14 de Abril de 2013
LA TRISTE HISTORIA DE UNA DEFECCIÓN (Conclusión)El entreguismo no es solo de ayer
El día 26 del presente mes el Tratado de Itaipú cumple 40 años, sin
dudas, una nueva oportunidad para que los paraguayos hagamos un balance
completo de todo lo que nuestro país perdió con ese portentoso
emprendimiento. El general (R) Juan Antonio Pozzo Moreno, con este nuevo
trabajo, cuya parte final entregamos hoy, busca ayudarnos en este
recuento indispensable, especialmente en esta coyuntura preelectoral,
hasta que la República recupere su soberanía en ambas centrales
hidroeléctricas.
Así,
el Brasil, sin apelar a batallones de ocupación, por vía diplomática y
la complicidad de negociadores paraguayos dóciles a la Directiva
Presidencial, logró asegurar la totalidad de la producción energética
para la atención de su mercado, menos una ínfima porción derivada al
modesto mercado paraguayo.
Aunque era reconocido a cada una de las partes el derecho de adquisición de la energía que no utilizaba la ANDE, forzando el Tratado, la Eletrobrás se apropió del excedente gratuitamente cargando el costo de la compensación, hasta 1986, a la empresa binacional Itaipú.
Con esta mañosa operación quedó bloqueada la posibilidad de que la ANDE pudiera comercializar en el mercado brasileño la electricidad que no utilizaba y desaparecieron el derecho de preferencia y el precio justo por la energía excedente convenidos en 1966 en el Acta de Foz de Yguazú.
Toda la infraestructura técnica de la subestación seccionadora de la margen izquierda, en Foz de Yguazú, quedó arreglada para que la electricidad generada en la usina sea aprovechada exclusivamente por el Brasil. La ANDE, sin posibilidad de comercializar su excedente y sin infraestructura de seccionamiento, apenas pudo construir una modesta red para satisfacer una mínima demanda nacional.
Quedó en aguas de borraja la producción generada por las turbinas de 50 ciclos por la que batalló sin desmayos la opinión pública en búsqueda de la equidad. La millonaria estructura de los convertidores de Foz de Yguazú, costeada por Itaipú, sin inconvenientes transformaba a 60 ciclos la electricidad no utilizada por la margen derecha.
Como si fuera poco, hasta 1986, los directores paraguayos figuraban como adjuntos a los directores general, técnico y financiero, todos brasileños. Sin embargo, como una concesión graciosa, los nuestros quedaban autorizados a asistir a las reuniones del Directorio Ejecutivo con voz pero ¡sin voto¡ A decir verdad, eran una pléyade de figuras decorativas muy bien rentadas. Hasta hoy día los directores Técnico y Financiero, esenciales miembros de la Dirección Ejecutiva, siguen en manos brasileñas.
El pago seguro a la Eletrobrás y al Tesoro brasileño, de una deuda que según la comisión de entes binacionales ya fue suficientemente honrada, es un tema prioritario en la agenda del director Financiero Ejecutivo.
Para coronar la abdicación, el Tratado consentía la intervención de la vigilancia brasileña en la margen derecha. Una evidente violación constitucional que se prolongó hasta noviembre de 1973.
La ratificación a tambor batiente del nefasto acuerdo, en julio de 1973, puso la soga al cuello a la república. Lo que no consiguieron arrodillar en un lustro la Triple Alianza y la Legión Paraguaya, se concretó en menos de tres meses por la mayoría oficialista en el Congreso Nacional.
Pero aún faltaba más, para asegurar la cesión de la soberanía energética era menester un blindaje jurídico. Después de la caída del régimen entreguista, los nuevos gobiernos también entreguistas, validos de juristas paraguayos, consiguieron la inconstitucionalidad de las leyes que obligaban a los funcionarios de las binacionales a informar y enviar documentación al Congreso y la Contraloría a través de la ANDE. Así se completó el combo que aseguraba el aprovechamiento exclusivo de Itaipú por el socio condómino.
La prensa con importantes auspicios binacionales, en sintonía con la tesis del extinto magnate de la comunicación Roberto Marinho, conseguía más beneficios de lo que no decía que de lo que decía de las hidroeléctricas. Excepto el insumiso Acero, que desde la primera plana, en editoriales y en suplementos económicos del diario ABC Color, advertía desde 1973 el desastre que significaba el Tratado de Itaipú para los intereses del Paraguay.
Finalmente, no se equivocaba el notable filósofo británico sir Francis Bacon al señalar que “no hay cosa que haga más daño a una nación como el que la gente astuta pase por inteligente”.
Conocida la morbosa historia, que caracteriza una nueva casta de legionarios, vale la pena preguntar si hoy día se está haciendo lo suficiente para superar este mal sueño que posterga nuestro desarrollo en función a los intereses de los socios condóminos. A propósito, conocedores desde adentro de las binacionales advierten que en Itaipú: “El apoderamiento de la plaza en la empresa por parte de la margen izquierda obedece a una lógica de comportamiento, terreno cedido por los nuestros es área ocupada por la contraparte, en los últimos tiempos este esquema fue perfeccionado mediante la conformación de componentes nacionales que reciben directa orientación del otro lado del río” (Suplemento Económico ABC Color, 31 de marzo 2013).
Hoy, los históricos entreguistas, abonados por la prensa, aparecen pontificando sobre las lesiones ocasionadas al Paraguay por el irrespeto del derecho internacional de países de la vecindad regional. También sirven de asesores a las cúpulas políticas.
Entonces, cabe preguntarse: ¿dónde están los paraguayos cuyos ancestros jalonaron de cruces la diagonal de sangre desde Paso de Patria a Cerro Corá y abonaron el árido suelo chaqueño con miles de jóvenes caídos desde Pitiantuta hasta más allá de Parapití?
Fórmula
Brasil, sin batallones de ocupación, por vía diplomática y la complicidad de negociadores paraguayos dóciles, aseguró toda la producción.
Además
Forzando el Tratado de Itaipú, la Eletrobrás se apropió del excedente gratuitamente, cargando el costo de la compensación, hasta 1986, a la empresa Itaipú
Binacional.
Mañas
Con la operación mañosa quedó bloqueada la posibilidad de que la Administración Nacional de Electricidad vendiera en el mercado brasileño la electricidad que no utilizaba.
50/60
La millonaria estructura de los convertidores de Foz de Yguazú, costeada por Itaipú, sin inconvenientes transformaba a 60 ciclos la electricidad no utilizada por la margen derecha.
Aunque era reconocido a cada una de las partes el derecho de adquisición de la energía que no utilizaba la ANDE, forzando el Tratado, la Eletrobrás se apropió del excedente gratuitamente cargando el costo de la compensación, hasta 1986, a la empresa binacional Itaipú.
Con esta mañosa operación quedó bloqueada la posibilidad de que la ANDE pudiera comercializar en el mercado brasileño la electricidad que no utilizaba y desaparecieron el derecho de preferencia y el precio justo por la energía excedente convenidos en 1966 en el Acta de Foz de Yguazú.
Toda la infraestructura técnica de la subestación seccionadora de la margen izquierda, en Foz de Yguazú, quedó arreglada para que la electricidad generada en la usina sea aprovechada exclusivamente por el Brasil. La ANDE, sin posibilidad de comercializar su excedente y sin infraestructura de seccionamiento, apenas pudo construir una modesta red para satisfacer una mínima demanda nacional.
Quedó en aguas de borraja la producción generada por las turbinas de 50 ciclos por la que batalló sin desmayos la opinión pública en búsqueda de la equidad. La millonaria estructura de los convertidores de Foz de Yguazú, costeada por Itaipú, sin inconvenientes transformaba a 60 ciclos la electricidad no utilizada por la margen derecha.
Como si fuera poco, hasta 1986, los directores paraguayos figuraban como adjuntos a los directores general, técnico y financiero, todos brasileños. Sin embargo, como una concesión graciosa, los nuestros quedaban autorizados a asistir a las reuniones del Directorio Ejecutivo con voz pero ¡sin voto¡ A decir verdad, eran una pléyade de figuras decorativas muy bien rentadas. Hasta hoy día los directores Técnico y Financiero, esenciales miembros de la Dirección Ejecutiva, siguen en manos brasileñas.
El pago seguro a la Eletrobrás y al Tesoro brasileño, de una deuda que según la comisión de entes binacionales ya fue suficientemente honrada, es un tema prioritario en la agenda del director Financiero Ejecutivo.
Para coronar la abdicación, el Tratado consentía la intervención de la vigilancia brasileña en la margen derecha. Una evidente violación constitucional que se prolongó hasta noviembre de 1973.
La ratificación a tambor batiente del nefasto acuerdo, en julio de 1973, puso la soga al cuello a la república. Lo que no consiguieron arrodillar en un lustro la Triple Alianza y la Legión Paraguaya, se concretó en menos de tres meses por la mayoría oficialista en el Congreso Nacional.
Pero aún faltaba más, para asegurar la cesión de la soberanía energética era menester un blindaje jurídico. Después de la caída del régimen entreguista, los nuevos gobiernos también entreguistas, validos de juristas paraguayos, consiguieron la inconstitucionalidad de las leyes que obligaban a los funcionarios de las binacionales a informar y enviar documentación al Congreso y la Contraloría a través de la ANDE. Así se completó el combo que aseguraba el aprovechamiento exclusivo de Itaipú por el socio condómino.
La prensa con importantes auspicios binacionales, en sintonía con la tesis del extinto magnate de la comunicación Roberto Marinho, conseguía más beneficios de lo que no decía que de lo que decía de las hidroeléctricas. Excepto el insumiso Acero, que desde la primera plana, en editoriales y en suplementos económicos del diario ABC Color, advertía desde 1973 el desastre que significaba el Tratado de Itaipú para los intereses del Paraguay.
Finalmente, no se equivocaba el notable filósofo británico sir Francis Bacon al señalar que “no hay cosa que haga más daño a una nación como el que la gente astuta pase por inteligente”.
Conocida la morbosa historia, que caracteriza una nueva casta de legionarios, vale la pena preguntar si hoy día se está haciendo lo suficiente para superar este mal sueño que posterga nuestro desarrollo en función a los intereses de los socios condóminos. A propósito, conocedores desde adentro de las binacionales advierten que en Itaipú: “El apoderamiento de la plaza en la empresa por parte de la margen izquierda obedece a una lógica de comportamiento, terreno cedido por los nuestros es área ocupada por la contraparte, en los últimos tiempos este esquema fue perfeccionado mediante la conformación de componentes nacionales que reciben directa orientación del otro lado del río” (Suplemento Económico ABC Color, 31 de marzo 2013).
Hoy, los históricos entreguistas, abonados por la prensa, aparecen pontificando sobre las lesiones ocasionadas al Paraguay por el irrespeto del derecho internacional de países de la vecindad regional. También sirven de asesores a las cúpulas políticas.
Entonces, cabe preguntarse: ¿dónde están los paraguayos cuyos ancestros jalonaron de cruces la diagonal de sangre desde Paso de Patria a Cerro Corá y abonaron el árido suelo chaqueño con miles de jóvenes caídos desde Pitiantuta hasta más allá de Parapití?
Fórmula
Brasil, sin batallones de ocupación, por vía diplomática y la complicidad de negociadores paraguayos dóciles, aseguró toda la producción.
Además
Forzando el Tratado de Itaipú, la Eletrobrás se apropió del excedente gratuitamente, cargando el costo de la compensación, hasta 1986, a la empresa Itaipú
Binacional.
Mañas
Con la operación mañosa quedó bloqueada la posibilidad de que la Administración Nacional de Electricidad vendiera en el mercado brasileño la electricidad que no utilizaba.
50/60
La millonaria estructura de los convertidores de Foz de Yguazú, costeada por Itaipú, sin inconvenientes transformaba a 60 ciclos la electricidad no utilizada por la margen derecha.
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