domingo, 22 de febrero de 2015

El timo a Paraguay en Itaipú

22 de Febrero de 2015

 

Cuantificando el fraude

                     
- Aporte del Paraguay para el progreso del Brasil.
El domingo 29 de mayo de 2011, ABC Color publicó un artículo del ingeniero Nelson Cristaldo.
El articulista es ingeniero eléctrico formado en la Temple University, Florida International, y en la Drexel University de Iowa. Realizó cursos especializados de PTI-Siemens en Schenectady-New York. Fue entrenado en PJM, el mercado mayorista más importante del mundo, con más de 60 millones de clientes.
En una parte de su escrito destacaba Cristaldo la singular importancia de la energía paraguaya en el sostenimiento del desarrollo brasileño. Señalaba el ingeniero Cristaldo:
“El Brasil tiene una población de más de 191 millones de habitantes, un producto interno bruto (PIB) anual de dos billones de dólares y un crecimiento económico del 3,7%. Este país se proyecta como futura potencia mundial y esto se refleja en su gran desarrollo industrial, tecnológico y económico, sin olvidar que será el próximo anfitrión de la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos”.
Este gran desarrollo económico viene acompañado de una enorme necesidad de energía eléctrica. En este sentido el crecimiento anual de la demanda de energía eléctrica del Brasil es del orden del 5,3%.
La demanda total de energía eléctrica del año 2010 fue de 455.189 GWh, de los cuales 35.818 GWh fue la energía correspondiente a Paraguay cedida en Itaipú; esto quiere decir que la energía paraguaya tuvo una participación del 7,9% en el consumo total de energía del Brasil durante el 2010. (Esto es sin contar la energía de Yacyretá, que es vendida por la Argentina al Brasil a través del convertidor Garabí, negocio del cual Paraguay no participa).
Siguió explicando el especialista, que en “… el 2010, el consumo per cápita de energía eléctrica fue de 2.345 KWh/habitante. Si tomamos el índice de utilización de energía eléctrica para la producción de una unidad monetaria con relación al PIB per cápita, resultaría que en el Brasil se requiere de 25 KWh de energía eléctrica para producir 100 dólares americanos.
Con base en este índice, podemos expresar que el Brasil utilizó 35.818 GWh de energía paraguaya para producir más de 143.000.000.000 de dólares para su economía. Este gran beneficio económico para el Brasil representa el 7% de todo su producto interno bruto. En otras palabras, la energía paraguaya produce billones de dólares en la economía del Brasil”, destacó.
Este extraordinario aporte paraguayo al socio condómino deja en claro que la triplicación por la compensación, que se irá reduciendo en la medida que se logre adquirir más energía de la central hidroeléctrica, es apenas un paliativo que dista lejos de ser un precio justo por la cesión de energía. No obstante, para algunos parlamentarios brasileños “fue un acto de caridad hacía el Paraguay que apenas puso el agua en Itaipú”.
Paraguay víctima de tres décadas de despojo
En noviembre de 2013 estuvo listo el informe, a pedido del Gobierno, elaborado por el equipo de expertos del Vale Columbia Center, a cargo de Jeffrey Sachs y su Earth Institute de la Universidad de Columbia de Nueva York. El documento, que se ocupa del aprovechamiento hidroeléctrico como base de un modelo de desarrollo, concluye cuestiones sumamente importantes para el país.
En lo que respecta a Itaipú, exhorta a una renegociación, advirtiendo que Paraguay fue víctima de un despojo durante tres décadas en la entidad binacional.
Jeffrey Sachs (1954) es un economista estadounidense que se graduó en Harvard en 1976, posteriormente maestro (1978) y luego doctor (1980). Fue profesor en la misma Universidad entre 1980 y 2005. De indiscutible autoridad, es también el director del Proyecto del Milenio de las Naciones Unidas y asesor especial del secretario general de esta organización, Ban Ki-Moon, sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio para reducir la pobreza extrema, el hambre y las enfermedades para el año 2015. En su oportunidad ayudó a controlar la hiperinflación en Bolivia y la deuda externa de Brasil.
En el informe sobre Itaipú, el precio justo de la energía que cede Paraguay a Brasil sería igual al precio mayorista de la electricidad que compran los distribuidores en el mercado de San Pablo. En e 2012, el precio mayorista de la electricidad en Brasil se estimaba en US$ 85.000 por gigawatt hora (US$ 85 por megawatt hora). En cuanto al costo del capital del proyecto, por gigawatt hora, se recomendaba que debiera ser calculado como el servicio de la deuda a ser cancelada en 2023.
El cálculo referente al servicio de la deuda rondaría unos US$ 31.200 el gigawatt hora y el promedio del costo de operación y mantenimiento se estimaba para el 2010 en US$ 12.170 por gigawatt hora. Finalmente, el costo de transmisión quedaba en US$ 4.400 por gigawatt hora. Entonces, la ecuación –que nosotros denominamos de la equidad– para determinar el valor de la compensación por cesión de energía y los royalties correspondientes a Paraguay quedó construida de la siguiente manera: 85.000 – 31.200 – 12.170 – 4.400 = 37.230.
La igualdad representa lo que correspondió al Paraguay en dólares americanos, por gigawatt hora, en el 2012 en concepto de compensación por cesión de energía y royalties. No obstante, en el mismo año, solo recibió US$ 9.350 por gigawatt hora de compensación y US$ 5.060 por gigawatt hora de royalties. En total US$ 14.410 en vez de US$ 37.230 por gigawatt hora.
El Informe Sachs sobre la pérdida de rentas, decía: “Dado que Paraguay exportó 32.805 gigawatt hora a Brasil, la diferencia entre US$ 37.230 y US$ 14.410 por gigawatt hora equivale a una pérdida de rentas para Paraguay de US$ 748,6 millones solamente en 2012” (ABC Color, Pág. 2, 18 diciembre 2013).
La contundencia del equipo de expertos del Vale Columbia Center, supervisado por Jeffrey Sachs, no deja lugar a dudas sobre el timo.
Advierten que hace décadas que el Paraguay “ha sido dramáticamente subcompensado por sus exportaciones de electricidad al Brasil desde el inicio de Itaipú. Por ejemplo, antes de 2011, los pagos de compensación a Paraguay eran solamente de US$ 3.064 por GWh (US$ 3 el megavatio hora) a precios de 2012”.
Siguen señalando: “Durante todo ese periodo, la suma de royalties y compensaciones fue consistentemente muy baja, evidentemente muy por debajo de un precio justo de mercado para las ganancias de las exportaciones de Paraguay”.
Destacan además que: “Si se calcularan cuidadosamente la pérdida de ganancias en Paraguay resultaría en miles de millones de dólares”.
Desde la firma del Tratado en Itaipú, en abril de 1973, se viene insistiendo en la inequidad del aprovechamiento hidroeléctrico, totalmente favorable al Brasil. Los sucesivos gobiernos nacionales y sus cancilleres se limitaron a ser observadores pasivos, en alto grado de complicidad, de infortunado latrocinio ocasionado al Paraguay.
Los pocos que pudieron reclamar fueron opacados por la próspera mayoría. que obtenía pingües beneficios como clientes de Itaipú. Desacreditados, tratados de radicales, de patrioteros e insumisos a la égida brasileña, no lograron imponer sus voces.
Sin embargo, hoy replica como un atronador campanazo el informe elaborado por el equipo de Jeffrey Sachs. Un estadounidense al igual que Martin T. Mc Mahon, Rutherford B. Hayes, Lyndon B. Johnson y Dean Rusk apoyaron sin retaceos la justicia de la causa paraguaya.-
La medida del fraude
Según el Columbia Vale Center, hasta el 2012, la margen derecha cedió 887.000.000 de megavatios hora de electricidad.
De acuerdo con los datos disponibles, la cifra abonada como compensación por dicha cesión hasta el 2012 ronda los US$ 2.106.615.689, una media de US$ 2,3 por cada megavatio hora obligado a ceder. Si en el año 2012 el precio mayorista de la electricidad en Brasil se estimaba en US$ 85 el megavatio hora, la asimetría es más que evidente.
Es la medida de décadas de pérdidas de renta para el Paraguay, como lo afirmara certeramente Jeffrey Sachs.
Paliativo
La triplicación por la compensación... es apenas un paliativo que está lejos de ser un precio justo por la energía paraguaya cedida al Brasil.
US$ 2,3
La cifra abonada como compensación por la cesión hasta el 2012 ronda los US$ 2.106.615.689, una media de US$ 2,3 por cada MWh hora cedido.
(*) Autor de los libros Itaipú, la apropiación indebida. Itaipú, una victoria bien brasileña. Itaipú, historia de un fraude y Crónica de una entrega.
juanantoniopozzo@gmail.com (*)

domingo, 15 de febrero de 2015

Un Tratado a la medida del socio

15 de Febrero de 2015

Sugieren que Cancillería pida nulidad del Tratado

El general (SR) Juan Antonio Pozzo, autor de varios libros sobre Itaipú e investigador del tema hidroeléctrico, recordó que el jurista Gustavo De Gásperi sostenía que al desviarse los tratados binacionales de su fin y objeto, que no es otro que la distribución equitativa de la producción energética, se produce la desviación de la buena fe que viola el Art. 31 de la Convención de Viena sobre el derecho de los tratados, una norma imperativa de derecho internacional.

“El doctor De Gásperi recomendaba, al contrario de la política vigente, que la política exterior del Paraguay trabaje en conseguir la nulidad de estos acuerdos entreguistas”, señaló Pozzo. Lamentó que, sin embargo, cuando se trata de los intereses que debe preservar, “el Estado paraguayo es ciego, sordo y mudo” y está “más preocupado en satisfacer la clientela política oportunista, inepta, rapaz y genuflexa, se pierde en el laberinto que lo conduce a su propia extinción. Los paraguayos, de frágil memoria, necesitan recordar los nombres de los que lo conducen al abismo”, sentenció.

sábado, 7 de febrero de 2015

Acuerdo inaceptable por fraudulento

08 de Febrero de 2015

| UNA BREVE RESEÑA PARA INCRÉDULOS

La medida del fraude

 
Muchos de nuestros compatriotas compraron el discurso de que Itaipú fue financiado por Brasil. También a menudo se escucha que mediante su buena voluntad Paraguay pudo acceder al emprendimiento binacional. En general, los vinculados al vecino país por cuestiones de estudio, trabajo, negocio, lazos de familia, etc., así gustan admitir.
 
Sin embargo, la realidad es otra y debe ser conocida, especialmente por aquellos funcionarios con algún compromiso con la política exterior del país.
Itaipú se financió a sí misma, entre otros, con préstamos usurarios de la Eletrobrás, totalmente honrados, pero que por obra de la corrupción se seguirán abonando a la multinacional brasileña, en perjuicio de los pueblos usuarios, hasta 2023.
En cuanto a la buena voluntad de los gobernantes brasileños, la historia del Paraguay la tiene muy poco registrada. El exterminio deliberado del pueblo paraguayo en la hecatombe del 70, los límites impuestos en 1872 para apropiarse de más de 60.000 km2 de territorio nacional, una nueva invasión militar en 1965 adobada por una etapa colonial caracterizada por el terror a los secuestradores bandeirantes, inmisericordes piratas terrestres, dice todo lo contrario.
La experiencia en Itaipú es otro ingrato capítulo, excepción hecha del infructuoso compromiso del presidente João Goulart a su homólogo paraguayo el 19 de enero de 1964, para la “explotación conjunta” de  la monumental obra a ser construida.
Lamentablemente, el Gobierno que derrocó a Goulart no respetó el encargo y como corolario invadió con tropas de su ejército, en mayo de 1965, la República del Paraguay.
La reseña que sigue intenta explicar la escasa vocación de integración, sostenida en la asimetría, que históricamente animó a nuestro socio condómino.
I.- El Acta final de 1966
El Tratado de Itaipú del 26 de abril de 1973 sustituyó al Acta final del 22 de junio de 1966.
En el Acta final de 1966, base del Tratado de Itaipú, se lograron conciliar mutuos intereses relacionados con la explotación hidroeléctrica del río Paraná. Además se resolvió sobre la posesión del Salto del Guairá, espinosa cuestión que la Comisión Mixta de Límites y Caracterización de la Frontera Paraguay-Brasil nunca pudo convenir. Allanado el problema, se determinó en el acta que los trabajos de la Comisión Mixta “… serán proseguidos en la fecha en que ambos Gobiernos lo estimen conveniente”.
También se estableció que la energía eléctrica producida por el río Paraná sería repartida en partes iguales entre los dos países.
Como Paraguay no podía aprovechar toda su parte, el excedente podría ser adquirido por Brasil, preferentemente, a un precio justo. No obstante, una oferta mejor le garantizaba al Paraguay la libre disponibilidad sobre su electricidad o la soberanía energética.
El acta, convenida para la “…evaluación de las posibilidades económicas, en particular de los recursos hidráulicos, pertenecientes en condominio a los dos países, del Salto del Guairá o Salto Grande de las Siete Caídas”, se debe principalmente a la oportuna intervención del canciller Dean Rusk del Gobierno de los Estados Unidos, presidido por Lyndon B. Johnson, y arduas negociaciones entre las partes.
El Acta final posteriormente formó parte, en 1973, del preámbulo del “Tratado entre la República del Paraguay y la República Federativa del Brasil para el aprovechamiento hidroeléctrico de los recursos hidráulicos del río Paraná, pertenecientes en condominio a los dos países, desde e inclusive el Salto del Guairá o Salto Grande de las Sete Quedas hasta la boca del río Yguazú” o Tratado de Itaipú.
II.- Breve recuento histórico
Durante la puesta en marcha de lo dispuesto por el Tratado de Límites de 1927, que completaba los trabajos de demarcación fronteriza iniciados en 1872, los brasileños advirtieron el enorme potencial hidroeléctrico que significaban las cataratas del Salto del Guairá. A instancias del Brasil, un nuevo Protocolo, en 1930 obligó a reabrir la demarcación ya pactada en 1872.
Los trabajos coincidieron con la guerra que libraba el Paraguay en el Chaco. Según investigaciones del notable intelectual Efraín Cardozo, fue en esa ocasión “…que el Brasil, por primera vez, articuló pretensiones sobre la totalidad de los Saltos, exhibiendo un mapa que carece de todo valor jurídico para modificar el tratado” (Cardozo, Efraím. Los derechos del Paraguay sobre los Saltos del Guairá. 1965; publicado en ABC Digital el 23 de diciembre de 2008).
Aunque las nuevas demarcaciones no afectaron la propiedad del salto situado en territorio paraguayo, un estudio realizado en 1962 por una oficina técnica de São Paulo propuso su exclusiva explotación, desviando por territorio brasileño el río Paraná.
Los resultados fueron más auspiciosos, en mayo de 1965, cuando tropas del Gobierno del mariscal Humberto Castello Branco, para controlar el accidente natural, invadió una pequeña localidad paraguaya conocida como Puerto Renato. Excepto el derrocado presidente João Goulart, quien se comprometió con el Gobierno paraguayo el 19 de enero de 1964 a una explotación conjunta, no estaba en el interés del nuevo régimen honrar el compromiso. Aunque desoídos, los técnicos advertían que sin el concurso del río Paraná era inviable un aprovechamiento satisfactorio.
Todos los reclamos diplomáticos del Paraguay por la invasión fueron estériles. Impertérritos, los conquistadores alegaban estar en sus dominios conforme al Tratado de 1872.
La negativa duró hasta que el canciller americano Dean Rusk, en mayo de 1966, visitó el Paraguay. El diplomático, enterado del problema, consiguió que las partes se reúnan. La reunión se concretó en Foz de Yguazú el 21 y 22 de junio de 1966. En plena guerra fría, para la política de seguridad nacional de los Estados Unidos, que acababa de superar la crisis de los misiles nucleares soviéticos instalados en Cuba en 1962, las confrontaciones entre aliados no contribuían a la estabilidad del hemisferio occidental.
Como cuestión central para acordar el Acta final fue necesario que Paraguay aceptara como un condominio el Salto del Guairá. Se repetía la historia. Una vez firmado el acuerdo, las tropas brasileñas abandonarían el territorio nacional.
Más adelante el agua embalsada, contenida por la represa y que borraba todo vestigio visible de las cataratas del Salto, sumergía en el fondo del río Paraná la principal riqueza natural del Paraguay y una de las siete maravillas del mundo.
III.- El Tratado de Itaipú de 1973
Años después, el 26 de abril de 1973, el Tratado de Itaipú creaba, en igualdad de derechos y obligaciones, la entidad binacional Itaipú.
El tratado, redactado a la medida de los intereses de Brasil, fue un acontecimiento muy festejado por el periodista Murilo Melo Filho de la revista Manchete, quien lo calificó como “una victoria bien brasileña”.
Por otro lado, Carlos Augusto Saldívar, vocero de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Asuntos Internacionales del Senado paraguayo, uno de sus gestores, justificando la abdicación proclamaba que “… la integridad territorial y la soberanía de la República están a salvo en todo momento” (Enríquez, Efraín. Itaipú. Aguas que valen oro. 2007. p. 90).
Desde la Guerra del Chaco no se tenían noticias de la pérdida de una comarca paraguaya de unos 500 kilómetros cuadrados –que contenía una de las siete maravillas del mundo, la población originaria, la fauna y la flora– para beneficio de una empresa en apariencias binacional. Se sumaba a la desventura el bloqueo del río Paraná por el gran muro de la futura represa, que extremaba la condición mediterránea del Paraguay.
Con la promulgación de la Ley Nº 389 del 17 de julio de 1973, que aprobaba el Tratado, se formalizó el derecho de adquisición para la entrega del excedente energético al socio condómino a cambio de una irrisoria compensación que, no obstante, debía abonar la propia Itaipú para que la Eletrobrás pueda aprovecharla gratuitamente. Como burla sutil y disimulada, se imponía una autocompensación.
En menos de una década Brasil lo que no pudo lograr con la invasión militar, gracias a la defección de nuestros negociadores y la mayoría oficialista del Congreso, manipulados desde el Palacio de los López, consiguió el objetivo de apropiarse de Itaipú.
Para concretar la entrega se modificaron cláusulas esenciales del Acta final. Entre ellas:
- El derecho de preferencia, reconocido a las partes, para la adquisición de la energía no utilizada, fue modificado por el derecho de adquisición;
- El justo precio que debía abonarse por esta misma energía fue substituido por una compensación;
- El pago de la compensación, asegurando la gratuidad de la energía cedida, se le responsabilizó a Itaipú;
- La autorización a las Altas Partes Contratantes para asumir protocolos adicionales y actos unilaterales y de otras medidas necesarias relacionadas a los aspectos de policía y seguridad, sirvió de argumento legal a la margen izquierda, violando la soberanía nacional, para intervenir en la margen derecha;
- La distribución asimétrica, por notas reversales entre los gobiernos, de los cargos de directores y directores adjuntos. Los de mayor importancia, que gobernaban la entidad, tales como la Dirección General, la Dirección Técnica y la Dirección Financiera, para los brasileños. Las otras direcciones, como las de Coordinación, la Administrativa y la Jurídica, todas ellas accesorias sin trascendencia, para los paraguayos.
Es posible que los representantes oficialistas del Congreso Nacional no hayan estudiado a profundidad el tratado que ratificaron o tal vez pudo más el temor a desviarse del libreto impuesto desde la cúspide del poder.
De otro modo no tiene explicación de por qué se aprobó tanta calamidad que reñía contra el fin y el objeto de un acuerdo que debiera repartir equitativamente la producción.
Cuarenta años después la prueba está a la vista. Solo el 7% del producto pudo ser aprovechado por el Paraguay; por la energía cedida, valorado en el mercado brasileño a unos US$ 85 el megavatio hora, el país recibió apenas una media de unos US$ 2,5 por el megavatio hora.
Esa es la medida de la asimetría y del fraude, repetido en Itaipú por nuestros ocasionales socios, que los incautos debieran conocer.
Realidad
La realidad es otra y debe ser conocida, especialmente por aquellos funcionarios con algún compromiso con la política exterior del país.
Defección
En menos de una década, lo que no pudo lograr con la invasión militar, Brasil, gracias a la defección de nuestros negociadores, consiguió apropiarse de Itaipú.
Pruebas
Cuarenta años ... Solo el 7% del producto pudo ser aprovechado por el Paraguay; por la energía cedida... el país recibió apenas una media de unos US$ 2,5 por MWh.
(*) Autor de los libros “Itaipú, la apropiación indebida”, “Itaipú, una victoria bien brasileña”, “Itaipú, historia de un fraude” y “Crónica de una entrega”.
juanantoniopozzo@gmail.com