domingo, 22 de mayo de 2016

La selección nacional

22 DE MAYO DE 2016


Al servicio de su pueblo

El Obispado del Río de la Plata con sede en Asunción, dependiente del Arzobispado de Lima, se creó por Bula del Papa Paulo III el 1 de julio de 1547.
En 1609 pasó a depender de la nueva Diócesis Metropolitana de Charcas, desmembrada del Arzobispado de Lima.
Al producirse en 1617 la división de la Provincia del Paraguay en dos gobernaciones, Buenos Aires, desde 1620, se constituyó Obispado independiente de Asunción. Designado arzobispado desde 1865, la Diócesis del Río de la Plata de Asunción pasó a depender de Buenos Aires.
Recién en 1929 se creó la Provincia Eclesiástica del Paraguay
Su primer arzobispo, de meritoria actuación, fue monseñor Juan Sinforiano Bogarín (1863-1949). Al respecto, el sacerdote doctor Carlos Heyn Schupp, en su obra sobre monseñor Bogarín señala: “…fue siempre un paraguayo dedicado totalmente al servicio de su pueblo… amado, respetado por todos… patriota eximio, que conoció, colaboró y también estimuló o criticó a los veintiún presidentes de la República que pasaron durante su gestión… siempre bendecido en su ineludible misión de Obispo”.
El otro que marcó época por su notable actuación como arzobispo fue monseñor Ismael Rolón Silvero (1914-2010), “hijo dilecto de la ciudad”. Su figura, según coinciden los referentes sociales, refleja el compromiso social de la Iglesia con el pueblo paraguayo como pastor de la libertad y los derechos humanos. Se le atribuye el mérito de haber despertado la conciencia ciudadana de lucha por sus derechos.
Últimamente, el arzobispo metropolitano de la Arquidiócesis de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela (1944), no les va en la zaga y desde el púlpito honra a la patria.
Durante el tedeum –tradicional himno de acción de gracias– solicitó al Gobierno nacional la conformación de un equipo con las mejores mentes para encarar la renegociación del Tratado de Itaipú prevista para el 2023. También pidió la revisión transparente de Yacyretá.
Estuvieron presentes en la liturgia de acción de gracias oficiada en la Catedral Metropolitana de la Iglesia Católica el presidente de la República, Horacio Cartes; el vicepresidente, Juan Afara, el intendente de Asunción, Mario Ferreiro; ministros, embajadores y representantes de los otros poderes del Estado.
Monseñor Valenzuela exhortó a las autoridades nacionales a pensar en la renegociación de las hidroeléctricas. Señaló que “por su extrema importancia, y ante la cercanía de cumplir el plazo para la revisión del ‘Anexo C’ del Tratado de Itaipú, 2023, es urgente comenzar a preparar, cuanto antes, el equipo y los estudios necesarios para participar con éxito en las negociaciones que vendrán con el Brasil, procurando obtener los mejores beneficios posibles para el Paraguay”.
También exhortó a que “la revisión del tratado de Yacyretá debe ser transparente, e integrar a las mejores mentes paraguayas, como lo fue en la Guerra del Chaco”.
Indicó, además, el arzobispo metropolitano de Asunción nombrado por el papa Francisco el 6 de noviembre de 2014, que por las riquezas que tiene el país no debería haber pobres.
No obstante, monseñor no se detuvo en la inédita recomendación al proponer, tal vez, uno de los programas más sencillos, prácticos y coherentes hasta ahora conocido: “Las hidroeléctricas, la producción agroganadera, el sistema tributario mejorado, la vuelta a la agricultura familiar son más que suficientes para la justa distribución de las riquezas”.
“Nos exigirá transparencia y honestidad; mejorar el sistema judicial y el gasto público. Todos y cada uno está llamado a combatir la pobreza, la corrupción y la impunidad”, expresó finalmente.
juanantoniopozzo@gmail.com

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