Por Juan Antonio Pozzo Moreno (*). Domingo, 4 de noviembre de 2012.
Los estudios de la deuda de Itaipú por la Comisión de Entes Binacionales Hidroeléctricos, organismo dependiente de la cancillería, demostraban que la binacional ya honró suficientemente sus compromisos, y por tanto, la deuda de Itaipú quedaba en cero. De ser así las Altas Partes Contratantes, Paraguay y Brasil, debieran de disponer de más de 2.000 millones de dólares anuales destinados, hasta el año 2023, al pago de una deuda suficientemente honrada. Todo ello, sin alterar la tarifa de la electricidad generada en Itaipú.
La venta de la energía por debajo de su costo durante muchos años -generando la ¨deuda espuria¨-, las altas tasas de interés por los préstamos adquiridos, el factor de ajuste aplicado a las cuotas anuales o doble interés, entre otros, abultó indebidamente el pasivo.
Entre los años 1997 y 2005, los pagos anuales para amortizar la deuda, en vez de disminuirla, la aumentaba como una bola de nieve. En ese lapso de tiempo, la entidad binacional abonó más de 11.000 millones de dólares a la Eletrobrás por una cuenta de 16.225 millones de dólares que seguía creciendo en vez de disminuir. Extraña contabilidad la de Itaipú.
Parte de estos abusos cometidos a la vista y paciencia de consejeros y directores, la mitad de ellos paraguayos, es debida principalmente, al muro inconstitucional construido por la propia justicia paraguaya para impedir transparentar la entidad binacional, al que de hecho, se la convirtió en un tercer Estado.
Los más de 1.000 millones dólares al año que debiera corresponder al Paraguay, no a la Eletrobrás, al dejar de pagar una deuda ilegítima constituiría una formidable inyección económica de benéficas consecuencias. El Brasil recibiría también igual gratificante suma anualmente.
No obstante, para hacer realidad la deuda cero, es necesaria la voluntad política brasileña como una inquebrantable señal de justicia y de integración regional.
Está visto que ninguna institución supranacional -UNASUR, MERCOSUR- puede construirse con el fin de privilegiar a algunas de las partes. Itaipú Binacional y Yacyretá son vivos ejemplos de esta iniquidad que genera beneficios solamente en una dirección. La construcción de la integración regional, por el que viene lidiando el Paraguay desde la colonia, debe sustentarse en el marco jurídico atendiendo las asimetrías, no político y en el respeto a la autodeterminación de los pueblos.
Luiz Inácio Lula da Silva, ex presidente de Brasil (2003-2011). Foto extraída de google image. |
No lo hizo. Evidentemente Lula da Silva se sintió un obrero que trató de construir la integración regional.
(*) Autor de los libros "Itaipú, la apropiación indebida" e "Itaipú, una victoria bien brasileña".
1 comentarios:
Excelente artículo, general!!!!!! Éxitos...
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