domingo, 7 de diciembre de 2014

Un timo histórico

07 de Diciembre de 2014

 

Unas costas insólitas

Yacyretá, construida por los socios para un aprovechamiento igualitario, significaba para el Paraguay sacrificar bajo la superficie de las aguas del río Paraná un territorio de alto contenido económico. Representaba una mutilación más, de lo que restaba de sus ancestrales territorios, a cambio de la mitad de la generación energética proveniente del indómito río.

No obstante, la realidad era otra. Yacyretá no era más que un monumental timo arreglado contra el Estado paraguayo. Un fraude que trasladaba a la margen izquierda la producción energética disimulando una irrisoria compensación para la otra parte. Todo ello, con la aquiescencia de venales funcionarios paraguayos reminiscentes fatídicos de la legión paraguaya.
Yacyretá, desde su puesta en marcha, abastece con el 95% de su producción a la Argentina. La libre disponibilidad del 50% correspondiente al Paraguay es una quimera que trata de zanjarse mediante irregulares compensaciones ajenas a la realidad de mercado. La ANDE, impedida de disponer de su propia energía, la cede obligatoriamente para provecho del socio que asume arbitrariamente la totalidad del poder.
Si la alternancia en la dirección ejecutiva, cada cinco años, hubiese funcionado conforme al Tratado de Yacyretá, la cogestión hubiese sido más paritaria. Sin embargo, caprichosamente, unilateralmente, la margen izquierda se encarga de todos los controles y toda la administración. Todo, a la vista, connivencia y paciencia de nuestros bien remunerados funcionarios.
Después de 40 años, Paraguay en nada avanzó en Yacyretá. La nota reversal sobre la cogestión paritaria en vez de la alternancia prevista en el Tratado, firmada en Buenos Aires el pasado 12 de noviembre, actualmente a consideración de la Cámara de Senadores del Congreso Nacional, calificada de “logro histórico” por el canciller Loizaga, no es más que otra derrota infligida en Yacyretá a nuestro país. En realidad, ella configura otra vez la convalidación de un despojo histórico de nuestra soberanía energética y no una reivindicación de nuestros derechos soberanos, largamente conculcados.
Lo que la nota reversal pretende es que todo siga como está. Es decir, cada margen quedará encargada de administrar, gestionando con los suyos la porción de su actual aprovechamiento. Sería la alternancia o la cogestión paritaria en versión argentina.
Despojados de nuestro recurso natural, hoy estamos ante el dilema de convalidar un arreglo dañino al país.
Sería nefasto que ahora debamos nuevamente doblar la cerviz ante el ocasional socio, siempre ladino, para convalidar el desvergonzado saqueo, sin solución de continuidad. No obstante, siempre resplandece la esperanza. Nuestros senadores dieron muestras de patriotismo al no ratificar la nota reversal de 1992, porque los términos del acuerdo, al igual que el de ahora, no estaban en sintonía con los intereses nacionales.
Pero, a decir verdad, la historia se repite.
Lo hemos vivido en Itaipú cuando el 25 de julio de 2009 la declaración Lugo-Lula no respondió un solo punto de los seis reclamados al Brasil en el 2008. En esa ocasión, como medida distractora y populista, el Gobierno brasileño prometió que la ANDE, en la brevedad, vendería en el mercado brasileño su copioso excedente. Hasta ahora sigue la espera y la pregunta cae de maduro: ¿Cabe en la cabeza de alguien cuerdo que tanto Brasil como Argentina podrían devolvernos nuestra energía?
En noviembre de 2014, en Yacyretá se promete la cogestión paritaria y se repite la historia.
Nos recuerda la hecatombe del 70 que destruyó al país. La alianza, después de sacrificar toda la población activa y apropiarse indebidamente de unos 150.000 kilómetros cuadrado, no titubeó en exigir indemnizaciones al Paraguay por costas de guerra.
Igual que hoy, después de aportar la inundación de más del 80% de la superficie binacional, desarrollar casi toda la construcción de la hidroeléctrica en territorio paraguayo, contribuir con el caudal hídrico del impetuoso río Paraná, ahora pretenden obligarnos a correr con las costas de Yacyretá.
Igual
Lo que la NR pretende es que todo siga como está. Cada margen se encargará de administrar... la porción de su actual aprovechamiento.

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