29 DE ABRIL DE 2018
| LUCRO PROHIBIDO PARA CIERTOS “GASTOS RESERVADOS”“Negociadores” que aceptaron migajas deben inhibirse, piden
–El Anexo C del Tratado tiene que ver con el manejo de las finanzas, de los bienes y caudales que integran el patrimonio de Itaipú. Se debe revisar, al cumplirse 50 años de su vigencia:
El estado de la amortización de las deudas contraídas para la puesta en marcha del aprovechamiento hidroeléctrico binacional y el pago de la deuda, si aún existiera, en relación con las potencias contratadas por la ANDE y la Eletrobrás.
La cancelación del total de la deuda está programada para el 2023, aunque parezca un absurdo, la ANDE, que solo aprovechó una minúscula porción de la potencia disponible de Itaipú para ceder al Brasil, confronta la mitad de la deuda.
Una vez cancelada la deuda, la otra cuestión a negociar, con sus variables, consistiría en disminuir la cuota anual de la deuda, unos US$ 2 mil millones, del costo del servicio de electricidad o mantener invariable el costo actual del servicio de electricidad.
Estas soluciones abren dos posibilidades: 1) ¿Itaipú seguiría manteniendo un sobrevaluado costo del servicio de electricidad, atiborrando al consumidor, para repartir a las partes la cuota anual cancelada? 2) ¿Itaipú reduciría el costo del servicio de electricidad para beneficiar a sus consumidores?
–Técnicamente, la ANDE no tiene condiciones para aprovechar su mitad de Itaipú.
Por otro lado, la Eletrobrás, que hasta el momento no dispone de otra fuente sustituta más barata, se ve impedida para retornar la electricidad que es compensada mediante un pago irrisorio del consumidor brasileño.
Hasta tanto mejoren las condiciones técnicas y se restablezca la soberanía energética del Paraguay solo resta exigir un precio justo por la energía cedida y no una minúscula compensación.
–Todos los presidentes de la transición, excepto el breve interinazgo del presidente Federico Franco, claudicaron a las pretensiones de los socios condóminos. Entre 1984-2017, cedimos al Brasil 1.078.677.401 MWh por US$ 3.628.989.113. La tarifa media de la cesión fue de apenas US$ 3,36 el MWh. La tarifa actual por la compensación (US$ 9,23 el MWh, año 2016) sigue estando lejos del precio justo (US$ 43,68 el MWh).
Mientras Itaipú, para conservar el lucro prohibido como gasto reservado de ambos presidentes (de la República), patrocinando de paso a la clientela política, se mantiene invariable el statu quo.
–Desde la entrega al Brasil de Itaipú y de Yacyretá a la Argentina no se conoce mayor abdicación de los gobiernos paraguayos a su soberanía, particularmente la hidroeléctrica.
Esta indignante humillación al que someten sus gobiernos al pueblo paraguayo obliga al nuevo titular del Ejecutivo arbitrar los medios suficientes para preparar los nuevos negociadores que tendrán el honor de servir a su patria. Los negociadores históricos, que se consolaron con solo migajas de los emprendimientos hidroeléctricos binacionales, deben inhibirse de esta auténtica cruzada nacional.
–De seguirse permitiendo la venta de una electricidad cara, para luego utilizar el lucro indebido como cobertura de gastos sociales no contemplados en el Anexo C del Tratado, es casi nula la posibilidad de revertir esta vergonzosa situación. Itaipú y Yacyretá fueron hechos para la producción de energía barata no para solventar gastos reservados, sin control estatal, para los presidentes de la República.
No cabe en estas hidroeléctricas binacionales, asumir compromisos propios de los Estados parte. El clientelismo político o intercambio extraoficial de favores, en el que los titulares de cargos políticos regulan la prestación de los servicios de electricidad a cambio de apoyo electoral no está en sintonía con la República.
–No es posible defender lo que no se conoce. La política del Paraguay se nutre de la desinformación.
La electricidad paraguaya de Itaipú colocó al Brasil como país emergente y sexto en la clasificación económica mundial (a cambio de la pobreza extrema del Paraguay). El apagón de sus luces para encender las nuestras no es más que utopía. No obstante, el reconocimiento del Brasil del derecho de adquisición respecto a la energía que no utilizamos, subrayadas en las Declaraciones Conjuntas del 2009, abre la posibilidad cierta de comercializar nuestro excedente en el mercado brasileño. A pesar de ello, los improductivos paraguayos del Consejo de Administración no trabajan para hacer factible esta justa reivindicación. Acomodados en sus cómodas poltronas, les resulta más próspero mantener una inercia cómplice, ignorando el “lio” que propone el Papa Francisco.
–La idea es un desatino. Es similar a la exitosa muletilla instalada por los brasileños. Para ellos, Paraguay solo aportó las aguas del Paraná.
Es sabido que la ANDE apenas cubre un 18% de la demanda nacional. Hay empresas, en la misma capital, que son abastecidas por generadores termoeléctricos. No existe la menor posibilidad de ampliar esta cobertura eléctrica hasta tanto se produzca la total recuperación de nuestra soberanía energética. Significa disponer de nuestra electricidad secuestrada por Brasil.
Un curso de acción sería un dictamen favorable al Paraguay de la Convención de Viena de los Derechos de los Tratados. Aunque no vinculante, serviría de herramienta para instalar una demanda contra la Eletrobras a través del Código Civil paraguayo. El jurista Gustavo De Gásperi ya propuso este camino, no obstante nuestros abogados, que históricamente blindaron Itaipú para impedir su intervención, continúan durmiendo la siesta paraguaya.
–En la pregunta está la respuesta. Cabe sin embargo agregar que en la revisión del Anexo C, un presidente de la República honesto y la verdad son esenciales. La verdad no es más que todo juicio o proposición irrefutable racionalmente. Nuestra principal estrategia para la revisión es sin duda alguna la verdad.
–Es imposible la devolución de las cataratas del Salto del Guairá o la restitución de nuestra selva Atlántica con su rica fauna o una indemnización como resarcimiento del costo de oportunidad.
Sin embargo, es posible la recuperación de nuestra soberanía energética y la recompensa económica a los sobrevivientes y descendientes de la treintena de comunidades guaraníes condenadas a un cruel éxodo con la desaparición de su hábitat. Los guaraníes, en un poco más de un siglo repitieron la triste historia de las residentas y destinadas, rumbo a Cerro Corá. Esta vez de manos de sus despiadados compatriotas. Los gastos reservados de ambos mandatarios en Itaipú, producto del lucro indebido, deben aplicarse en su totalidad en la reivindicación de estas sufridas comunidades.
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