08 de Marzo de 2015
| nuestros socios ignoran el fin de los tratadosProtocolo Ayala-Pueyrredón
La resultante de los acuerdos relacionados con la explotación energética del río Paraná en Itaipú y en Yacyretá, al ser ignorados por los socios condóminos el objeto y el fin de los tratados, ocasiona cuantiosos perjuicios económicos al Paraguay.
En un aprovechamiento que debiera ser equitativo, mitad y mitad, la media de la potencia contratada en las binacionales por la ANDE no logra superar el 7% (Itaipú 7%; Yacyretá 5%).
Cabe mencionar al respecto de esta notable y abusiva asimetría un precedente histórico poco difundido.
En efecto, durante la segunda gestión presidencial del doctor Eligio Ayala fue designado ministro plenipotenciario en Estados Unidos de América, México y Cuba el doctor Eusebio Ayala.
Eusebio, con el representante argentino doctor Honorio Pueyrredón, el 1 de febrero de 1926, refrendó en la sede de la Embajada Argentina en Washington un documento bilateral conocido como el Protocolo Ayala-Pueyrredón.
El acuerdo trataba sobre el mejoramiento de la navegabilidad del río Paraná y la utilización de las caídas de agua en la isla Apipé. Todo ello, con la finalidad de gestionar industrialmente las aguas compartidas del río Paraná.
En el Artículo 3º quedaba establecido que:
“(…) si en general el Paraguay prestara su ayuda y cooperación en forma permanente para la ejecución, mantenimiento y aprovechamiento de las obras de utilización de las caídas de agua, tendrá derecho a obtener para los individuos o entidades radicadas en su territorio energía eléctrica en las mismas condiciones en que se distribuya el público en territorio argentino, hasta un maximum del siete y medio por ciento (7,5%) de la producción total de fuerza, siempre que no fuere posible a la Argentina conceder una cantidad mayor”.
Como se puede advertir, cuarenta y dos años después de la firma de los tratados de Itaipú y Yacyretá, el protocolo Ayala–Pueyrredón resultaba mucho más “generoso” en el reparto de la producción hidroeléctrica.
El ínfimo aprovechamiento actual de las aguas compartidas del río Paraná es debido al control compulsivo de los ocasionales socios sobre los entes hidroeléctricos y a la actitud entreguista, pusilánime y poco patriota de nuestros representantes en los consejos y directorios.
No obstante, sin alternancia o sin paridad en la gestión y:
- mientras las principales direcciones y jefaturas sigan monopolizadas por la margen izquierda;
- mientras la ANDE no pueda disponer de la venta de la electricidad paraguaya en los mercados de los socios;
- mientras el generoso estipendio por las exiguas labores controle las conciencias de los responsables paraguayos, muchos de ellos proyectados en el exterior para el disfrute de su prosperidad a expensas del sufrido pueblo paraguayo, nuestro país quedará al margen de sus principales riquezas industriales.
También continuará padeciendo mayoritariamente de una pobreza indigna y humillante que no se compadece con las prescripciones para el desarrollo humano recomendado oportunamente por las Naciones Unidas (PNUD).
Entonces, mal podríamos criticar el protocolo Ayala-Pueyrredón, aunque ínfimo y asimétrico fue mucho más generoso de lo que hasta ahora recibimos de Itaipú y Yacyretá.
7% y 5%
En un aprovechamiento que debe ser equitativo, mitad y mitad, la media de la potencia contratada en las binacionales no supera el 7% y el 5%.
juanantoniopozzo@gmail.com
Cabe mencionar al respecto de esta notable y abusiva asimetría un precedente histórico poco difundido.
En efecto, durante la segunda gestión presidencial del doctor Eligio Ayala fue designado ministro plenipotenciario en Estados Unidos de América, México y Cuba el doctor Eusebio Ayala.
Eusebio, con el representante argentino doctor Honorio Pueyrredón, el 1 de febrero de 1926, refrendó en la sede de la Embajada Argentina en Washington un documento bilateral conocido como el Protocolo Ayala-Pueyrredón.
El acuerdo trataba sobre el mejoramiento de la navegabilidad del río Paraná y la utilización de las caídas de agua en la isla Apipé. Todo ello, con la finalidad de gestionar industrialmente las aguas compartidas del río Paraná.
En el Artículo 3º quedaba establecido que:
“(…) si en general el Paraguay prestara su ayuda y cooperación en forma permanente para la ejecución, mantenimiento y aprovechamiento de las obras de utilización de las caídas de agua, tendrá derecho a obtener para los individuos o entidades radicadas en su territorio energía eléctrica en las mismas condiciones en que se distribuya el público en territorio argentino, hasta un maximum del siete y medio por ciento (7,5%) de la producción total de fuerza, siempre que no fuere posible a la Argentina conceder una cantidad mayor”.
Como se puede advertir, cuarenta y dos años después de la firma de los tratados de Itaipú y Yacyretá, el protocolo Ayala–Pueyrredón resultaba mucho más “generoso” en el reparto de la producción hidroeléctrica.
El ínfimo aprovechamiento actual de las aguas compartidas del río Paraná es debido al control compulsivo de los ocasionales socios sobre los entes hidroeléctricos y a la actitud entreguista, pusilánime y poco patriota de nuestros representantes en los consejos y directorios.
No obstante, sin alternancia o sin paridad en la gestión y:
- mientras las principales direcciones y jefaturas sigan monopolizadas por la margen izquierda;
- mientras la ANDE no pueda disponer de la venta de la electricidad paraguaya en los mercados de los socios;
- mientras el generoso estipendio por las exiguas labores controle las conciencias de los responsables paraguayos, muchos de ellos proyectados en el exterior para el disfrute de su prosperidad a expensas del sufrido pueblo paraguayo, nuestro país quedará al margen de sus principales riquezas industriales.
También continuará padeciendo mayoritariamente de una pobreza indigna y humillante que no se compadece con las prescripciones para el desarrollo humano recomendado oportunamente por las Naciones Unidas (PNUD).
Entonces, mal podríamos criticar el protocolo Ayala-Pueyrredón, aunque ínfimo y asimétrico fue mucho más generoso de lo que hasta ahora recibimos de Itaipú y Yacyretá.
7% y 5%
En un aprovechamiento que debe ser equitativo, mitad y mitad, la media de la potencia contratada en las binacionales no supera el 7% y el 5%.
juanantoniopozzo@gmail.com
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