domingo, 9 de diciembre de 2012

Itaipú, fuente inagotable


La Centrais Elétricas Brasileiras SA (Eletrobrás) es descrita en el sitio web Business News Américas, como un “holding eléctrico” brasileño, público, que financia proyectos y controla activos de generación, transmisión, distribución y comercialización de electricidad en todo el país.

/ ABC Color
Es responsable de casi el 60% de las líneas de transmisión y del 38% de la capacidad instalada, en generación de Brasil. Posee más de 53.000 Km de líneas de transmisión sobre los 230 kV y tiene una producción de 39.413 MW de energía, gracias a 31 hidroeléctricas, 15 termoeléctricas y dos termonucleares.
Destacan entre ellas: Tucuruí (8.370 MW), la parte brasileña de Itaipú Binacional (6.300 MW), el complejo de Paulo Afonso (3.984 MW), Xingó (3.000 MW), las termonucleares Angra 1 y Angra 2 (2.007 MW), Serra da Mesa (1.275 MW), Furnas (1.226 MW) y Sobradinho (1.050 MW)”.
“Eletrobrás es controlada por el Gobierno Federal”, concluye la descripción de Business News Americas SA.
No obstante, es posible que ninguna de sus hidroeléctricas, termoeléctricas o termonucleares la hayan beneficiado tanto, exageradamente, como Itaipú, central hidroeléctrica binacional que controla como su única propietaria desde el Tratado de 1973. Un claro ejemplo del imperialismo brasileño y del devaluado patriotismo paraguayo.
Para iniciar la obra de Itaipú –aparte de US$ 100 millones como aporte de capital de la ANDE y la Eletrobrás– la Eletrobrás concedió en 1975 un crédito de US$ 3.566 millones en moneda brasileña, compatible con el cronograma original de obras, ocho años de gracias, hasta 1983, y un interés del 10% más corrección monetaria, etc.
La deuda con la Eletrobrás en 1990, consecuencia del préstamo de US$ 3.566 millones, renegociada durante el Gobierno del general Rodríguez, ascendía a US$ 9.336 millones. En julio de 1994, la deuda aceptada por el préstamo era de US$ 10.837 millones; sin embargo, de un plumazo, por efecto del Plan Real, que apuntaba a controlar la hiperinflación, problema brasileño crónico, en diciembre del mismo año aumentó a US$ 15.420 millones.
En 1996, durante el gobierno de Juan Carlos Wasmosy, la deuda renegociada de Itaipú con la Eletrobrás quedó reestructurada en US$ 16.225 millones. En esta ocasión a los US$ 12.032 millones de pasivo a vencer se le añadió, insólitamente, US$ 4.193,5 millones en concepto de deuda vencida.
Esta última cifra fue declarada por la Comisión Bicameral de Investigación del Congreso de 1997 como “…nulas en sus efectos y alcances las resoluciones del Directorio Ejecutivo y del Consejo de Administración, que ocasionaron la deuda ilícita de más de US$ 4.000 millones…”. De igual manera, en diciembre de 2010, la Contraloría General de la República consideró la venta por debajo del costo del servicio de electricidad, origen de la deuda vencida, como de aplicación ilegal. La prensa la calificó como “deuda espuria”.
El pasivo renegociado con la Eletrobrás, US$ 16.225 millones, fue diseñado con el objeto de cancelar la deuda en el año 2023. Según el cronograma de pagos, la primera cuota del pasivo, dividida en tres partes, debía ser abonada en 1997 y la última en el 2023. Un total de 26 cuotas anuales.
A causa del abusivo Factor de Ajuste aplicado a las cuotas entre 1997 y 2005 (estimado en US$ 5.683,2 millones) y el costo del retraso en el pago de las otras dos parcelas restantes (calculadas en US$ 6.098, 5 millones) se registraron cuantiosos incrementos y la deuda a ser cancelada en el año 2023 trepó hasta la estratósfera. Quedó en US$ 45.631,5 millones.
Hasta el 2011 ya fueron abonadas 15 cuotas, un total de US$ 22.187,7 millones, por la deuda original de US$ 3.566 millones. Y aún … ¡faltan US$ 23.443.8 millones! para la cancelación total.
Cabe preguntarse, antes de la reestructuración de la deuda en 1996, ¿Cuánto ya pagó Itaipú a la Eletrobrás?
El Estado paraguayo, como copropietario de Itaipú, es responsable de la mitad del pasivo. El hecho de que no hizo compromiso financiero alguno para la construcción de la obra no le exime de la responsabilidad sobre la mitad de la deuda, aunque ello les pese a los técnicos más conservadores que tratan de chauvinistas a los que sostienen la recuperación de la soberanía energética.
La Comisión de Entes Binacionales Hidroeléctricos, en reiteradas ocasiones, declaró que la deuda de Itaipú ya fue honrada suficientemente y por lo tanto debe ser cero.
Lamentablemente, en el año 1997, abogados contratados por ANDE, Itaipú y Yacyretá, consiguieron que los ministros de la Corte Suprema de Justicia hicieran lugar a una medida de urgencia para impedir que los efectos de Ley 1161/97 pudieran transparentar las binacionales. Mediante la ratificación de la Sala Constitucional de la Corte, en junio de 2010, las entidades binacionales quedaron blindadas al control de la CGR y del Congreso Nacional. Es importante señalar que todos los que contribuyeron a construir un tercer Estado en Itaipú y en Yacyretá no fueron precisamente los socios condóminos. Fueron juristas paraguayos quienes, dóciles a las pretensiones del Ejecutivo paraguayo, armaron los argumentos para impedir el cumplimiento de la Ley 1161/97. Sería bueno que el Colegio de Abogados, en defensa de los intereses nacionales, se pronunciara al respecto.
La inversión usuraria de la Eletrobrás, US$ 3.566 millones en 1975, que debieran ser aportes, se multiplicarán más de doce veces en el 2023. Un verdadero milagro de la ingeniería financiera.
Si le sumamos otros beneficios provenientes de la reventa por casi el doble de su costo de la energía contratada en Itaipú (40,2% energía paraguaya en el 2011) en el mercado mayorista brasileño y de las cuotas anuales por la deuda (en el 2009 se abonó al Tesoro brasileño y a la Eletrobrás US$ 2066 millones), las ganancias salen de madre. Son colosales. Pocas empresas en el mundo pueden emular a la estatal brasileña. Supera a la realidad.
Sin duda alguna Itaipú es una fuente inagotable y los que de ella siguen bebiendo jamás padecerán de sed.
Itaipú
Ninguna de sus usinas le beneficiaron tanto –exageradamente– a Eletrobrás como la central paraguayo- brasileña de Itaipú.
Abusivo
Por el abusivo Factor de Ajuste aplicado a las cuotas entre 1997 y 2005 y el costo del atraso, el saldo saltó a US$ 45.631,5 millones.
Muestra
El Tratado de 1973 es el claro ejemplo del imperialismo brasileño, así como del devaluado patriotismo paraguayo.
(*) Autor de los libros: Itaipú, la apropiación indebida e Itaipú, una victoria bien brasileña.
juanantoniopozzo@gmail.com

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