domingo, 28 de septiembre de 2014

Lo jurídico en primer lugar

28 de Setiembre de 2014  

La deuda y una desatinada publicación

El diario ABC Color, en la sección Economía de la edición del miércoles 24 de los corrientes, publicó que el director argentino de la Empresa Binacional Yacyretá, Óscar Thomas, reiteró en un comunicado que Paraguay no tiene deudas con Argentina por la construcción del complejo hidroeléctrico Yacyretá. Fue como consecuencia de una “desatinada publicación en el diario La Nación de Buenos Aires”, señalaba el matutino.
En el comunicado, el arquitecto Thomas, informó que la deuda, unos US$ 18.000 millones, es de la EBY con el Tesoro argentino. Es de suponer que la impresionante cifra incluye los reajustes y los intereses sobre los aportes para la construcción del emprendimiento binacional.
No obstante, por tratarse de las declaraciones del director ejecutivo argentino, en coincidencia con la actual revisión del Anexo “C” del Tratado de Yacyretá, la cifra del pasivo mencionada no puede desestimarse.
Por otro lado, en vísperas de la revisión del anexo, en la bicameral del Congreso, en el Foro Energético de Análisis y Propuestas a 40 años del Tratado de Yacyretá, el 26 de febrero de 2014, el ingeniero Orlando Valdés, experto funcionario de la margen derecha, estimaba la deuda total de la entidad binacional, sin reajustes ni intereses, en unos US$ 6.168.275.000.
El pasivo es la sumatoria del capital de la deuda con los acreedores extranjeros y con el Gobierno argentino (US$ 362.996.000 + US$ 5.805.279.000 = US$ 6.168.275.000).
(Los valores provisorios al 31 de diciembre de 2010, incluyendo capital, actualización, intereses rondaban los US$ 15.119.731 millones).
El ingeniero Valdés señalaba, que la EBY emitió facturas (las últimas fueron estimadas para el cálculo) entre 1994 y 2013 a Agua y Energía Eléctrica, hoy Ebisa, por un total de unos US$ 8.757.176.693.
Sin embargo, la sociedad anónima de capital estatal, solo desembolsó unos US$ 1.373.978.375 en efectivo. El resto, US$ 3.859.736.900, lo completó con papeles (reintegro por Ventas y Recupero). Ambos desembolsos sumarían US$ 5.233.715.275. Una cifra insuficiente para honrar las facturas que le fueran emitidas oportunamente por Yacyretá.
De esta manera, el pasivo de Ebisa con la EBY orillaría los US$ 3.523.461.418.
Conciliadas las cuentas, la deuda de la EBY con los acreedores financieros y Gobierno argentino y la deuda de Ebisa con Yacyretá (US$ 6.168.275.000-US$ 3.523.461.418), el saldo deudor de la EBY con el Gobierno argentino sería unos US$ 2.644.813.582.
Si se aceptara como válida la presunta deuda, en función al imperativo numeral IX del Anexo “C”, Revisión (del grado de amortización de las deudas contraídas por Yacyretá para la construcción del aprovechamiento y la relación entre las potencias contratadas por las entidades de ambos países), aproximadamente el 95% sería responsabilidad de Ebisa (US$ 2.512.572.903) y el 5% de la ANDE (US$ 132.240.679).
Para Valdés, el monto adeudado por Yacyretá equivale a unos 50 millones de megavatios hora de electricidad a US$ 46 el megavatio hora (tarifa actual vigente).
Y lo más importante, el ingeniero propone una solución que debe ser tenida en cuenta: la deuda por él investigada puede ser totalmente cancelada en veinte años adoptando una tarifa entre US$ 20 y US$ 25 el megavatio hora.
Es más, se aseguraría el cumplimiento de las bases financieras y la prestación de servicios de electricidad de la usina según el Anexo “C”; se abriría la posibilidad para la construcción del embalse de compensación, obra faltante estipulada en el tratado y también el completamiento de las máquinas para asegurar el funcionamiento de la central en su máxima expresión
Pero hay más, en sus conclusiones el ingeniero Orlando Valdés precisa que el Decreto 612/86 RA, correspondiente a un préstamo por US$ 3.582.754.000, no cuenta con el reconocimiento del Consejo de Administración. De ser inválida esta cuenta, el Gobierno argentino sería el que adeudaría a Yacyretá. De ser así las cosas cambiarían abruptamente, pero para bien de la entidad binacional.
Finalmente, el factor gobernante en esta cuestión es el cumplimiento del Tratado. Nunca más se debe vender la energía por debajo del costo de su producción. La experiencia de Itaipú, que incluyó en su pasivo deudas que las empresas compradoras generaron al exigir la entrega de la potencia contratada por debajo de su costo, debe ser más que suficiente.
Es la muestra contundente cuando lo político predomina sobre lo jurídico. Dicho de otro modo, la fuerza no debe prevalecer sobre lo justicia.
(*)Autor de los libros Itaipú, la apropiación indebida. Itaipú, una victoria bien brasileña. Itaipú, historia de un fraude e Itaipú, crónica de una entrega.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Código de ética funcional

14 de Setiembre de 2014  

El costo de sentirse patriota

Por estos días fue despedido de Itaipú un funcionario que el año pasado publicó un ensayo crítico sobre la hidroeléctrica binacional. El 8 de octubre de 2013, en el Cabildo, ante nutrida concurrencia, Marcos Aurelio Estigarribia Irala, joven abogado, empleado en el área de seguridad de Itaipú, dio a conocer su obra: “El Tratado de Itaipú Binacional, el gran despojo a la soberanía paraguaya”. Presentaron el interesante ensayo Benjamín Fernández Bogado y el suscrito, Juan Antonio Pozzo Moreno.
Marcos Estigarribia, en su publicación, advierte sobre violaciones del Tratado de Itaipú de normas establecidas por la Constitución Nacional de 1967 y señala otras colisiones del tratado con sendas resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Desusadamente, inmediatamente después del lanzamiento de su libro, el novel escritor ante veladas advertencias, discretamente evitó difundirlo como un reaseguro para preservar su fuente de trabajo.
Sin embargo, en una sociedad como la nuestra, que no acaba de desperezarse, en la que los más notables juristas paraguayos solo propiciaron los intereses de los socios condóminos, era notable que un joven abogado se animara a transparentar un tema que sus más experimentados colegas históricamente trataron de encubrir.
Los ejemplos abundan: Inicialmente, la Corte en 1997 y posteriormente, la Sala Constitucional en 2011 lograron suspender los efectos de la Ley 1161/97, que obligaba a los funcionarios de las binacionales a informar y enviar documentación al Congreso y la Contraloría General a través de la ANDE. Recientemente, los patrocinantes de las entidades binacionales Itaipú y Yacyretá presentaron una acción de inconstitucionalidad contra la Ley 5189/14, que exigía la publicación de los salarios de los funcionarios públicos.
Cuando todo parecía perdido, en forma inédita, el fiscal general Javier Díaz Verón, con argumentos irrebatibles dictaminó a favor de la libertad de información y de la transparencia. El Ejecutivo, en sintonía con la opinión pública, liberó la mordaza que pendía sobre los salarios. Ahora la Corte tiene la palabra.
Estos “blindajes jurídicos”, patrocinados por abogados paraguayos pagados generosamente, impiden el escrutinio público de las hidroeléctricas en el antipatriota afán de ocultar las asimetrías e inequidades de sus aprovechamientos netamente favorables a la margen izquierda.
No obstante, para Marcos Estigarribia, las aberrantes abdicaciones contenidas en los términos del tratado eran impropias de una nación independiente y, por tanto, intolerables. Fue cuando decidió publicar sus investigaciones, ya que Itaipú solo podía comprar su trabajo, no su conciencia, como a gran parte de los otros funcionarios funcionales a la margen opuesta.
Con esta indoblegable actitud, su destitución formaba parte de la crónica de un despido anunciado. Sin embargo, el cáliz hubiese sido más morigerado si el despido no fuese propiciado por los propios paraguayos, incapaces de tolerar críticas favorables a los intereses nacionales. Son la réplica de la Asociación y la Legión Paraguaya, los legionarios de triste memoria, en versión más actualizada.
En Itaipú y en Yacyretá aprovechamos menos del 10% de la electricidad correspondiente al Paraguay. Las hidroeléctricas solo sirvieron para subsidiar con la energía eléctrica paraguaya el desarrollo de sus socios. Son muy contados los abogados que estudian, analizan y buscan alegatos jurídicos para recuperar nuestra soberanía energética en Itaipú. Marcos Estigarribia es uno de ellos, lamentablemente por defender los intereses del pueblo lo despidieron.
Llamativo
En una sociedad como la nuestra..., los más notables juristas paraguayos solo propiciaron los intereses de los socios condóminos.
(*) Autor de los libros Itaipú, la apropiación indebida, Itaipú, una victoria bien brasileña. Itaipú, historia de un fraude y Crónica de una entrega.
juanantoniopozzo@gmail.com 

domingo, 7 de septiembre de 2014

Costos de la asimetría

07 de Setiembre de 2014  

Lo que Itaipú no inyectó a la economía

Según el Informe Sachs, la margen paraguaya cedió al socio condómino en el año 2012 unos 32.805 GWh de energía. Por esta cesión recibió US$ 9.350 por GWh como compensación, pagados por el tesoro brasileño y US$ 5.060 millones por GWh como royalties, abonado por Itaipú. (Es importante destacar que los royalties pagados por Itaipú son iguales para cada margen).
El total facturado por la margen derecha en esos conceptos fue de unos US$ 14.410 que al multiplicar por 32.805 GWh de energía cedida resultó en US$ 472.720.050, cifra que representa el monto ingresado al Paraguay en esos conceptos en el año 2012.
De acuerdo con los estudios de Jeffrey Sachs y su Columbia Vale Center, si por cada GWh de energía cedida el mercado mayorista hubiese abonado US$ 85.000 y a esta cifra se le sustrajeran US$ 31.200 por el servicio de la deuda, otros US$ 12.170 por mantener y operar el sistema y US$ 4.400 por la transmisión quedaría para la margen paraguaya un saldo favorable de unos US$ 37.230 por cada GWh entregado en vez de US$ 14.410.
Multiplicando 32.805 MWh por US$ 37.230, correspondería al Paraguay por su energía –adquirida por la Eletrobras de Itaipú a precio de costo y compensado por el tesoro brasileño– unos US$ 1.221.330.150.
En consecuencia, según el notable economista norteamericano, la margen derecha dejó de recibir en el año 2012 por la cesión de su energía y por royalties unos US$ 748.610.100.
Entre agosto de 2013 y julio de 2014, informaba ABC Color, en su página Economía y Negocios del domingo 31 de agosto, que Itaipú inyectó en compensaciones y royalties US$ 576 millones al país. Simulando, como gusta decir a los técnicos paraguayos de la binacional, que el valor unitario de la compensación y de los royalties del 2012 no sufrieron variación alguna, la margen paraguaya tuvo que ceder al socio condómino en ese lapso unos 40.000 GWh de energía. (14.410 x 40.000 = US$ 576.400.000).
No obstante, multiplicado 40.000 GWh de energía por US$ 37.230 (monto estimado por Sachs y el Columbia Vale Center)), la cifra que debiera pertenecer al Paraguay por su energía en ese lapso rondaría los US$ 1.489.200.000. Restando a este valor US$ 576.000.000, se puede observar que lo que se dejó de pagar al Paraguay, entre agosto de 2013 y julio de 2014, asciende a US$ 910.200.000.
Todo ello significa que en dos ejercicios Paraguay dejó de percibir unos US$ 1.658.810.100. Sin embargo, si contabilizáramos desde la primera cesión de nuestra energía a la Eletrobrás lo que el país dejó de recibir por su electricidad el monto sería estratosférico.
Casi todos los gobiernos que administraron nuestra nación, en los últimos veinticinco años, mencionan como verdaderos logros los escasos dólares que la entidad binacional Itaipú inyectó a la economía nacional. Una muestra de la mentalidad claudicante, satisfecha con el statu quo, lo que corrobora en los hechos la teoría que Paraguay solo puso el agua.
Sin embargo, es poco mencionada la parte evadida al impedirse que el país reciba un precio justo por su energía, muy superior a los montos publicitados como logros.
Se tuvo que apelar al notable economista norteamericano doctor Jeffrey Sachs, quien arregló en su oportunidad la deuda externa brasileña y la galopante inflación boliviana y diseñó para las Naciones Unidas el Plan del Milenio, para confirmar lo que siempre nuestros especialistas patriotas afirmaban: la injusta venta muy por debajo de su costo del excedente energético.
Si se compartiera equitativamente el aprovechamiento hidroeléctrico Itaipú, con total respeto al objeto y al fin del tratado, no se estuviera hipotecando generaciones de paraguayos por venir apelando a tantos bonos soberanos. Es más, todos los niños en edad escolar estarían en clase aprendiendo y jugando; los nativos de los pueblos originarios laborando en sus comunidades y en vez de mendigar en los centros urbanos; los índices de extrema pobreza serían holgadamente superables para el 2015 y el Estado dejaría de ser el coto de caza de pícaros indecentes.
Finalmente, a lo largo de la historia patria, el Paraguay nunca cuestionó el poder de sus vecinos. Sin embargo, sigue en la esperanzadora convicción de que sean justos.
Pérdida
Se puede observar que lo que se dejó de pagar al Paraguay entre agosto de 2013 y julio de 2014 asciende a 910.200.000 dólares.
(*) Autor de los libros Itaipú, la apropiación indebida; Itaipú, una victoria bien brasileña; Itaupú, historia de un fraude; e Itaipú, crónica de una entrega.
juanantoniopozzo@gmail.com