lunes, 21 de marzo de 2016

Los efectos de la onda expansiva

22 DE MARZO DE 2016


José Jobim, el impacto de la justicia

Causa la impresión de que las esquirlas de la onda expansiva de la Petrobras también removerá los oscuros mantos de impunidad y olvido en Itaipú. Por de pronto, el Tribunal de Cuentas de la Unión tiene, por añadidura, su mirada fija en la Eletrobras.
En Itaipú se dibujó una deuda que atenta contra el sentido común. En la versión de Lygia Jobim, “en Itaipú usaron hierro nueve veces más y veinte veces más de concreto que en la construcción del Eurotúnel”. El Ministerio Público abrirá una investigación civil del caso, señala el Jornal O Globo de Brasil. Es probable que en la entidad binacional numerosas barbas estén en remojo, por lo que cabría recomendar que no cunda el pánico.
José Jobim, embajador brasileño en Paraguay entre 1957 y 1959, nació en Ibitinga, São Paulo en 1909. Falleció en extrañas circunstancias en Río de Janeiro el 24 de marzo de 1979.
El Instituto João Goulart, al final de noviembre del año pasado, denunció al Ministerio Público Federal de Río de Janeiro la sospechosa muerte del embajador. Se cree que fue asesinado.
José Jobim habría sido secuestrado de frente de su casa el 22 de marzo de 1979. Dos días después, su cuerpo fue encontrado en el barrio de Cosme Velho, Río de Janeiro.
Antes de su muerte, el embajador había declarado en Brasilia que estaba redactando sus memorias. En ellas denunciaba el esquema de corrupción que imperaba en la construcción de la usina hidroeléctrica de Itaipú.
Según la investigación del delegado Rui Dourado, Jobim se ahorcó con una cuerda, hipótesis refutada por la hija, abogada Lygia Jobim, quien busca esclarecer después de 35 años la muerte de su padre.
En 1964, José Jobim fue enviado al Paraguay por el presidente João Goulart para concertar con el Gobierno la compra de turbinas rusas que eran necesarias para el proyecto binacional.
Jobim fue un diplomático de experiencia con una larga carrera en Itamaraty. Ocupó cargos en las embajadas de Colombia, la Santa Sede y Argelia, entre otros. En el blog “Memorial embajador José Jobim” se menciona que, después del golpe militar del 31 de marzo de 1964, el consorcio brasilero y paraguayo responsable de la obra canceló las negociaciones con los rusos, para adquirir los equipamientos de la multinacional Siemens.
Cabe señalar que poco antes de su destitución, el 19 de enero de 1964, el presidente João Goulart, durante la inauguración de la hidroeléctrica “Tres Marías” de Minas Gerais, se reunió con el presidente Alfredo Stroessner.
En un comunicado, difundido por la Presidencia de la República del Paraguay, se informaba que “los dos mandatarios estuvieron de acuerdo sobre todos los aspectos generales relativos al aprovechamiento conjunto de los Saltos del Guairá y resolvieron que, por conducto de las Cancillerías del Paraguay y del Brasil, se suscribiera cuanto antes un convenio por el cual se crearía una Comisión Mixta Paraguayo-Brasileña, que tendría a su cargo el estudio de todos los problemas económicos, financieros, técnicos y societarios relacionados con la construcción y explotación de la gran obra que harán conjuntamente los dos Estados y que será la de mayor importancia entre todas las de su género hasta hoy emprendida en todo el mundo”.
El Gobierno que destituyó a Goulart hizo tabla rasa del compromiso.
Es más, en junio de 1965, con sus fuerzas militares invadió Puerto Renato, Paraguay, para apropiarse de los Saltos del Guairá. Por extraño que parezca, la invasión coincidía con el conflicto de Santo Domingo, donde tropas paraguayas, brasileñas, norteamericanas y otras de Centroamérica, codo a codo, como parte de las Fuerzas Interamericanas de Paz, estaban empeñadas, por orden de la OEA, en operaciones para restaurar la paz.
Tras el golpe, con sus derechos políticos suspendidos, Goulart se exilió en Uruguay con la mayoría de sus colaboradores. Desde allí administró sus bienes situados tanto en Brasil como en Argentina y Uruguay.
En 1973, Goulart fue invitado por el presidente argentino Juan Domingo Perón para residir en Buenos Aires. Por razones de seguridad, se trasladó a Mercedes, donde murió el 6 de diciembre de 1976 víctima, oficialmente, de un ataque cardiaco.
Fue sepultado en su ciudad natal, São Borja, en Río Grande del Sur, aunque las noticias de su funeral, al que asistieron miles de personas, fueron censuradas por la dictadura militar brasileña. Sus familiares, correligionarios, políticos y otras personalidades sospechan que Goulart, un hombre que actuó con justicia con el Paraguay, murió asesinado por agentes de la Operación Cóndor.
juanantoniopozzo@gmail.com

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