preliminar realizado por el renombrado economista estadounidense Jeffrey Sachs y su equipo de la Universidad de Columbia sobre la deuda de Itaipú, la Dirección Financiera Ejecutiva del ente binacional y las autoridades brasileñas se obligaron a reconocer que para una inversión directa de US$ 12,4 mil millones, la entidad binacional había pagado por el servicio de la deuda, hasta fines de 2012, la colosal suma de US$ 57,9 mil millones, en total incongruencia con los estándares financieros internacionales.
Según publicó ABC Color en su editorial del 4 de agosto de 2013, la Eletrobrás, la mayor empresa mixta de servicio eléctrico del Brasil, obligó a Itaipú a contratar, en una primera fase a tasas usurarias, con plazos menores de diez años, cerca de US$ 27,1 mil millones. De este monto, US$ 12,4 mil millones fueron utilizados en inversiones directas y el resto, unos US$ 14,7 mil millones fueron destinados a solventar el abuso financiero de las sistemáticas “prórrogas” de tales empréstitos usurarios de corto plazo.
Itaipú, afirmaba el editorial, continuó endeudándose para atender casi exclusivamente “la amortización y pago de cargas de las financiaciones usurarias prorrogadas sistemáticamente, debido a que las mismas continuaban siendo inferiores a 10 años en plazos, hasta llegar a la friolera de los US$ 57,9 mil millones pagados hasta fines de 2012, como queda señalado más arriba. ¡Más de 4,6 veces el costo directo de la usina, solo hasta el 2012!”.
B) Escandalosa evolución de la deuda contraída con la Eletrobrás.
- 1975: US$ 3.566 millones.
- 1990: saldo deudor renegociado durante el gobierno del general Andrés Rodríguez: US$ 9.336 millones.
- Julio 1994: US$ 10.837 millones
- Diciembre 1994: US$ 15.420 millones, cifra aumentada en cinco meses por efectos del Plan Real.
- 1997: saldo deudor renegociado durante el Gobierno del ingeniero Juan Carlos Wasmosy: US$ 16.225 millones.
Al pasivo, antes de la renegociación con la Eletrobrás, de US$ 12.031,1 millones se le adicionaron una deuda calificada como vencida de US$ 4.193,5 millones. Esta inclusión elevó la deuda a un total de US$ 16.225 millones.
La inclusión de la deuda vencida tiene que ver con la venta del servicio de electricidad a las empresas compradoras (98% brasileñas, 2% paraguaya) por debajo del costo. De la deuda generada por el subsidio, calificada de ilegal por la Comisión Bicameral de Investigación del Congreso y la Contraloría General de la República, se hizo cargo Itaipú y no las empresas compradoras como era de esperar.
Según cálculos conservadores, “la tarifa social”, entre marzo de 1985 y febrero de 1990, cincuenta y nueve meses, arrojó una pérdida de US$ 525,5 millones. Representa un 12,5% de la deuda vencida. El resto, el 87,5%, son los saldos y retazos o los efectos del Plan Real, que se le añadieron hasta redondear US$ 4.193,5 millones.
C) Deuda con la Eletrobrás al 31 de diciembre de 2007 (Gobierno del abogado Nicanor Duarte Frutos).
Luego de la renegociación del 31 de marzo de 1997, a pesar de abonarse las cuotas correspondientes a 1997, 1998, 1999, 2000, 2001, 2002, 2003, 2004, 2005, 2006 y 2007, un total de US$ 14.819,5 millones, el saldo deudor con la Eletrobrás no bajaba de US$ 17.037,5 millones (ABC 2 octubre 2011).
Una extraña matemática
Recién el año 2010, luego de catorce años, el saldo de la deuda bajó a US$ 15.715,6 millones, unos US$ 509,4 millones por debajo del arreglo original.
Según los contratos 1480/97; 1627/97; 1628/97, en el año 2023, Itaipú abonará a la Eletrobrás un total de US$ 45.631,50 millones. Entre 1997 y 2023, desembolsará una media anual de unos US$ 1.690 millones (Suplemento Económico ABC Color 2 octubre 2012, p. 3).
D. Factores exógenos cargados a la deuda con la Eletrobrás en millones de dólares americanos.
Plan Real (1994): US$ 4.583
Deuda vencida (1997): US$ 4.193,5
Factor Ajuste (1997-2005): US$ 5.683,2
Moratoria Líneas B y C (1997): US$ 6.098,4
Total: US$ 20.558,1
E. Este tipo de abusos no es inédito. Lo sufrió Panamá desde 1914. No obstante, los sostenidos reclamos del general Torrijos a los Estados Unidos condujeron en 1977 al Pacto Torrijos-Carter para recuperar el canal panameño. Desde su vigencia en 1999, Panamá recuperó la soberanía sobre el canal de su propiedad y sus relaciones con los Estados Unidos siguen con total normalidad.
Lo mismo ocurrió con el gas boliviano, bajo control de Petrobrás, hasta que Bolivia decidió en el 2006 nacionalizar las exploraciones y los negocios de petróleo y el gas. Las relaciones del país del altiplano con Brasil siguen invariables.
¿Y Paraguay?
Para la Comisión de Entes Binacionales Hidroeléctricos, dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores, la deuda ya fue suficientemente honrada. Sin embargo, Itaipú, obedientemente, sigue abonando puntualmente sus cuotas anuales conforme al calendario de pagos.
En el año 2009, en concepto de préstamos a la Eletrobrás y Tesoro brasileño desembolsó US$ 2.066 millones.
En el año 2023, la entidad binacional pagará más de doce veces el préstamo original concedido por la Eletrobrás, una friolera de US$ 45.631,5 millones.
F. ¿Por qué el Estado paraguayo en su condición de copropietario de la binacional debe seguir aceptando a este escandaloso abuso?
Según conclusiones de febrero de 2012 de la CGR “Desde su puesta en funcionamiento, Itaipú comenzó a operar a prueba y en forma gratuita para posteriormente hacerlo, casi siempre, a una tarifa por debajo del costo del servicio de electricidad, transgrediendo desde sus inicios el Art. IV.1 (Ingresos) y el numeral III (Costo del servicio) del Anexo C del Tratado y sus Anexos”.
“Esta situación –prosigue– se debió, fundamentalmente, a que las sumas no percibidas por Itaipú por la falta de aplicación de la tarifa real –es decir, la legal de acuerdo al Tratado– incidieron directamente en el aumento del pasivo de Itaipú debido a que las sumas recaudadas no cubrían el costo operacional de la misma ni suministraba los montos necesarios para el pago de las amortizaciones y cargas financieras de los préstamos tomados, según en el punto III del Anexo C del Tratado”.
Continuaba explicando la Contraloría, “Lo lamentable e injusto es que el resultado de las medidas adoptadas haya sido beneficioso precisamente para Eletrobrás en detrimento de la propia entidad binacional, cuyo principal acreedor financiero siempre fue y sigue siendo la propia Eletrobrás, en su momento propiedad exclusiva del Estado brasileño y hoy empresa mixta con participación privada, que transfirió su previsible déficit financiero a la binacional que, para este caso particular es, sin duda alguna, propiedad del Paraguay y del Brasil, en equitativas partes iguales.
Esta circunstancia pareciera haber sido olvidada por los integrantes paraguayos del Consejo de Administración de aquel entonces, que priorizaron los intereses del país vecino, dejando de lado los intereses del país que representaban”.
¡Colosal! 
La entidad binacional Itaipú, por el servicio de su deuda, hasta fines de 2012 había pagado la colosal suma de 57.900.000.000 de dólares.
Ilegal
De la deuda generada por el subsidio, ilegal para la CBI y para la Contraloría, se hizo cargo Itaipú y no las empresas compradoras como era de esperar.
juanantoniopozzo@gmail.com
(*) General (R). Autor de los libros:
“Itaipú, la apropiación indebida”,
“Itaipú, una victoria bien brasileña” e
“Itaipú, historia de un fraude”

domingo, 4 de agosto de 2013

Una breve reseña sobre Itaipú

La historia de un fraude 

Publicado el 4 de agosto de 2013 en el Suplemento Económico de ABC Color.
 
El Brasil, para la explotación en el tramo limítrofe de los recursos hidráulicos del Paraná, carente de alternativas, se vio obligado a asociarse con el Paraguay y simuló un aprovechamiento equitativo del caudaloso río.
El embuste está conectado con el Tratado Secreto de la Triple Alianza de 1865. El documento, para legitimar la requisa por el Imperio brasileño de unos 62.325 kilómetros cuadrados de territorio nacional, quedó protocolizado en el Tratado de Paz y límites de 1872.
Cien años después, en otro arreglo secreto formalizado en el Tratado de Itaipú de 1973, se ratificaba el condominio del Salto del Guairá hasta entonces paraguayo y se establecía la cesión gratuita de la energía no utilizada por el Paraguay a la Centrais Elétricas Brasileiras SA (Eletrobras) de la República Federativa del Brasil. Mañosamente, el costo de la compensación por la energía cedida se cargó a la generadora Itaipú.
De esta manera, el ocasional socio condómino, confabulado con los negociadores paraguayos, consiguió el control de Itaipú y se apropió de la energía paraguaya generada en la usina hidroeléctrica.
El régimen gobernante no solo aceptó el condominio de las cataratas del Salto, también cedió la electricidad excedente, resignó la cogestión paritaria y la vigilancia de la margen derecha.
Estas increíbles abdicaciones, ratificadas por la mayoría oficialista del Congreso Nacional el 17 de julio de 1973, fueron necesarias, según justificaban sus promotores, para preservar un ambiente libre de amenazas a la seguridad nacional.
En opinión de Luis María Ramírez Boettner, ministro de Relaciones Exteriores (1993-1996), el Tratado de Itaipú es un acuerdo justo. Paradójicamente, se vio involucrado en la gestión del nuevo estatuto de 1995 que intentaba corregir las escandalosas asimetrías de los estatutos anteriores. A pesar de la cuestionable equidad estatutaria, para el confiado excanciller “…el Tratado de Itaipú es sumamente favorable al Paraguay y constituye un acto de comprensión entre los dos países que buscan un entendimiento amplio para el desarrollo de ambas partes” (RAMÍREZ BOETTNER, Luis María. 2006. Memorias, p.85).
Por su parte, Efraín Enríquez Gamón, principal vocero de la mesa de negociaciones instalada en el 2008 que exigía la libre disponibilidad y el precio justo de la energía no utilizada por el Paraguay, en 1975 lisonjeaba al régimen que condujo con hermetismo las negociaciones previas al Tratado y conscientemente abdicó a la soberanía energética. No escatimaba elogios para resaltar que “Más, en lo que toca a la profundidad y extensión de la discusión del Tratado de Itaipú en el Paraguay, que es el aspecto del cual nosotros nos ocupamos, el crédito habría que abonar al Gobierno, en primer término; sencillamente porque haya permitido, conforme lo establecen las leyes, que el asunto se discuta en todos los niveles posibles” (ENRÍQUEZ GAMÓN, Efraín. 2007. 2ª Ed. Itaipú aguas que valen oro).
Más realista, Antonio Palazón Ibieta, presidente del Tribunal Ético Contra la Impunidad, advierte que el Tratado de Itaipú fue solo un medio con el que Stroessner “…logró su seguro con Itamaraty, quien luego lo protegió hasta su muerte” (PALAZÓN IBIETA, Antonio. 2010. Lágrimas y esperanzas de generaciones postergadas. p. 2).
No obstante, el ex director general paraguayo Mateo Balmelli, en la misma línea del pensamiento oficialista que aprobó el infortunado documento, advierte con aprensión que “Pretender forzar la situación para que un Estado reconozca que explotó y sustrajo riquezas de otro constituye un desaguisado al cual se apela cuando se está en condiciones de poder llevar el uso de la fuerza a la práctica” (BALMELLI, Mateo. 2011. Itaipú una reflexión ético-política sobre el poder. p.192).
Por otro lado, el abogado Eduardo De Gásperi plantea, como alternativa válida para la política internacional del Paraguay, la anulación del Tratado de Itaipú a la luz de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados. El jurista entiende el acuerdo como “…una desviación de la buena fe del objeto y fin del Tratado…”.
Hasta el momento, el Paraguay carece de un documento oficial que haga pública su posición ante la comunidad internacional sobre esta otra rapiña perpetrada por los gobiernos de facto brasileños y posteriormente ratificadas por los sucesivos gobiernos democráticos.
El periodista Armando Rivarola propone “designar a un diplomático paraguayo de probada experiencia e intachable reputación, con excelente dominio del inglés, que estudie profundamente el tema y se empape de la posición paraguaya, para que actúe de vocero, responda las preguntas de periodistas y funcionarios extranjeros, y defienda el documento en todos los ámbitos y foros que lo reclamen”. “Esta es una batalla, hay que actuar”, formula Rivarola. Por otro lado, el doctor Jeffrey Sachs nos recuerda que la parte de la deuda correspondiente al Paraguay ya fue suficientemente honrada, abriendo un escenario promisorio a las debidas reivindicaciones en Itaipú.
Leonino Tratado
En el leonino Tratado de Itaipú –que para esquivar los organismos de control estatal los abogados paraguayos rentados por la margen derecha construyeron un blindaje jurídico– se entregó más que la soberanía energética. También se dejó atado el desarrollo económico y social del país al arbitrio de los gobiernos brasileños que desde los años sesenta se encargaron de exportar miles de agricultores y ganaderos, reconocidos como brasiguayos, a la franja de seguridad fronteriza del territorio nacional.
Lo que queda en claro es que la sustracción por el Brasil de la riqueza industrial más significativa del Paraguay –conseguida sacrificando las cataratas del Salto, inundando vastas extensiones del bosque Atlántico, desarraigando más de treinta y seis poblaciones nativas hoy mendigos sin tierra, obstruyendo el río Alto Paraná–, con hondo impacto en su población más carenciada, sigue invariable, comprometiendo gravemente la independencia nacional tan trabajosamente consolidada por los padres de la Patria.
Itaipú es otro testimonio en los tiempos que corren de la expansión brasileña. Nuestro principal vecino, con mejor disimulo, sigue emulando a sus ancestros “bandeirantes” que desplazaron violentamente poblaciones nativas para expandir su colonia en Suramérica. “Las fronteras habían crecido y los villanos bandeirantes se tornaban héroes”, subraya Alfredo Boccia Romañach, autor de “Paraguay y Brasil, crónica de sus conflictos” (Ed. El Lector, 2.000 p.126).
José Bonifacio (1763-1838), patriarca de la independencia brasileña, lamentando las víctimas esclavas de los pueblos aborígenes y de color, sentenciaba: “Ninguna nación pecó tanto contra la humanidad como la portuguesa”. Nosotros agregamos: ninguna nación perjudicó tanto al Paraguay como la brasileña.
Rapiña
Paraguay carece de un documento oficial que haga pública su posición ante la comunidad internacional sobre esta otra rapiña perpetrada.
Espacio
Jeffrey Sachs nos recuerda que la deuda correspondiente al país ya fue suficientemente honrada, abriendo un espacio promisorio a reivindicaciones.

domingo, 28 de julio de 2013

UNA DEUDA HONRADA CON CRECES

¿TRATADO DE ITAIPÚ ESTÁ SUJETO A PRINCIPIOS UNIVERSALES?

Una deuda honrada con creces

Por Juan Antonio Pozzo Moreno.
Publicado en el Suplemento Económico de ABC Color del domingo 28 de julio de 2013

Forzando el derecho de adquisición, derecho reconocido a ambas Partes en el Artículo XIII del Tratado de Itaipú, la energía no utilizada por Paraguay es cedida obligatoriamente a la Eletrobrás que la revende al mercado brasileño por varias veces su costo de adquisición.
A pesar de la Declaración del 25 de julio de 2009, que reconoce “la conveniencia de que la ANDE pueda gradualmente, a la brevedad posible, comercializar en el mercado brasileño, energía de Itaipú correspondiente a los derechos de adquisición del Paraguay”, el socio condómino sigue sin darse por aludido y continúa comercializando en su beneficio la energía paraguaya con pingües beneficios. Entonces cabe preguntarse si el Tratado de Itaipú está sujeto a los principios universales del Derecho Internacional Público, de la Convención de Viena y si sirve de ejemplo para otros emprendimientos de iguales características.
La compensación
La compensación por la cesión de energía en el Tratado de Itaipú de 1973 formaba parte del costo de servicio de electricidad y obligaba al copropietario paraguayo a participar de su pago de modo que la estatal brasileña pudiera aprovechar gratuitamente el copioso excedente.
Recién desde la Nota Reversal Nº 4, del 28 de enero de 1986, el importe correspondiente a la compensación quedó “incluido exclusivamente en la tarifa a ser pagada por la Parte que consuma la energía cedida”. Desde entonces, el Tesoro brasileño se responsabilizó del pago de la irrisoria compensación en vez del justo precio acordado en el Acta final de Foz de Yguazú del 22 de junio de 1966.
De esta manera la producción de Itaipú, excepto una mínima porción destinada a la margen derecha, es aprovechada por la Eletrobrás sobre cuyos consumidores, de acuerdo con la Dirección Financiera Ejecutiva de Itaipú, recae necesariamente el 96% del pago de la sobredimensionada deuda y solo el otro 4% sobre los consumidores paraguayos.
No obstante, para Jeffrey Sachs entre 1985 y 2012 Paraguay cedió a la Eletrobrás 887 millones de megavatios hora de energía (el récord de producción de Itaipú en el 2012 fue 98,2 millones de megavatios hora). Una cantidad más que suficiente para cancelar la parcela de la deuda que como copropietario de la entidad binacional corresponde al Paraguay.
Tesis brasileña
La tesis brasileña de que Itaipú vende la energía que genera y no Paraguay ni Brasil y el consecuente ingreso por la venta sirve para pagar el costo de servicio de electricidad causa al desprevenido la impresión de la autonomía de Itaipú. En realidad, Brasil administra la entidad binacional a través de las direcciones ejecutivas Técnica y Financiera imponiendo la producción, la medición, el monto y el pago de la deuda. Por si fuera poco, la tarifa recomendada por el Comité de Estudios de Evaluación del Costo Unitario del Servicio de Electricidad de Itaipú (CECUSE), para el año 2012, no pudo entrar en vigencia por la negativa del Gobierno brasileño.
Igualmente, por el hecho de no asumir la margen derecha compromisos financieros para la construcción de la obra no le exonera al Estado paraguayo de la responsabilidad de la deuda adquirida en su condición de copropietario de la binacional. Los gobiernos pos Itaipú se cuidan de no incluir este pasivo como parte de la deuda externa para mantener al mínimo el nivel de endeudamiento y causar una buena impresión internacional. Todo ello, comprometiendo la copropiedad de Itaipú.
Si por cualquier razón las amortizaciones y las cargas financieras de la deuda de Itaipú no pueden ser honradas, parte de la responsabilidad recaerá necesariamente en el Estado paraguayo como la otra Alta Parte Contratante. El discurso que los exonera del compromiso solo es comparable a aquel que la guerra no era contra el pueblo paraguayo sino contra el Gobierno de López cargando al estoico pueblo paraguayo la abrumadora deuda de guerra impuesta por la Triple Alianza.
Profunda asimetría
Para corroborar la profunda asimetría, con potestades asumidas de facto, la compañía brasileña Eletrobrás en un extenso aviso publicado en el Financial Times de Londres en octubre de 2008, sin mencionar a Paraguay, destacaba su ingreso a la bolsa de Nueva York. Mientras, con una discreción poblada de ecos en los recovecos de la alta dirección, se suele escuchar que solo los paraguayos tontos creen que Itaipú es también de Paraguay.
Permanentemente se menciona que por la incapacidad de Paraguay de aportar los recursos y garantizar las financiaciones el Brasil asumió la responsabilidad financiando el proyecto y prestando, mediante el Banco de Brasil, el capital para la ANDE. Es importante señalar que ello no le otorga de ninguna manera a la margen izquierda la propiedad de Itaipú.
¿Por qué Paraguay debía aportar los recursos y garantizar las financiaciones en un emprendimiento exclusivamente brasileño? ¿Acaso no era más que suficiente el aporte del agua del Paraná?
Después de varios intentos –que incluían el desvío del río Paraná por territorio brasileño y una invasión militar que ocupó Puerto Renato para apropiarse de las cataratas del Salto del Guairá– sin otras alternativas más propicias la margen izquierda, con la oportuna injerencia del presidente de los Estados Unidos Lyndon B. Johnson y su canciller Dean Rusk, optó en el Acta de Foz de Yguazú, el 22 de junio de 1966, por el condominio del Salto del Guairá que se extendió al limítrofe río Paraná. Concomitantemente, el Gobierno militar tuvo que retirar su tropa de territorio paraguayo.
Sin las aguas paraguayas del Paraná la productora de electricidad más grande del mundo sería una utopía. Sin embargo, según el objeto y fin del Tratado la energía producida por el aprovechamiento hidroeléctrico debía ser “dividida en partes iguales entre los dos países” (Art. XIII). Lamentablemente, amañado en su contexto, el Tratado de Itaipú se instrumentó para derivar casi la totalidad de la producción energética a la margen izquierda.
Los compromisos asumidos por Brasil y que de rebote impactaban al Paraguay estaban centrados en deudas varias veces reprogramadas y que a pesar de ser honradas no dejaban de crecer.
Pasivo dividido en tres partes
Finalmente, por acuerdo del 31 de marzo de 1997, la deuda con la Eletrobrás quedó arreglada en US$ 16.225 millones en moneda local a una tasa de interés del 10% y saldo deudor corregido respecto a la inflación brasileña, convertida en moneda americana, indexada a la tasa de inflación de los Estados Unidos como Factor de Ajuste. El pasivo fue dividido en tres partes:
- Línea A: US$ 4.193,5 millones deuda vencida, difundida por la prensa como “deuda espuria”, a ser pagada a partir de enero/97 hasta septiembre/2001; interés 4,1%.
- Línea B: US$ 10.250,480 millones deuda a vencer, a ser amortizada a partir de abril/2001 hasta el año 2023; interés 7,5%.
- Línea C: US$ 1.781 millones deuda a vencer, a ser amortizada a partir de enero/2007 hasta el año 2023; interés 4,1%.
La Línea A, precipitadamente, fue totalmente pagada. Sin embargo, desde 1997 no se amortizó ni capital ni intereses de la Línea B. La capitalización al 2001 elevó la deuda de US$ 10.250.480.774 a US$ 15.024.903.624.
La capitalización de la Línea C, al final del periodo de gracia de 10 años, ascendió de US$ 1.781 millones a US$ 3.105.085.730.
Debido al cronograma de pagos, al final del 2006, el monto renegociado aumentó en US$ 6.098, 5 millones por intereses capitalizados y ajustes monetarios.
Otros préstamos más con la Eletrobrás –“conclusión de obras“, US$ 181.577.200 e instalación de las “unidades 9A y 18A“, US$ 190.099.600, un total de US$ 371.676.800 (Contratos 1627/97; 1628/97)– fueron incluidos en la renegociación del 31 de marzo de 1997.
Sin embargo, a pesar de abonarse puntualmente las cuotas correspondientes a 1997, 1998, 1999, 2000, 2001, 2002, 2003, 2004, 2005, 2006 y 2007, un total de US$ 14.819,5 millones (ABC Color 2 octubre 2011), el saldo deudor con la Eletrobrás seguía creciendo como bola de nieve:
- Eletrobrás: US$ 17.037,5 millones (ABC 2 octubre 2011)
- Otros: US$ 2.445,2 millones
- Total Itaipú: US$ 19.482,7 millones (ABC Color 31 diciembre 2007)
Es importante considerar que el 85,7% de la deuda de Itaipú es con la Eletrobrás.
Esta ingeniería financiera, abusiva desde todos los ángulos, solo sirve para beneficiar a la Eletrobrás y no al pueblo brasileño. El doctor Jeffrey Sachs, director del Earth Institute de la Universidad de Columbia, corrobora el latrocinio sospechado desde siempre. Los millones de megavatios hora de energía paraguaya cedidos casi gratuitamente al socio condómino ya fueron más que suficientes para honrar con creces la deuda contraída como copropietario de Itaipú.
Rebote
Los compromisos asumidos por Brasil y que de rebote impactaban al Paraguay estaban centrados en deudas varias veces reprogramadas.
Pasivo
Los gobiernos pos Itaipú se cuidan de no incluir el pasivo como parte de la deuda externa para mantener al mínimo el endeudamiento y causar buena impresión.
Pago
El Tesoro de Brasil se responsabilizó desde 1986 del pago de la irrisoria compensación en vez del justo precio acordado en el Acta final de Foz de Yguazú. 

domingo, 7 de julio de 2013

LA HISTORIA REAL DE ITAIPÚ

La otra historia

Publicado en el Suplemento Económico de ABC Color el domingo 7 de julio de 2013.
 
La historia oficial relataba que, mediante una concesión graciosa, fraternalmente, Brasil consintió compartir con Paraguay el aprovechamiento hidroeléctrico de la usina Itaipú. El discurso señalaba, hasta con picardía, que Paraguay solo puso el agua y que Brasil corría con el financiamiento de la obra. También la versión destacaba que el vecino país sacrificando otras alternativas más auspiciosas decidió por el condómino río Paraná para el aprovechamiento conjunto del emprendimiento. Para el oficialismo gobernante Itaipú era sin dudas una conquista más del fructífero gobierno.
No obstante, la historia real era diametralmente opuesta: Brasil no teniendo otra opción mejor para atender su creciente demanda energética no tuvo más remedio que compartir con Paraguay, un socio no deseado, el aprovechamiento hidroeléctrico del limítrofe río Paraná. Para esquivar la sociedad, una solución consistía en desviar el curso del caudaloso río y como alternativa extrema, la solución militar concretada en Puerto Renato con la finalidad de apropiarse de las cataratas del Salto del Guairá, en territorio paraguayo, para su explotación unilateral.
Sin embargo, a decir verdad, el presidente João Goulart (1961-1964) fue la excepción. En efecto, el 19 de enero de 1964, en la represa Tres Marías, Minas Gerais, acordó con su similar paraguayo sobre todos los aspectos generales relativos al aprovechamiento conjunto del potencial hidroeléctrico de los Saltos del Guairá. El golpe militar que lo derrocó poco después dejó en aguas de borraja la intención del justo gobernante brasileño.
Conviene destacar que Itaipú, como empresa binacional, puede adquirir préstamos, pagar sus deudas con la venta de su producción y asumir compromisos.
Debe quedar en claro que Itaipú se financió a sí misma, infelizmente, con préstamos usurarios de la Eletrobrás y del Tesoro brasileño y no con aportes como lo exige el tratado. La devolución de estos préstamos inflados por la magia de la ingeniería financiera brasileña -honrados suficientemente según el doctor Jeffrey Sachs- continuará irracionalmente hasta el año 2023.
Brasil, desde el Tratado de Tordesillas de 1494 -primero como colonia portuguesa, después como imperio y a partir de 1889 como república- se expandió desmesuradamente, siempre al margen del derecho internacional, a expensas de sus vecinos. De 2 millones de Km2 iniciales hoy abarca una superficie territorial de más de 8 millones 500 mil Km2.
Es importante señalar que a lo largo de su historia nadie perjudicó tanto al Paraguay como el Brasil.
Durante la época colonial, desde San Pablo, a través de los bandeirantes, verdaderos piratas terrestres, secuestraron y sometieron a las poblaciones nativas de la Provincia del Paraguay para emplearlos como esclavos y después adueñarse de sus asentamientos.
En la Guerra Guazú, con el ejército imperial organizado a partir de esclavos obligados a participar de la guerra, destruyó a la primera y más próspera república de Sudamérica. En esta ocasión, luego de inmolar a casi la totalidad de la población paraguaya se apropió de más de 62 mil Km2 de su más promisorio territorio.
En 1965, con varios batallones dependientes del cuerpo de ejército con asiento en Curitiba, irrumpió en Puerto Renato con la finalidad de controlar los Saltos del Guairá. La oportuna participación del presidente Lyndon B. Johnson y de su canciller Dean Rusk frenaron la desafortunada intervención brasileña.
En 1973, con un tratado hecho a la medida, consiguió disponer de la hidroelectricidad paraguaya a ser generada en Itaipú.
No obstante, en todos los casos no se pueden adjudicar estos atropellos al Brasil, especialmente en Itaipú. Muchos, hoy prósperos compatriotas, colaboraron y siguen colaborando estrechamente en la promoción de los intereses brasileños.
Los negociadores paraguayos y el gobierno no titubearon en aceptar las desatinadas condiciones impuestas por el Tratado de Itaipú de 1973 y, como si fuera poco, para subrayar el desaguisado, el Congreso Nacional, controlado por la mayoría oficialista, ratificó el leonino acuerdo.
Después de 1989, para coronar la entrega de la soberanía energética, juristas paraguayos pagados por Itaipú, Yacyretá y la ANDE, se encargaron de anular sendas leyes orientadas al control parlamentario. Obviando prescripciones constitucionales, también se empeñaron en obstaculizar el acceso de la Contraloría General de la República en los noveles estados binacionales.
Para parcelas del frente interno, con fuerte influencia de los históricos entreguistas, la deuda reclamada es una tontería manipulada por la prensa, el tratado es justo y el prestigioso economista Jeffrey Sachs opina sin conocer a profundidad el tema.
Los mismos, encuentran sumamente favorables el statu quo y suficientes las regalías provenientes de Itaipú. Lo favorable en realidad son los beneficios que recibieron de la binacional, a buen recaudo en los paraísos fiscales. Todo ello, mediante la pauperización de la cada vez mayor cantidad de paraguayos en situación de extrema pobreza que pululan en el campo y en la periferia de las ciudades.
Mientras, la defensa nacional -carente de una mínima capacidad disuasiva por la negativa de los políticos de aprobar un mínimo programa de diez años de unos US$ 500 millones- sigue apostando cada vez más en una diplomacia sin el sostén de la fuerza, en un incierto escenario regional que prioriza lo político a lo jurídico y que apuesta a un desarrollo sin seguridad.
Y cada vez más lejana la capacidad de autodeterminación del pueblo paraguayo.
Pícaros
El discurso señalaba, hasta con picardía, que Paraguay solo puso el agua y que Brasil corría con el financiamiento de la obra.
¿Quién?
Itaipú se financió a sí misma, con préstamos usurarios de Eletrobrás y del Tesoro brasileño, no con aportes como lo exige el tratado.
(*) Autor de los libros Itaipú, la apropiación indebida. Itaipú, una victoria bien brasileña e Itaipú, historia de un fraude.